La tercera edición del festival Sonora llegó con tanto poder que nos dejó con ganas de más. Entérate de lo que hay detrás del evento internacional que celebra a las voces femeninas.
“Somos muchas y nos hicimos escuchar”, así fue como se despidieron las once compositoras que este año participaron en el Festival Sonora. Con artistas como Matinda Kamuena, Sr. Maniquí, Adri Pérez, Carolina Lizarzaburu, Anémona, Fabby Olano, Justina Šikšnelytė, Karina Clavijo, María Katherina Music, Paula García y Sol Córdova Fuentes, Ecuador se unió por tercera vez a esta iniciativa. El Festival Sonora nació en Brasil con el fin de que la imagen de la mujer en la música se visibilice, como compositora o productora. Y no como intérprete solamente.
Con una explosión de géneros cargada de melodías empoderadas, el Festival fue un evento que nos permitió ver más allá de la música. Detrás de cada canción hay una historia, una intención íntima, profunda y personal. Poder escuchar de qué tratan los temas que se presentaban desde la voz de quien los compuso fue sin duda lo que hizo que Sonora fuera tan especial. Ver a estas talentosas mujeres paradas en el centro del teatro, solas y rodeadas de luces tenues, nos permitió tener una conexión con la parte más vulnerable pero también con la más fuerte de las mismas.
“Para mí fue muy grato participar este año en el festival. Por ejemplo, esta vez decidí presentarme sola en el concierto de apertura, es decir sin mi acompañante del piano. Fue una experiencia muy importante, fue reafirmadora y sentí mucho el apoyo del público, eso estuvo muy chévere”, nos cuenta María Katherina Gavela, compositora ecuatoriana.
La identidad juega un papel importante dentro del festival. Y es que uno de los objetivos principales de Sonora es precisamente que el evento funcione como un encuentro de diferentes estilos musicales. María Katherina dice que lo que más le gusta de estar en Sonora es que, además de poder hacerse escuchar a través de su música, se crea un lazo especial entre las artistas. “Es un sentimiento lindo porque al compartir con las demás compositoras estamos creando esta red de apoyo entre nosotras donde nos conocen y nos identifican por ser creadoras de nuestra música”.
Poli Giacometti (Anémona) nos cuenta que Sonora es un festival diferente porque todas “dan una mano” en la organización. “Al participar en la parte de las convocatorias y de la organización me sentía más involucrada con todo el proyecto. Porque no es sólo ir tocar y ya, sino que estábamos creando algo entre todas”, dice Poli.
Al asistir al Sonora se respira diversidad. La fusión de estilos y la presencia de los audiovisuales fue una parte que se destacó del festival. Con Sonora, las compositoras buscan crear una interacción a partir de estos núcleos creativos femeninos. “Con estas redes queremos resaltar que no es que viene un man y escribe la canción para que después llegue la chica y la cante, no es así. Nosotras somos creadoras de contenido y estamos aquí para que nos escuchen, no porque somos mujeres sino porque tenemos talento”, dice Poli.
No obstante, aunque esta edición de Sonora haya sido la más exitosa de todas, tanto a Poli como a María Katherina, el festival les dejó con un sabor un tanto amargo. “ Sí, eventos como el Festival Sonora son espacios que a pesar de ser necesarios aún están muy poco difundidos. Sin embargo su iniciativa es fuerte porque no sólo congrega a mujeres compositoras que ni sabíamos que existían, sino que también hace visible el hecho de que sí hay mujeres que hacen y producen su música en un medio que es tan dominado por bandas y proyectos masculinos”, dice María Katherina.
La lucha por el equilibrio entre géneros dentro del mercado musical es algo latente en la industria. Existe una problemática internacional con respecto a una apertura a las voces femeninas en los carteles de los festivales. Como artista, María Katherina piensa que aunque la escena femenina aún es desconocida para muchos. Falta apoyo por parte del público. “Yo creo que debemos trabajar en implementar leyes como las de la cuota femenina dentro de los festivales que se aprobó en Argentina y seguir con Sonora para poder educar y preparar a las audiencias para contenido como el que se mostró en el festival”.
A pesar de que el festival ya pasó, es importante que su difusión continúe. Sonora es un festival que tiene mucho que ofrecer y este es sólo el comienzo.“Ahora fuimos once pero quién sabe, hay mucho talento oculto que al mundo le hace falta descubrir. Y espacios como este nos ayudan a decir que no son los hombres los que nos deben incluir, sino nosotras mismas apoyarnos mutuamente. Es por eso que Sonora se destaca”, concluyó Poli.