Trash, heavy y post black metal. Tres discos cargados de ansiedad y lúgubres intenciones, que marcan nuevos rumbos en las sombrías carreras de sus creadores.
1. Skeletonwitch / Álbum: Devouring Radiant Light
Un gran cambio se dio en estos últimos tiempos para Skeletonwitch. Muchas veces la permuta de un miembro tan importante en una banda -como lo es el vocalista- puede traer complicaciones y alejar a una buena parte de la base de fans. Esto puede ocurrir si el resultado no es el esperado, especialmente en una comunidad que peca mucho de elitista o si la propuesta sobrepasa los límites creativos que muchos se dibujan en sus cabezas. Sin embargo, desde mi punto de vista, el resultado es digno de reconocerse.
Devouring Radiant Light no es un disco en extremo arriesgado, y es posible que en algunos pasajes juegue por tonadas y ritmos seguros dentro de la música pesada. A pesar de mis dudas ante la pérdida de Chance Garnette, y con todas mis reservas, fuera de prejuicio, Adam Clemans hace un papel excepcional y su voz da un giro al sonido de la banda, que se podría juzgar como épico thrash metal, con marcados toques de black.
Así, el marcado áspero eco que tenían en antiguos álbumes, ahora es reconocido como un avance en creatividad y un pasó real a un cambio de visceralidad. Representa abandonar un poco el sonido de principios de siglo, que sin dejar de ser oscuro y lleno de atmósferas pesadas, tenía aliento a vieja escuela. Nada malo en eso, me gustan sus discos antiguos y me gusta su nuevo capítulo, con el que dan un paso más en su impecable retumbo y sombría carrera.
2. Imperial Triumphant / Álbum: Vile Luxury
Para entender mejor el sonido pesado más avant garde que ha copado gran parte de las discografías más oscuras en los últimos años, sin duda recomiendo la revisión de la trinidad de Deathspell Omega, iniciada con Si Monvmentvm Reqvires, Circvmspice (2004).¿Por qué es necesario esto? Debido al constante movimiento de un arte tan sinérgico como el metal, es imposible que no sea constantemente cuestionado, y sus límites extrapolados para buscar crear nuevas imprecaciones. Muchas de las bandas que han tomado esta ruta tienen, con certeza, como una parte básica los orígenes intencionados en aquellos tres discos.
Dentro de este grupo de bandas caóticas, con claros y deliberados manifiestos de que la música que crean no es para todos, y al mismo tiempo es una amalgama de un pensamiento de avanzada, Imperial Triumphant refleja las temáticas más recurrentes de un Nueva York como la capital del mundo, pero de un mundo enfermo.
“Desde los rascacielos de lujo a los podridos subsuelos”, todo es barrido por transiciones entre caóticos y disonantes notas para que la metrópolis cobre vida. El jazz es solo una apariencia de las lúgubres intenciones que marcan a los más sórdidos humanos, que viven en una bestia insaciable que nunca descansa.
Por su magnitud, este tipo de música toma por sorpresa al sonido más estructurado y básico del metal, que sin duda muchas veces olvida que es extremo, y que eso significa cuestionamiento constante e indetenible.
3. Deafheaven / Álbum: Ordinary Corrupt Human Love
De entre todas las bandas que han ganado presencia masiva y atención variada de poco tiempo hacia acá, los californianos Deafheaven sin duda serían los que más revuelo han causado. Severamente criticados por ir por fuera de los límites del metal extremo, posiblemente este disco será juzgado inexorablemente como su pieza más impopular.
Si en anteriores producciones la mezcla de post black metal con shoegaze dejó a muchos insatisfechos, esta vez la apuesta es más arriesgada, y posiblemente en algunos temas es un todo o nada como parte de la catarsis del proceso creativo en cada banda. Tomando a su inmediato antecesor, New Bermuda (2015), la melancolía y emotividad estructuradas eran enérgicas y desgarradoras. En Ordinary Corrupt Human Love, las transiciones son más largas y el tempo al igual que la brutalidad han bajado de decibeles.
En esta ocasión, la ansiedad creada tema a tema sigue siendo la principal característica en cuanto a la composición, que no es descuidada, pero que busca el climax de majestuosidad de maneras más refinadas y no tan caóticas. En resumen, seguirá siendo una banda de “o la amas o la odias”, pero que es imposible que pase desapercibida.