Los canales de sesiones permiten experimentar, con buena calidad, cómo suenan lxs artistas en vivo. Hoy te contamos la historia de La cabina del terror.
La industria musical en el Ecuador es pequeña y no cuenta con muchos fondos. Hay quienes sugieren que, en parte, la escena no marcha para adelante por la corrupción con que, señalan, es manejada. Dicen que entre los males que la azotan está su sectarismo y elitismo, ya que funciona por amarres, entre panas, además de un largo etcétera en la lista de razones para su mal estado. En ese sentido, hay artistas y espectadorxs que perciben que en festivales, sesiones y eventos siempre salen las mismas bandas.
Sin embargo, aquello que vemos en eventos y medios masivos y establecidos es, como de costumbre, sólo la punta del iceberg. Estos no reflejan la totalidad de proyectos verdaderamente independientes que trabajan por una cultura musical libre, transversal y horizontal.
Existe una gran cantidad de fanzines, podcasts, radios, medios comunitarios, y canales de YouTube independientes que se dedican a la difusión y de la música y el arte. Entre las ofertas independientes, desde hace algunos han surgido varias propuestas de canales de sesiones en vivo.
Las sesiones en vivo son grabaciones de músicos tocando en directo desde un estudio en las que no hay postproducción. Es lo más parecido al registro de un concierto sin público. Probablemente su origen está en las apariciones en que hacían artistas en la radio, tocando sus temas al aire.
El formato de sesiones permite al público experimentar con buena calidad de reproducción cómo suenan lxs artistas tocando en vivo. También es una oportunidad para que lxs músicxs tengan registros de sus temas en distintos formatos y versiones. Las sesiones permiten a las bandas grabar de manera más espontánea que en un proceso de estudio como tal. Además, con las posibilidades actuales de difusión, son un buen medio llegar a distintos públicos de una manera amigable.
El canal de sesiones La Cabina del Terror, del sello Pluteras Records, se destaca por su prolijidad y permanencia. Andrés Utreras es la cabeza detrás de este proyecto y nos comenta cómo y por qué realiza este trabajo.
Recuerda que en su infancia y adolescencia veía los conciertos de MTV Unplugged, que marcaron su relación con la música. También comenta que entre sus influencias está John Peel, quien transmitió sesiones inéditas durante casi treinta años. Por su cabina pasaron desde Jimmy Hendrix en 1967 a PJ Harvey en 2004, pasando por toda la gama intermedia.
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La cabina inició hace casi cinco años, en noviembre del 2015 cuando la banda colombiana de D- Beat y Raw Punk, Doomsday, se encontraba grabando en Pluteras. Un poco por jugar, Andrés puso una cámara fija desde el cuarto de control, y registró en video toda la sesión. En teoría las sesiones deben ser así, el video en una sola toma, sin ningún corte.
Andrés montó el video con en blanco y negro, con una estética fuerte y acorde con la música extrema de Dommsday. Por haberlo grabado desde la cabina y la atmósfera sombría que se construyó con la edición, esa sesión y el canal tomaron su nombre.
Inicialmente Pluteras Recs planteó hacer solamente diez episodios de la cabina. Pero, con el tiempo, más bandas nacionales empezaron a acercarse para grabar sesiones. Otra de las cosas que jugó en la permanencia del canal, que hoy en día supera las 250 sesiones, fue el trabajo realizado con bandas extranjeras. Desde entonces, La cabina del terror ha publicado una sesión todos los jueves, de manera ininterrumpida.
Cuando empezó el proyecto Pluteras grababa las sesiones con una consola de ocho canales, micrófonos para una voz y equipos que se pueden encontrar en una sala de ensayo casera, además de una cámara semi-profesional y lámparas de jardín para la iluminación. Hoy cuentan con cámaras profesionales, y mejores equipos para grabar sonido. Mejorar en la calidad del producto final es un incentivo para mantener el proyecto y posicionarlo como un referente a nivel nacional.
Para La Cabina del Terror trabajar en conjunto con productores de eventos nacionales e internacionales ha sido una prioridad. Por eso busca colaborar con las productoras y bandas internacionales. Busca hacer una sesión con esxs artistas o grabar en alta definición audio y video de los shows, así queda constancia de la presentación y el público lo puede disfrutar en línea.
Según Andrés, una de las razones por las que las bandas que tourean por nuestro continente no paran en Ecuador es la falta de registro de conciertos pasados. Afirma que a estos grupos que consideran en venir se les puede mostrar un afiche de eventos anteriores, pero eso no es suficiente. En cambio, si se registran y publican sesiones con las bandas que han tocado aquí, el Ecuador puede convertirse en una parada habitual para bandas de todo el mundo.
Pienso que a veces las bandas no vienen porque acá no hay mucho que ofrecerles. La Cabina del Terror busca cambiar eso. Ofrecerles algo interesante a los artistas y posicionar al país a nivel mundial”.
Andrés Utreras
La cabina se dedica principalmente a proyectos de música extrema, metal, punk y hardcore, pero también ha recibido a bandas de pueblo y artistas de hip-hop. Pluteras ha realizado sesiones con bandas desde ecuatorianas a japonesas, y grabado en colaboraciones desde Colombia o España, entre otros. La idea que Andrés tiene de posicionar al Ecuador a nivel mundial es una constante en su proyecto, por eso edita proyectos de todo el mundo, intercambia merch con bandas internacionales y produce la sede del Metal United World Wide en Quito.
Otro de los ingredientes que hacen de la Cabina un canal tan exitoso es que las bandas y artistas la pasan bien en las grabaciones. Quienes han tenido la experiencia de grabar en un estudio saben que es un proceso hermoso pero cargado de emociones y de estrés.
Normalmente los estudios cobran por hora, y casi nunca se puede finalizar la grabación en el tiempo estimado inicialmente, por lo que las bandas suelen pasar un momento angustioso en la grabación. Sin que el trabajo en Pluteras sea menos serio, para Andrés el espíritu de las sesiones – y de la música, por qué no-, es pasarla bien. Con su proyecto busca rescatar el momento de disfrute, conexión y espontaneidad.
La Cabina del Terror es el ejemplo vivo de un proyecto original y hecho con pasión por el arte y convicción por el HTM (DIY). Rescata lo mejor del underground, respondiendo con creatividad y entrega a la necesidad y los recursos limitados. No ha bajado los brazos, esperando que palancas o subsidios llamen a su puerta, pero siempre ha mantenido abierta su puerta a lxs artistas para crear en conjunto.
Como el amor en los tiempos del cólera, la cabina ofrece una opción para la horizontalidad y comunidad en tiempos de recesión e individualismo. Ofrece un regreso a la música químicamente pura.