Nos sentamos a escuchar atentamente nuestros discos favoritos en lo que va del año. Y este fue el resultado. En esta primera parte: Letelefono, El General Villamil y Cometa Sucre.
Ahora que estamos metidos en la segunda mitad del año, necesitamos una buena lista de los mejores lanzamientos recientes. Y, para que el asunto vaya más allá de encargarlo todo a un sufrido escritor, varios de los miembros del staff de RC seleccionaron un álbum favorito y escribieron desde su corazón o su cabeza. Bien o mal, aquí está el resultado.
Esta primera parte cubre lo más instantáneamente pegadizo de nuestra música. Esos discos cargados de bellas armonías vocales, riffs melódicos y letras que irán directo a la vena. Desde ya, te advertimos que estos álbumes te arrancarán esos sentimientos que has ocultado en lo más hondo de tu persona. Así que tómalo suave.
Y no olvides ver la segunda parte aquí.
El Amor Existe – Letelefono
Por: Samay Vásquez Ansaloni
El amor existe en lo cotidiano, en lo universal, en lo momentáneo, en lo frágil, en lo espontáneo, en lo familiar, en lo desconocido, en el sampleo y en las colaboraciones. El amor existe también es el tercer LP de la banda cuencana Letelefono. El disco cuenta con 11 canciones que, más allá del gusto personal que evoquen, gozan de una pulcritud de producción indiscutible. Cada una está llena de sonidos, el nivel apropiado de dramatismo, temas explícitos con letras metafóricas, combinaciones inesperadas, mucho sentimiento, y, a pesar de todo, no se desbordan.
Como el amor mismo, lo más importante no es qué se dice, sino cómo se lo dice. Hay que sentarse a escuchar las letras, a asociarlas a nosotros y a veces a separarnos de ellas. En otras ocasiones, en cambio, sólo hay que repetirlas con el mismo feeling de Leo para poder descubrir su misión. Ponerse a contemplar la música, por su parte, requiere estar abierto a una experiencia que sorprende, gira, confunde momentáneamente, nos recuerda sonidos y nos rebobina la cabeza con nuevos. Una vivencia totalmente visual, como si el disco fuera un programa de televisión.
Favoritas: “No Todos los Peces Van al Cielo” y “La Favorita”, para mantenernos clásicos.
Daga – El General Villamil
Por: Manuela Vásquez
¡Tierra a la vista! Así me sentí el día en el que El General Villamil anunciaba en su Instagram que compartiría Daga, adelantadamente, con 200 fans —¿y/o haters?— ansiosos por saber qué le podía seguir a Jalea, que vio la luz en el 2016. Era abril de este año y la banda estaba lista para soltar un trabajo que tomó tiempo en hacerse por todas las buenas razones. Ya lo dijo una vez el mismísimo David Rojas —voz y mente maestra detrás de la banda— en un episodio de nuestra serie Buenas Vibrash: Daga es un disco “menos malcriado”, pero no por eso menos divertido.
Es un buen segundo disco. Mantiene ese sonido «surf rockero» con que el conocimos y nos enamoramos de la banda guayaca, pero se mueve con la marea, que, inevitablemente, te lleva a explorar nuevos territorios. ¿A dónde llegó El General Villamil con Daga? A un sonido más sólido y mejor producido. Esa prolijidad y detalle se mezclan con grandes y melancólicas letras. No es un disco para mover la cabeza descontroladamente y echar unos cuantos pasos de baile —si lo suyo es bailar pura psicodelia—, como lo fue Jalea, pero definitivamente es un álbum que te transporta a ese feeling playero. Una playa más chill.
Daga nos pone los pies sobre la arena y nos deja descansar. Se asienta en un estilo que ya dominan como banda, y entusiasma por verlos en vivo y ver qué más le queda por explorar a El General Villamil. Shout out a @paultsilvers y David por una gran portada. Larga vida al vintage.
Favoritas: “Mi Luz” y “Con Vida”
En Transmisión Perpetua – Cometa Sucre
Por: Melissa Clavijo
Si quisieras desconfigurarte y necesitaras soundtracks para ese proceso, En Transmisión Perpetua contendría las canciones ideales. “Me transformo en un nuevo ser, soy todo lo que puedo”, determina en el primer tema, «Viviendo al Revés». El disco explora este proceso lleno de enojo, lamentos y esa extraña satisfacción de aceptar el cambio. Y es precisamente esa la premisa: nunca dejamos de transformarnos.
Cada canción invita a quien la escucha a despertar: “Si no ves los engaños es que están en tu cráneo” («Tiempo»). En general las sonoridades sitúan un contexto relacionado al tema de la canción, como en «Estado Natural», donde la guitarra y sintetizadores marcan un beat rápido y oscuro que se disuelve en un coro liberador. Otro gran ejemplo es «Tempestad«, una de mis favoritas, porque crea pequeños mundos distintos a lo largo de los 4:29 minutos que dura. Mundos que corresponden a su lírica, algo muy difícil de lograr cuando se crea una obra.
En Transmisión Perpetua generó en mí la sensación de recibir destellos de luces con un mensaje escondido. Son luces que me acechan pero de las que no quiero huir porque quiero gritar junto a ellas. Cometa Sucre acertó con 11 canciones que, aunque independientes, narran una historia con la que cualquiera se podría vincular.
Favoritas: “Tempestad” y “Viviendo al revés”