Diez discos de música pesada DE LA DÉCADA (2010-2019)

por Pablo Puente
Ponemos punto final a la década con este especial de música pesada. Todo lo mejor que arrojaron estos diez años está aquí. De la mano de nuestro escritor, Pablo Puente, prepárate para un viaje en el tiempo, repleto de atmósferas oscuras y riffs viciosos.

He tenido como siempre digo el privilegio de poder comunicar en diferentes medios mi visión de la música. Y como coincidencia, son 10 años en RC estoy recién desde el 2016 de este ejercicio de “recomendar” lo mejor que nos ha dado la música pesada mes a mes. Es así que, como parte de esta libertad, nos pusimos con Radio Cocoa la difícil tarea de resumir en 10 discos lo mejor de la década que se termina. 

Una década marcada por la masificación de los medios alternativos, tanto en producción como difusión. Y a la par, del ánimo de mostrar la vigencia, y la fidelidad, de lo denominado como música pesada o metal pesado. Se reafirma igualmente la visión de contracultura y heterodoxia que prima en un ritmo de largo controversial, pero, al mismo tiempo, permanentemente contestatario en su diversidad. 

Esta vez está, por año, el orden de salida de los discos pertenecientes a esta década que termina. Y no podía faltar una pequeña referencia a su relevancia. Saludos.

Deftones / Álbum: Diamond Eyes (2010)

Sin duda, una de las mejores placas de la banda. Marcada directamente por la tragedia posterior al accidente de su bajista Chi Cheng, Diamond Eyes propone un aura estelar y única que permite a la agrupación reafirmarse en el estrellato de la música pesada alternativa. Una inyección de una energía repleta de sensualidad en medio de la adversidad.

Deathspell Omega / Álbum: Paracletus (2010)

La complejidad y la bizarrerie que envuelven a esta agrupación han creado sonidos profundamente importantes en el desarrollo de mucho de lo que ha surgido en esta década. Tenemos melodías cargadas de una emoción que varía constantemente en los sentimientos expresados. Pero el sonido no deja de estar unificado. Y llega a su perfección aquí, en Paracletus

Septicflesh / Álbum: The Great Mass (2011)

El proyecto más ambicioso de los helenos, tanto en su trayectoria como, posiblemente, en la categoría de metal pesado combinado con orquestación sinfónica. De proporciones épicas, The Great Mass es la banda sonora del apocalipsis, en el cual el death metal marca la destrucción inevitable de lo terrenal.

Gojira / Álbum: L’Enfant sauvage (2012)

La expansión de la musicalidad de los franceses llegó a esta década con sonidos marcadamente pesados. Y los reafirmó como uno de los grandes designios de la escena oscura. Son una banda creada para trascender. Tomando lo mejor de su obra cumbre —en the link — o su disco de 2005,  From Mars to Sirius, pero, con nueva vitalidad, nos demostraron que llegaron para quedarse en lo alto del estrellato.

Converge / Álbum: All We Love We Leave Behind (2012)

Este hardcore con guturales abominables confirmaba, con ligeros cambios pero manteniendo la misma fórmula, que algo bien realizado no tiene problema en mantenerse. Y es que Converge es una fuerza inagotable de furia y sentimientos caóticos. Consistencia y agresividad.

The Ocean / Álbum: Pelagial (2013)

Uno de los pocos actos de esta lista que estuvieron en el país. Siendo así, pocos fueron afortunados que aprovecharon una oportunidad única de comprender la profundidad de este disco. Con oleadas de matices progresivos, Pelagial no es un disco que te entrega todo de frente, sino que espera ser descubierto, por todo lo que propone debajo de la superficie. 

Behemoth / Álbum: The Satanist (2014)

Considerado ampliamente por la crítica como la definición del metal de estos años, The Satanist fue la división entre el sonido antiguo y el nuevo en los polacos. Un vistazo a lo que se venía gestando en discos anteriores explica esta furia, pero añadiendo paciencia y dejando a un lado lo establecido. Controversial y revelador, Behemoth fue otro de los actos que llegaron al país en su momento cumbre y fueron tristemente desaprovechados.

Deafheaven / Álbum: New Bermuda (2015)

Muy pocos esperaban lo sorpresiva que tornó a la escena extrema la evolución del black metal/shoegazing en los últimos años. Este revuelo acompañó al crecimiento de mucho de lo que se experimentó y que mantiene como base ese esquizofrénico post rock pesado. Aquí encontramos largos temas híbridos que no rivalizan con el exitoso Sunbather, pero que tienen que ser entendidos como bestias diferentes. Mucha intensidad y pasión desbordada. 

 

Cobalt / Álbum: Slow Forever (2016)

Una de las placas más crudas y básicas de una banda que deja el lado más animal del black metal de antaño y profundiza en sonidos más locales. Sonidos que, con una ira reprimida en cada acorde, trazan un largo camino de introspección en las zonas más oscuras de la mente. Permanece el andamiaje de lo pesado, pero Cobalto confirma en esta placa que la creatividad tiene muchísimas aristas que se proyectan hacia el mismo destino. Una obra de teatro de lo grotesco.  

 

Frank Carter & the Rattlesnakes / Álbum: Modern Ruin (2017)

Un melodioso himno a la mente consumida por la incertidumbre. Frank Carter expone su inmenso rango vocal y, principalmente, la paciencia por mantener la agresividad de antaño, como en Gallows, y su lado más edulcorado, junto a Pure Love. Empero, en Modern Ruin conjuga meticulosa y musicalmente un aura más moderna que la del disco anterior, Blossom. Y alterna entre lo visceral de las temáticas y lo atrapante de música joven e innovadora. 

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