La riqueza del Funka no se limita a su potente cartel musical, el Festival es una plataforma multidisciplinaria que comienza a descargar su oferta desde la mañana. Aquí todo sobre la exposición de artes visuales que te hará llegar temprano este sábado.
En la primera parte te contamos qué pasará en el ala norte del Palacio de Cristal, el área destinada a las propuestas escénicas del Festival. Esta vez, revisamos la oferta visual de este año: 11 obras que conforman una muestra arriesgada a nivel formal y conceptual, y que abordan la memoria -tema central en esta edición- como acto creativo, desafiando las narraciones oficiales.
«El Futuro es hoy» es una exposición que incluye obras de artistas nacionales e internacionales. Fueron más de 200 las propuestas que aplicaron para esta edición, y las seleccionadas son un grupo de obras que «a nivel técnico, de material y de lenguaje, desbordan las formas tradicionales de hacer arte…», dice Eduardo Carrera, curador de la muestra.
La exposición incluye instalaciones, escultura, performance, programación e impresión digital, óleo sobre lienzo y acuarela. En estas obras hay intersecciones entre disciplinas, encuentros entre materiales e incorporación de tecnologías, hay diálogo entre herramientas digitales y trabajo manual. «Hay propuestas en que los materiales que usan los artistas no son los materiales oficiales del arte, y experimentan justamente con nuevos elementos para construir sus propuestas. Por ejemplo, la instalación de globos de Gabriela Chérrez o el cuadro de minas de dibujo de Anthony Arrobo…».
En esta edición del Funka, la memoria no se entiende como un elemento temporal, «digamos un elemento del pasado, sino la memoria como algo utópico, algo que nosotros añoramos, o más bien un deseo de futuro», comenta Eduardo. «Son obras que te van a hablar de un aquí y un ahora, hablan desde la situación de la mujer, desde las tecnologías, la relación del hombre con la naturaleza, con la ciudad. Y justamente eso nos da una mirada sobre el mundo, sobre un aquí y un ahora a través de esta selección de obras», agrega.
A continuación, revisamos las 11 propuestas del cartel de artes visuales del Festival.
Gabriela Chérrez (Ecuador)
Máxima I: una instalación con globos de poliamida donde predominan el dorado y el magenta.
Chérrez construye esta obra a partir de un refrán popular: “Prometen y prometen, hasta que lo meten y una vez metido, se acabó lo prometido”. Ella usa y transforma esta expresión para hablar de la búsqueda de placer como postura política. «Sirve para manifestar un enunciado desde mi lugar como mujer… en mi instalación esta frase se convierte en un reclamo».
Gabriela Fabre (Ecuador)
Mobiliario para el consuelo: instalación de muebles
Fabre ha hecho una exploración constante de los espacios, la distribución de los objetos y sus relaciones con el cuerpo. Así nace «Mobiliario para el consuelo», la obra que verás en el Funka. Se trata de una serie de muebles que intentan hacer posible, a partir de sus formas, instancias de consuelo. El tacto, las caricias, a veces no se consiguen de quienes esperamos, y los objetos de esta muestra procuran funcionar como alternativas.
Roger Pincay (Ecuador)
Hemisferio Derecho: óleo sobre lienzo
El trabajo manual en diálogo con las posibilidades digitales. La obra de Pincay apela a la memoria individual y canaliza imágenes que pertenecen al campo de lo oscuro. Él crea esas imágenes desde un programa digital, pero las resuelve desde el lenguaje pictórico. Así, sus medio son la computadora y sus manos, y crear a través de ellas le permite traspasar su memoria a una realidad bidimensional.
Cristian Villavicencio (Ecuador)
Megatherium: escultura compuesta por un cultivo de bacterias que colonizan una superficie impresa en 3D. Todo sobre una base que gira en un loop non-stop.
Biología, arte y mecanismos digitales. Con un “remix digital” de archivos históricos y biológicos ecuatorianos, «Megatherium» trata sobre la construcción de una memoria anclada a una imagen cientificista y biologicista de la historia nacional.
