Presentamos, sin un orden concreto, varias opiniones sobre los hechos que han tenido lugar los últimos días en Ecuador, compartidos por artistas de la escena musical ecuatoriana. En su mayoría, contienen una visión de primera mano de los convulsos días que ha vivido el país.
El pasado martes 1 de octubre, el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, anunció un paquete de medidas económicas destinadas, según él, a «reducir el gasto público y a reactivar el sector productivo». Las sospechas no se hicieron esperar. Pronto, las medidas fueron criticadas por varios sectores de la sociedad, que vieron en ellas una receta infructuosa dictada por el FMI.
Las protestas comenzaron el jueves 3, detonadas por el sector del transporte que expresó su descontento por la eliminación del subsidio a la gasolina y el diésel, con cierres de vías en varios sectores del país. No tardaron en sumarse, horas más tarde, estudiantes universitarios y pueblos indígenas. Los últimos han sido, a lo largo de los últimos días, los principales abanderados de una lucha que se extendió mucho más allá de la eliminación del subsidio a los combustibles y que también reclamó por el resto de medidas impuestas por el régimen.
Pero los días de protesta no han sido fáciles. Activistas y analistas políticos han expresado su preocupación por la forma en que el gobierno ha encarado los hechos. La pronta imposición de un estado de excepción, así como la represión violenta, han sido motivos de reproche por parte de muchos. Asimismo, las condiciones en que los indígenas han tenido que vivir, mientras persistían en el empeño de que su voz sea escuchada por el gobierno, han sido precarias. En medio de esas dificultades, muchas personas les tendieron una mano solidaria, demostrando una enorme capacidad de organización por parte de la sociedad civil quiteña. Pusieron grano de arena para aminorar su cansancio y hambre, e, incluso, han unido su voz a la suya.
De esto hay mucho que contar, y por ello algunos personajes de la escena musical local nos compartieron su visión sobre los acontecimientos que sacudieron al Ecuador en los 11 días de paro. Te presentamos aquí una mirada múltiple sobre los hechos convulsos que ha experimentado el país. Todos fueron emitidos en medio de la crisis y reflejan sus alcances.
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La verdad es un asunto complicado
Fabrikante. Músico, escritor y cineasta.
La verdad es un asunto complicado. Sobre todo porque la gente suele recordar y abrazar las verdades simples, pero no todas las verdades son sencillas. Este es un problema central al momento de informar sobre estos momentos. ¿Por qué? Porque, aunque muchos traten de describir esta situación como “una guerra de bandos”, la realidad es mucho más compleja.
¿Qué sucede en el paro nacional? Desde mi experiencia no he podido encontrar saqueos, sólo he visto millares de personas que estamos expresando nuestra inconformidad frente a las acciones de un gobierno. Nos quieren hacer creer que el subsidio de gasolina es lo central, pero no lo es. Millares estamos saliendo a protestar pacíficamente para expresar nuestra inconformidad por las reformas laborales, reformas a la jubilación, en contra de los pactos con el FMI y en contra de la minería despiadada.
Millares estamos saliendo a expresar nuestra inconformidad pacíficamente y el mal gobierno intenta entablar un diálogo con nosotros a punta de gases lacrimógenos. ¿Y saben qué más hay? Hay millares de policías que son nuestros hermanos y que tiran gases para que no se formen grupos grandes de gente, pero en sus caras se puede ver la incertidumbre de no saber para qué hacer eso.
Esta es mi visión y no pido que la crean porque de ley es parcializada. A la final ustedes tendrán otra visión, pero para tener una visión amplia me parece importante recordarles que salgan a la calle. Salgan, no necesariamente porque quieran protestar o estén a favor del paro, sino para que sepan de primera mano qué es lo que está pasando y que puedan tomar una acción frente a ello. Salgan porque nos hemos acostumbrado a relacionarnos con nuestro entorno mediante links, pantallas y cosas hermosas que nunca podrían documentar la realidad. Salgan porque en el encierro crece la paranoia y la histeria.
