Tres discos de música pesada: junio

por Pablo Puente
La buena música siempre es el terreno de la libertad armonizada con el rigor, y de los cambios. Y los tres álbumes de música pesada del mes pueden probarlo.

pesada

1. Amenra / Álbum: De Doorn

De Doorn, como nuevo álbum, merece ser verdaderamente experimentado para comprender el alcance de una de las más depresivas bandas que ha permanecido inmutable prácticamente desde inicios de siglo, fiel a un sonido parsimonioso y agresivo. Hay que resaltar varios aspectos que hacen de este disco algo diferente a sus antecesores.

Es la primera placa de los belgas en un sello discográfico grande (Relapse Records). Todo el álbum está cantado en flamenco —dialecto hablado en la región de Flandes—, y, muy importante, es el primer no Mass disco —misa en español. La banda, a suerte de culto, ha publicado todos sus anteriores producciones con el nombre de Mass. De ellos hay seis en total—.

De todos estos cambios, el más importante posiblemente sea la libertad de expandir su música por fuera de lo que eran las misas anteriores, pero, sólo para analizar un poco de cómo se vivían estos discos en vivo, cabe recalcar que sus conciertos eran verdaderos eventos interactivos en los que el público participaba y se comprometía. Tanto desde la preparación del escenario y la decoración como la temática que hacía que se involucrasen en el mismo, como, por ejemplo, la quema de votos en piras funerarias durante algunos temas.

Musicalmente, a pesar de que se mantiene mucha de la misma estructura de balance entre un doom aletargado clásico de los 90´s, De Doorn tiene mucho de toques post. Aun así, esta vez las letanías que se recitan en los temas son predominantes, y los momentos de crescendo son menos utilizados. Para finalizar y englobar todo, la purificación que se quiere transmitir como objetivo de este ritual permanece, como en todos los discos, a modo de expiación a través del dolor.

 

2. Zao / Álbum: The Crinsom Corridor

Es curioso que para una banda tan veterana como Zao, un disco tan bueno sea producido después de tantos cambios en su alineación. Prácticamente, de los miembros originales, queda sólo Dan Weyandt, quien sigue transmitiendo ese constante retorno de problemas personales retratados en su música, como enfermedad, depresión y miedos constantes y subjetivos.

Resalto el trabajo en medio de la poca estabilidad en sus miembros y que, a pesar de esto, la calidad y constancia de sus producciones es fenomenal. Personalmente creo que a quien le interese entender más sobre este proceso de cambios en la banda, lo puede buscar, tanto por su amplitud como porque dibuja un interesante trasfondo de transcursos y permutas y, sin duda, momentos creativos diversos.

Otro tema que constantemente ronda a Zao son sus inicios como una banda cristiana. Con estos mismos cambios de miembros, fueron secularizando estos temas hasta que, desde hace ya bastante tiempo, describir todo tipo de temáticas. En cuando a la música, The Crinsom Corridor tiene mucho de sludge, más que del original metal core de su época más exitosa.

En esencia, desde hace algunos años, Zao es una maquina destructiva con impresionantes creaciones. Y, a pesar de que tienen casi 30 años en la música y una gran base de fans en muchos lados, no han trascendido hacia un éxito de super estrellas de la música pesada. Sin embargo, son un grupo de culto que tiene que ser analizado en sus diferentes eras y pleitos.

3. Impure Wilhelmina / Álbum: Antidote

Desde un principio, lo que más me atrae de Impure Wilhelmina son los armónicos en la voz. No obstante, había algo complejo para su correcta apreciación. Su anterior producción, Radiation, es un discazo, lo que posiblemente elevaba demasiado las expectativas de Antidote, quizá para terminar jugándole en contra.

Dicho esto, es posible que Antidote tenga una conexión más simple con el escucha, sin que esto signifique algo malo. Podríamos decir que es más accesible, e incluso creo que su producción es mejor que su antecesor. Así también creo que muchas de estas cosas jugaban a favor de lo que fue Radiation: su fuerza, su voz más profunda e inclusive esa carencia a momentos de claridad.

Con toda la influencia del gótico de los 80´s, Impure Wilhelmina es una banda que recoge lo mejor de la melancolía de aquella época y la transforma dentro de un doom anacrónico, menos caótico, e igual de elegante y creativo.

Con sus casi 25 años en los escenarios, la solidez se nota en el disco. Lo recomiendo mucho para escucharlo constantemente. Porque los temas crecen de una particular manera con la repetición y la belleza de los detalles que son sencillos se revela y perfecciona. Oscuridad con beldad.

 

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