Colectivo Los Plásticos
Meninoise: instalación interactiva, jam y performance
Una banda de noise experimental conformada por un pintor, un escultor y un grabador. Ellos amplifican sus prácticas de taller con tecnologías electroacústicas y cibernéticas. En «Meninoise» usan una pieza de John Cage, invocan a Velázquez a través de su cuadro Las Meninas, acuden a instrumentos construidos con tecnologías rudimentarias, y reflexionan sobre el cruce de miradas como forma de reconocimiento entre humanos.
Anthony Arrobo
Red Drawing: Minas de grafito de color sobre cristal
Arrobo investiga y reflexiona sobre nuevos abordajes del dibujo y la pintura, sobre la emancipación de los materiales y el color. Su exploración se enfoca en las minas de grafito, piensa así de manera pictórica a un material propio del mundo del dibujo. «Red drawing» trata la memoria desde la visita al uso del color en el contexto propio del mundo del arte; y piensa en cómo entendemos la dimensión de la imagen, esa distancia que hay entre el fenómeno (22000 minas de color) y lo que subjetivamente contemplamos.
Maio Alvear
Campo construcción/construcción campo: escultura con arena, cemento, hierro, rastrillos y metal.
Notó cómo en el campo periférico de Quito aumentaba la construcción de casas. Postes de cemento para cercar las propiedades, alcantarillas, casas en plena construcción y residuos. Al mismo tiempo, notó cómo en la ciudad se construía una idea de campo: cercas en forma de sol o plantas, alcantarillas con forma de astro o varillas con diseño de rayo. Esta obra no pretende evocar la fuerza de la naturaleza, sino la fuerza en su representación.
Dennys Navas
Carne y Piedra: acuarela sobre papel
La obra plantea una relación primitiva con la ciudad, desde la piedra, el lodo y el barro. Estos elementos como indicativos de creación y conexión histórica del ser humano con al naturaleza. Este proyecto constituye una metáfora de la vida de las personas: el ser humano crece, crea, inventa, desarrolla, puede construir imperios que durarán miles de años, pero tarde o temprano todo eso va a desaparece, mientras la memoria subyace siempre.
David Palacios (Ecuador)
Sehnsuchtlosen: programación e impresión digital
Reflexiones sobre inteligencia artificial y el uso personal de la tecnología. Palacios implementa el algoritmo pix2pix en una aplicación, y traduce así sus dibujos infantiles en archivos fotográficos. Con este ejercicio, busca rescatar parte de su infancia, recordar esa manera armónica de descubrir el mundo, recuperar la confianza en el azar, el juego, la fantasía y la memoria sin añoranza.
Hamza Kirbas (Turquía)
AURA: instalación con luces de neón
Su estudio parte de las ideas de Walter Benjamin, y con tecnología de luz de neón y el uso del lenguaje internacional de signos, Kirbas reproduce el concepto de aura. El artista permite que el espectador pueda reflexionar sobre la reproductibilidad técnica de la obra y ver el aura del objeto artístico. Como resultado, transforma un modelo de comunicación del lenguaje en un modelo de comunicación visual.
Tayron Luna
Clean Up /// Sandeces de muralla: intervención sobre pared, collage y décollage de pintura látex vinil acrílica /// neón de transición
Luna rescata de las fachadas repintadas de la ciudad, las publicaciones callejeras y esos resultados de la propaganda que ha sido pegada y despegada, de la mezcla con grafitis y comercios. Luego, imita esos efímeros conjuntos pictóricos resultantes, que son fruto de la producción artística inconsciente de las multitudes. A eso, añade una caricatura, “Robin”, de Luis Peñaherrera Bermeo, que se conecta de manera potente con la comunicación informal de esas murallas callejeras.
:::: Las obras permanecerán expuestas en el Funka Fest durante todo el día :::