Salgan, no necesariamente cuando hay paro, sino cuando puedan para que se relacionen con su mundo. Salgan a conocer otras realidades. Salgan para interactuar con gente que no piensa igual que ustedes y que no tiene su misma historia. Salgan porque la humanidad desde siempre se ha estado desmoronando y sobre los escombros siempre habrá gente armando pachanga.
Nos quieren callar
Runa Jazz. Agrupación musical andina.
Nos quieren callar de todas las formas posibles. Y nosotros, los pueblos originarios, estamos alzando la voz a nombre de todas la personas invisibilizadas, de los que no son escuchados. Luchamos por el bien común, por un mundo igual y pedimos el respeto hacia nuestra tierra, la Pacha Mama.
Ya basta de esta opresión prepotente. Nos quieren tratar como animales. Como hace más de 500 años, cuando los españoles decían que los indios no teníamos alma, la historia se repite. Nos quieren tratar así de mal, pero estamos en la resistencia y en pie de lucha para una vida justa y no daremos ni un paso atrás. Nuestros hermanos, padres, abuelos, y nosotros seguiremos luchando hasta que se respeten a nuestra gente.
Hay que hacer pensamiento crítico
Sumay Cachimuel. Miembro de la agrupación Los Nin.
Quisiera que la gente entienda que esta lucha viene por ese golpe tan duro que nos están dando estas medidas económicas, y que estamos pagando nosotros, la ciudadanía. Esto no tiene que ver con ningún partido, ninguna corriente ideológica. Nada de eso. Se trata del bienestar de la gente.
Lo que está ocurriendo no es solamente una protesta indígena. No sólo es un asunto de los runas que hemos participado, sino de todos. A todos nos afecta la situación, y de muchas formas. Es importante que la gente entienda a quién está defendiendo y a quién debemos enfrentar. Somos nosotros los que estamos pagando los platos rotos de una clase burguesa que está beneficiándose a costa nuestra. Hemos podido ver la forma en que lo que está sucediendo prácticamente se convierte en una guerra civil, y, a la vez, todo lo que están anunciado esos supuestos dirigentes.
Al mismo tiempo te das cuenta de cómo el sistema es una mafia donde las ramas envuelven a mucha gente. Un ejemplo es el de los medios de comunicación, que han mostrado su verdadera cara. Nos perjudican muchísimo por la forma en que realizan su labor y cambian la opinión de la gente. Hacen creer que aquí no pasa nada, pero está pasando. Después de todo, ¿cuántas pruebas más son necesarias para darnos cuenta de todo lo que está pasando, lo que nos están haciendo?
Este martes estuvimos en gran riesgo. Según mi forma de ver, estuvieron atacándonos a matar, y hay que tomar en cuenta que, de nuestra parte, esta siempre fue una manifestación pacífica. Todo el mundo sabe que hubo infiltrados, que siempre estuvieron la intención de desestabilizar a todo el movimiento, a cada una de las organizaciones que vinieron.
Es muy evidente. Fue un juego de ajedrez en que este gobierno movió todas las fichas para estar protegido adentro, y nosotros, afuera, prácticamente como presos. Ahora, como estamos viendo, hemos llegado incluso a perder vidas. Y esto es algo muy fuerte porque, como nosotros entendemos, nadie tiene derecho a quitarle la vida a nadie. Ese es un derecho fundamental que no están respetando para nada, al grado de que, si antes peleábamos por una vida digna, ahora estamos peleando, sencillamente, por la vida. Creo que eso puede dar una idea de lo graves que están las cosas.
Hay que entender que, si nos hemos hecho presentes aquí, ha sido como pueblos indígenas, como personas y, en mi caso y el de muchos más, como promotores del arte y de la gestión cultural. Mi mensaje para toda la gente que lee este texto es que esta lucha es de todos, y todos debemos involucrarnos. Llegado este punto, donde ya sucedieron tragedias, todas las personas deben olvidarse de las etnias y el regionalismo. Debemos priorizar el bienestar de toda la humanidad.
Lo que digo aquí es lo que yo puedo compartir desde lo que he experimentado. Estos días he estado viviendo con la gente en los centros de acopio. Ahí hemos visto cuáles son las necesidades que imperan. Ha venido más gente de la que estaba pensada. Por eso hubo noches en que algunos dormimos en las gradas, a veces sin cobijas.
