Este mes te traemos una selección atmosférica, diseñada para que te adentres en los pasajes más oscuros imaginables. Así que sube el volumen al máximo. 
1. Kaatayra / Álbum: Toda História Pela Frente
El black metal atmosférico tuvo cierto auge en los años 90, con proyectos en solitario de diferentes estilos y mezclas. La gran mayoría de ellos fueron europeos, y algunos, norteamericanos. Como parte de esa escuela poco explorada en el metal sudamericano, el prolijo artista Caio Lemos toma diversos elementos folclóricos del gigante imaginario musical brasilero, profundizando en la oscuridad de los territorios naturales —algo común en la temática de este estilo, con referencias, muchas veces, al panteísmo y una devoción a lo desconocido de la naturaleza—, y los conjuga con riffs directos de metal.
Se dan muchos aciertos en piezas que sin duda juegan con fuego por su arriesgada composición, tanto en la mezcla de ritmos como en su duración —tres temas en 50 minutos—. Cuando hablábamos de prolijo nos referimos igual a la continua creación de Kaatayra, que ha puesto cuatro discos conceptuales en tan sólo año y medio.
Si llueve así, que no escampe. Esperamos que mantenga la cadencia e inquietud que lo empujan a seguir bregando por más.
2. Black Crown Initiate / Álbum: Violent Portraits of Doomed Escape
Hace algún tiempo, al principio de la carrera de la banda originaria de Pensilvania, la dureza con la que mandaba en sus composiciones era digna de destacar. Pero era evidente que, en algunos temas, el death metal con elaboradas composiciones no era suficiente para explicar el cosmos que querían crear y transmitir. Es así que, con el paso de los años, las influencias progresivas se han vuelto cada vez más reales y resaltan en la composición. Son la clave del nuevo disco de Black Crown Initiate.
Es también notorio que el juego de voces entre guturales y limpias es lo que marca el paso de estos dos territorios entre los que se mueve la banda. Se siente un aire de Opeth en ciertos pasajes, pero con una creatividad actualizada y más dinámica.
A esta catarsis actual la definiría como madurez creativa acompañada de una elegancia para recrearse.
3. Ulver / Álbum: Flowers of Evil
Tres años atrás (mayo 2017), con la salida de The Assassination of Julius Caesar, expuse por qué Ulver, a pesar de ser una banda que suena más a Depeche Mode con temáticas oscuras, es un grupo pesado en todas sus expresiones. Algo que, sin vacilación, siguen confirmando con Flowers Of Evil. Esta nueva placa continúa este viaje que se inició con su ya clásico Perdition City, 20 años atrás.
Y es que el mérito de los noruegos —que iniciaron como parte de la segunda ola del black metal y fueron mutando en una banda de electrónica en la cual el elemento más pesado es un sintetizador ligeramente melancólico. Es continuar siendo impermeables a la crítica y hacer música para ellos —y nadie más— y seguir fusionando psicodelia con toques góticos e industriales.
Lo inesperado de la dirección que van a tomar es un juego que encanta.