Pero, a pesar de todo, y a pesar de que no todos se suman a la marcha, en el trayecto desde Otavalo hasta Quito, a pie, jalando dedo, la solidaridad de la gente fue muy positiva. Nos dieron mucho respaldo, y eso fue algo de lo que todos deberíamos contagiarnos. Esa es la parte fundamental del asunto, la unión. Si nos movemos todos los de abajo, agitaremos el terreno que pisan los que está arriba. En todo momento que suceda una emergencia, todos debemos juntarnos y solucionar este problema, porque el bien es para todos.
Por último, tengo una reflexión para la juventud. Hay que hacer pensamiento crítico. Apaguemos los televisores y dejemos de prestar atención a los programas que nos están lavando el cerebro y desvían la atención de lo que está sucediendo. Necesitamos adueñarnos de esto y proponer un cambio de lo que sale en la televisión basura por contenidos que en realidad nos eduquen. Basta de esas novelas de cantantes fallecidos, prensa rosa y chismes. Tenemos que hacer un cambio total, una revolución entera que incluya estos elementos.
Un ejercicio de poder
Mariela Espinosa. Cantante y profesora de canto. Creadora de Sr. Maniquí.
No creo estar tan clara con relación a lo que está pasando y lo que va a pasar. Tampoco he salido tanto, porque tengo miedo. Creo que para todos ha sido un shock ver que la postura del presidente sea tan insensible y violenta. Yo, que he vivido en Chile, donde no se podía hacer una protesta pacífica sin que vengan los de fuerzas especiales a agredirte, estoy muy sorprendida. Porque la sensación que tenía es que aquí sí se podía protestar sin tanta represión. Esta vez todo me ha conmocionado.
Me sorprende que se haya declarado un estado de excepción de forma tan prematura e injustificada. Desde ahí me dio desconfianza este proceso. Lo que más miedo me da es que sean los estudiantes y el pueblo indígena la carne de cañón del capricho de un presidente envuelto en contradicciones. ¿Cómo puede ser que quien fue vicepresidente de Correa le esté echando toda la culpa, desligándose de su responsabilidad en su proceso? Para mí, de alguna manera quiere demostrar poder. Es la manifestación más clara del ejercicio de poder sobre el otro.
Desde mi feminismo soy capaz de percibir que el capitalismo es parte de este sistema patriarcal que hoy ya está caduco. A lo largo de estos años, todos los temas de avanzada no han sido tratados debidamente por el presidente. Él no ha sido asertivo en ninguno, ni en el tema del aborto, ni en los temas ambientales. Tampoco ha tenido un discurso sólido, y, por el contrario, ha estado vendido a la empresa privada y a la banca. Lamentablemente, como la gente de aquí se ha dejado convencer por discursos que apuntan a un villano, no pusimos atención a lo que estaba pasando. Lo que está sucediendo en este momento es una reacción de la gente.
En cuanto a lo que he visto, el lunes salí a una protesta en contra de Teleamazonas. Luego tuve la oportunidad de ver el plantón pro-gobierno en la Tribuna de los Shyris, donde había casi la misma cantidad de policías que de civiles. Fue muy absurdo, y ahí se ve lo desproporcionado de la situación, el ejercicio de la policía en contra de la gente. El martes fui a dejar unas donaciones en la Salesiana. No he ido a otras manifestaciones. No tengo mucha experiencia en ellas y creo que, para estar en ahí, uno tiene que estar preparado. Nadie tiene muy claro qué va a pesar. Pero, en sí, creo que el hecho de que la gente se manifieste y se movilice es un camino.
Una cosa muy importante para considerar es la reacción de la gente en contra de los “medios tradicionales”. Ha quedado en evidencia la forma en que estos medios manipulan la información. Espero que eso quede registrado por mucho tiempo, para que la gente no la consuma sin cuestionarla. Y te lo dice alguien que es sobrina de un periodista que trabaja en un canal —aunque él no tenga que ver con la postura del canal—. Aun así, yo no le creo a la prensa ni un poco.
Con relación a mi situación, estas medidas me van a afectar en la misma medida que a toda la clase media, si es que se suben los alimentos, el transporte y los servicios básicos. Yo soy una artista sin un trabajo fijo, sin un contrato, y no estoy afiliada al IESS. Por lo tanto, no tengo un seguro de salud ni una jubilación. Tengo 32 años y no tengo herencias ni propiedades.
Y aunque siempre he pertenecido a la clase media y me considero una persona privilegiada, creo que, en términos de qué tan grande es el soporte que me ofrece el estado actualmente, estoy en un sector vulnerable, por ser artista. Yo vivo de mi trabajo, que es totalmente independiente. Entonces, creo que, si se encarece todo, si tomar clases de canto, que no es una necesidad primaria, deja de ser un gusto que mis alumnos pueden pagar, yo me quedo sin trabajo.
Así, esta es una lucha de quienes somos artistas, por lo menos de quienes no vivimos de herencias ni de sueldos. Una lucha que, no obstante, va mucho más allá de nosotros y nos compete, en verdad, a todos.
Abajo las medidas
Édgar Granda. Músico, profesor y académico. Miembro de La Malamaña.
Quiero rechazar el accionar violento por parte de las fuerzas armadas y la policía nacional, y, en general, del gobierno de Lenin Moreno: de la ministra María Paula Romo y del ministro de defensa, Jarrín. Queremos saber dónde están los desaparecidos. Queremos cero impunidad, por los muertos. Este gobierno está lleno de sangre.
Doy mi apoyo al paro nacional. Mi apoyo total y mi complicidad absoluta están con los pueblos originarios del Ecuador. ¡Viva el paro! ¡Abajo el FMI ! ¡Abajo todas las medidas tomadas por este gobierno como parte de la carta de intención del FMI!
Un país Plurinacional e Intercultural
Ninari Chimba. Docente y música. Pueblos Cotopaxi y Otavalo.
El Ecuador es un país Plurinacional e Intercultural, así nombrado en la constitución del 2008, donde no requiere recursos económicos sino voluntad política para serlo y ejercerlo.
Contradictoriamente en el Ecuador estamos viviendo una grave y alarmante violación de derechos humanos individuales y colectivos amparados en esta constitución, hacia los pueblos y nacionalidades indígenas. Ha habido inconstitucionalmente represión en zonas de paz, arrestos irregulares, amedrentamiento, dificultad de acceso a la justicia, desinformación, bloque mediático y asesinato, se decretó al país en estado de excepción, en respuesta a una movilización legítima y pacifica convocada por el sector indígena y popular.
Así pues, poniendo en contexto brevemente lo que injustamente ha estado sucediendo, siento y pienso que es importante respondernos estas preguntas. Las respuestas me han sido desgarradoras. Como nieta de abuelos y abuelas, campesinas (os) indígenas (chakareros/as) de sur y norte, puedo decir que cada lagrima ha sido un recordatorio para respondérmelas precisamente, y desde ahí quiero escribir, memoriar desde y como los Andes.
He visto fotografías de ellas, de ellos, taytas y mamas, quienes han dejado sus chakritas, esa vida dulce del campo, a pesar de que sea la más dura también, quienes han dejado encargando sus animalitos y sus semillitas, quienes van cargando tierra en sus pies descalzos, zapatos, alpargatas, o, viceversa, ella, la tierra a ellos (as). Guardando kukabi para el camino, despidiéndose, no sé cómo.
Pero claro es el porqué de quienes, haciendo encargar sus casitas y sus chakras a sus apus, sus montañas, muchas(os) a la virgen y a Jesús, también, antes de salir al paro. Una salida humilde pero firme, con convicción. Pareciera que desde que nacen hasta que envejecen tienen muy claro buscar y exigir el derecho a vivir justamente en comunidad, el derecho a resistir y su significado, por esta y todas las generaciones del país.
¿Quiénes están ahí? ¿Quiénes son? ¿Quiénes somos? ¿Por qué nuestras vidas valen? ¿Valen?
En el actual momento político-social que vive el país, se hace urgente dirigir la mirada hacia el interior, volver la mirada hacia lo que somos y devolver el lugar protagónico que le corresponde a cada miembro de nuestras comunidades andinas y amazónicas revalorando su sabiduría y respetando su visión del mundo.
Ser campesinas, campesinos indígenas en el Ecuador
No son “campesinos” cualquiera, estos hombres y mujeres —runakuna en kichwa— son criadores de la biodiversidad andino amazónica. Durante mas de diez mil años han venido transmitiendo de generación en generación las sabidurías ancestrales de la madre naturaleza, por lo que me atrevería a decir que el llamado y convocatoria a re-pensarnos, a apoyar, resistir y difundir lo que ha sucedido y sucederá es por justicia social, justicia ecológica, y justicia educativa, que es lo que le atraviesa a esta lucha histórica, una vez más.
Es decir, una oportunidad, un llamado y un recordatorio urgente para trabajar y hablar como prioridad sobre justicia distributiva.
Estas campesinas/os indígenas han sido reconocidos (as) por la UNESCO en el año del 2003 como “Tesoros Vivientes” (TV) y sustentadores del Patrimonio Cultural Inmaterial, PCI.
Este Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI), que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana. Y es compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y el desarrollo sostenible.
Su relación con la naturaleza no es de individuo a objeto, sino que su vinculación con la naturaleza es colectiva. Es así que las decisiones tomadas por el gobierno y la sociedad nos afectan como personas, como comunidad humana, pues es directamente afectada la madre naturaleza, y viceversa. Un TV nace, vive y muere en comunidad, en ayllu, esa sagrada unidad de naturaleza, deidades y humanos. Sus actividades son colectivas. No existe actividad en que no esté presente la comunidad, el colectivo. El TV lo es tanto por obra de su genio creativo como por obra del genio comunitario. Es impensable en los Andes un TV como genio aislado. Después de estos días nos queda más que claro.
No se trata de romantizar la cosmovivencia de la y el campesino indígena, porque ellas (os) no lo viven así. Se trata mas bien, en nuestro caso, de utilizar los medios de occidente moderno, las letras, y ahora la modernidad como la tecnología, las redes como medios políticos para archivar, formar, recordar, cuidar, visibilizar, valorar y encariñar (nos) nuevamente a esta realidad históricamente relegada, que hoy se nos han puesto de frente, cara a cara, para enraizar, para decidirnos todo el país a donde nos habremos de apegar desde hoy en adelante, y de quienes injustamente nos hemos, o nos han hecho, desapegar, asumiendo también que en una gran parte de quienes somos indígenas estudiados (as) o desde la urbanidad lo veníamos haciendo o en algún momento lo hicimos.
La mayoría de indígenas que participan en el Paro Nacional en Ecuador son criadores de biodiversidad. A ellas y ellos se está maltratando, reprimiendo e incluso matando. Exigimos después de estos días justicia restauradora, reparadora para esas familias, viudas, como compromiso y responsabilidad dentro de los acuerdos de paz y diálogo.
Si ellas desparecen, desaparece la crianza de la biodiversidad
Por otro lado, aplaudir y reconocer la presencia urbana y no urbana, de adolescentes, adultas (os) y jóvenes, indígenas, mestizas (os), blancas (os), montubias (os) y negras (os), que estén ahí de la mano de la lucha y la defensa de nuestros derechos colectivos y de quienes, aun no estando, están. Ustedes, nosotras (os) estamos siendo veedores y guardianes de la historia de nuestro país, porque somos hijas (os), nietas (os) de la insurgencia de lo urgente, de la rebeldía contra la tiranía, la mentira y la injusticia. Pero, sobre todo, porque al estar, nuestra presencia significa que estamos siendo guardianes de estos tesoros vivientes de nuestro país. Es decir, estamos cambiando el destino del Ecuador.
En muchos sentidos hemos ganado, compañeras y compañeros, indígenas y no indígenas. Ya no es un sueño tan utópico la unión campo-ciudad. No es tan lejano soñar que después de esto podremos seguir trabajando en la unión de pueblos, hasta lograr ser uno solo, aún con nuestras particularidades, que nos hacen un Ecuador biodiverso.
Hemos ganado, porque el verbo “luchar”, y ¨reciprocidad, en muchas y muchos jóvenes inclusive wawas, dejará de ser tan sólo verbo y se habrá de convertir en principios de vida y de camino a tomar. Es decir, hemos compartido esta escuela juntas (os), la de nuestras (os) ancestras (os).
La rebeldía que nos caracteriza a las (os) jóvenes y adolescentes ahora habrá cobrado objetivos y contenidos más claros y sinceros. Por lo que nuestros (as) dirigentes, organizaciones sociales, instituciones educativas y los gobernantes deberán tomar en cuenta y re-pensar las maneras organizativas, decisivas, representativas, y participativas para trabajar.
¿Qué tipo de educación recibieron Lenin Moreno, Paola Romo, Jarrín? ¿Qué tipo de escuela fue la del pueblo que salió y no calló? ¿La justicia educativa como contenido y aplicación debería ser parte de las reformas educativas o el curriculo? ¿Cómo transmitir lo aprendido: solidaridad, reciprocidad y empatía, con el otro en la educación del Ecuador?
El racismo y clasismo, y el odio al indígena, ¿acaso se aprenden? ¿Regresar al páramo debería ser un insulto o una prioridad educativa? Nuestros (as) dirigentes y los mandatarios, ¿han tenido las mismas oportunidades de educación de manera distributiva y justa? ¿los contenidos educativos deberían dar otra mirada? Entonces, ¿a quienes deberíamos dirigirnos como ignorantes? ¿ a quienes habremos de escuchar y de quienes habremos de aprender? Claro está.
Es necesario dar prioridad a estas preguntas porque la educación occidental moderna no es nada ajena a la crisis climática y de valores, como dice Grimaldo Rengifo del Perú. Entonces precisamos también de tomar en cuenta los tristes e injustos panoramas que también se ha vivido y llevarlos al aula, a lo cotidiano, a la calle, a las políticas publicas y educativas para que nada haya sido en vano.
Posted by Oliver Utne on Saturday, October 12, 2019
Que se haya desempolvado el odio al indígena es, en realidad, doloroso, indignante y repudiable, y nos permite tener el problema de frente y no de espaldas, atacando minuciosamente. Eso es importante.
Nos permite ponerles rostros y nombres para saber directamente a quiénes dirigirnos. Y, por otro lado, para saber que la demanda del indígena no era tan sólo una «retorica» de año tras año, porque no superan lo de hace 527 años.
Porque nos permitió reconocernos entre indígenas y no indígenas. En este caso, con la y el quiteño como hermanas (os). Porque nos encontramos del mismo lado, para trabajar juntas (os) ahora y después.
Algunas (os) mestizas (os), pocas, en el intento de ayudar quizá, donaron cosas inimaginables e inaceptables en muchos casos: vestidos de gala, zapatos de taco etc. Sin embargo, eso nos permite ver que en la población mestiza hay un gran sentido de solidaridad, pero que urge la necesidad de conocer aún más a profundidad al y la indígena, desde la empatía, a distancia o no, pero también desde el cariño y el respeto para encarnar más bien el ser reciproco desde ahí.
Que las muertes de nuestras compañeros y compañeras no han sido y no serán en vano. Saber que las y los dirigentes indígenas y no indígenas, así como el gobierno, deben trabajar y buscar estrategias de mediación y formación para construir un país Intercultural y Plurinacional más justo, y que nosotras (os) no podemos volver a vivir en desinterés político y comunitario.
Este paro, esta lucha, no nos cabe duda de que es del pueblo, para el pueblo, por todos y todas las ecuatorianas, y que sin duda servirá de ejemplo desde la historia para otros países del mundo.
Un gran levantamiento popular*
Curare. Banda quiteña de folk metal andino. Longo metal.
CURARE ECUADOR ante los graves acontecimientos que vive el país, la brutal represión de los aparatos de estado y el cerco mediático que se ha impuesto a la población.
Vivimos un gran levantamiento popular como no habíamos visto hace más de una década.
La injusticia del modelo económico nos ha llevado a rebelarnos durante toda la historia de nuestro país: la rebelión de Daquilema en Chimborazo (1870), el levantamiento obrero en Guayaquil en 1922, la huelga agrícola de Pesillo y Olmedo (1931), han marcado nuestra identidad como ecuatorianos.
Y nuestra historia reciente, desde que empezó el desangre de la Amazonia y el boom petrolero de 1972 , sigue marcada por inequidad social, injusticia económica, levantamientos e inestabilidad política, gobiernos decididos a vivir de espaldas a las necesidades de la mayoría de la población, repitiendo un modelo racista , paternalista y colonial.
Es por toda esta historia, en la que hemos participado individualmente y como colectivo, —caída de Abdalá, Jamil, Lucio, protestas contra el ALCA, el TLC, la Minería y la ampliación de la frontera petrolera— que RESPALDAMOS A LOS ECUATORIANOS QUE UNA VEZ MÁS SE VEN AVOCADOS A DEJAR SU CASA, SU COMUNIDAD, SUS HOGARES PARA MANIFESTARSE PACÍFICAMENTE y SIN SAQUEOS, como ha sido siempre nuestra protesta. Identificados grupos vandálicos externos, por la misma gente en las calles, se los ha detenido y deberán ser procesados por incitación a la violencia y destrucción de la propiedad pública y privada. Y la policía debería dedicarse a controlar a estos delincuentes y a quienes saquean en los barrios, en lugar de dirigir sus armas a los manifestantes.
Pero ninguna insurrección popular, peor aún el reclamo justo de la mayoría de sectores afectados por la política económica, justifica el ABERRANTE y CRIMINAL uso de la fuerza por parte del Estado, que ha causado un nuevo episodio de desangre en nuestro país que provoca aún más la ira popular. El cobarde ataque a las zonas humanitarias tampoco es algo nuevo. En el año 2000 de igual forma los manifestantes se refugiaron en la UPS, y las estrategias de violación del derecho humanitario incluyeron bombardeos aéreos, cortes de agua y luz, ataques a las donaciones de los quiteños y represión sorpresa por todos los frentes.
Somos ecuatorianos que luchamos no sólo durante el paro, sino todos los días, cada uno desde su trinchera, nosotros desde la música, las artes la ciencia y la educación, por mejorar el planeta que habitamos y por volverlo más justo y menos depredador. Por eso hemos sido muchas veces descalificados y acallados, pero seguimos resistiendo. A esa resistencia y movilización CONSTANTE es a la que apelamos en cada uno de ustedes.
Respecto a la brutal represión exigimos la inmediata salida de los ministros Jarrín y Romo y la apertura de un expediente fiscal a los implicados por delito de lesa humanidad, como corresponde. Respecto a las medidas, exigimos su inmediata derogación a fin de retomar las actividades normales del país.
Con esas dos medidas el gobierno aseguraría el fin de su período, tan importante para la estabilidad de la población y se ahuyentaría a los políticos oportunistas que se han repartido el país con ocasión de las insurrecciones populares. Si bien la insurrección es un momento histórico apasionado y eruptivo, no debemos perder la perspectiva de mantener un país que no deje fuera a la mayoría de su población, y que no destruya su patrimonio natural, su mayor tesoro.
*Este texto fue publicado originalmente en la página de Facebook de Curare.
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Transcurridos algunos días de que estos testimonios y opiniones fuesen escritos, el gobierno ecuatoriano se reunió con algunos de los más importantes líderes indígenas para llegar a un acuerdo. En la sesión participaron Jaime Vargas —presidente de la CONAIE—, Leonidas Iza —presidente del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC)— y Mirian Cisneros, del pueblo Sarayaku. El país estaba expectante.
Después de varias horas de intensa deliberación, el gobierno resolvió derogar el decreto 883. Pero eso no fue todo lo que ofreció el diálogo. Los dirigentes indígenas no dejaron de hacer hincapié en la represión ejercida por la fuerza pública, y en llamar a la renuncia de la Ministra de Gobierno y el Ministro de Defensa. Además, insistieron en revisar la agenda económica, afín, según ellos, a los intereses del FMI. También instaron a dejar atrás el gastado discurso político del morenismo, asentado en una crítica constante e improductiva del régimen correísta.