Uno de death metal técnico extremadamente virtuoso, otro de progresivo y uno más de metal hardcore pagano, son los discos que nos regala octubre.
The Contortionist / Álbum: Clairvoyant
Esta vez se repite entre mis favoritos del mes una banda que recomendé hace algunos años y es literalmente la otra orilla en cuanto a música pesada, ya que sin dejar de tener riffs concisos y uno de los mejores sonidos progresivos de la actualidad, es la elegida para tener momentos apaciguados y calmados, buscar dentro y transportarte. Una introspección musical. Como un artista físico que juega a moldear y maniobrar con su cuerpo hasta el extremo, este contorsionista cambia de resonancias en cada álbum, y lo hace de una manera espectacular.
Su primer single, «Reimagined», podría darnos la clave de una posible esencia del disco. Bajos y baterías precisos y fuertes, con arreglos progresivos elegantes y una vocalización suave pero exacta para transmitir una suerte de bienestar. Personalmente hubiera deseado algo más de canto áspero y aprovechar la excelente capacidad que tiene Mike Lessard para hacer guturales, pero aún así, el disco engancha de manera genial.
Podemos asegurar que no es la misma banda que produjo Exoplanet algunos años atrás. Ya no es tan metal, sino mucho más experimental y progresivo, pero eso de seguro está muy bien, ya que muestra una capacidad de transformarse en cada disco hasta llegar a un sonido original, y qué mejor si eso se logra con cada una de las producciones que entregas a tu público. Son pocos los que se atreven a bajar la intensidad y solo retornar al sonido más pesado de antaño a ratos, pero esta vez, con todas esas pequeñas dosis, está más que bienvenido.
Integrity / Álbum: Howling, For the Nightmare Shall Consume
Integrity es una banda que causa controversia solo con nombrarla. Dwid Hellion, vocalista y miembro fundador de la agrupación habla abiertamente de temáticas que son tabú para muchos, como la Iglesia del Santo Terror (culto satanista), ocultismo al mejor estilo de Crowley y Manson, y un sin número de vehementes tópicos prohibidos. Sin embargo, para la música pesada, Integrity es una de las piedras angulares del movimiento hardcore punk más bruto o metal hardcore desde hace ya 30 años de carrera musical.
Refiriéndonos a su nuevo álbum, Howling, Fort the Nightmare Shall Consume, es una obra conceptualmente basada en el Armagedón y el final de los tiempos. Con las influencias de las ya citadas temáticas espirituales de sus creadores, entendemos que el disco busca entablar una relación de horror y desasosiego con su público, de una manera profunda y filosófica.
Transformados en los bardos del apocalipsis nos inducen a adentrarnos en una suerte de caída espiritual en lo inevitable, el fin de la humanidad. Al igual que la música, los videoclips del disco, recuerdan a un film de terror lleno de dibujos de las peores pesadillas de Goya.
Como una película de horror llena de paganismo y simbología herética, tema tras tema aborda profecías y sermones. No hay escapatoria ante la inminente destrucción de todo, y en el paroxismo del mismo, tenemos uno de los mejores discos de Integrity desde hace mucho tiempo.
Archspire / Álbum: Relentless Mutation
Si cabía alguna duda del poder y de lo que son capaces los canadienses Archspire, Relentless Mutation es la bofetada que pone fin de una manera enérgica a cualquier discusión. Sus dos producciones anteriores son muy buenas, pero este disco llega para levantar su nombre y dejar huella.
El death metal técnico tiene abundantes variantes y una gran tradición en los últimos 20 años con bandas como Cynic, pasando por los añorados Necrophagist y con
marcada presencia en estos años con Nile, o los mismos First Creation. Lo destacable del
retumbo de Archspire es que en el presente ciclo evolutivo, suenan mucho más neoclásico, sin necesidad de parecer Fleshgod Apocalypse, sino con su propio estilo de música precisa y extrema con toques clásicos.
Empero de parecer una máquina fría y sin corazón la que ejecuta todas las cacofonías de la banda, son un grupo de humanos que le dan un sonido cálido y a la vez extremadamente virtuoso. Notable en todo esto es la vocalización que con tempo, celeridad y fidelidad hace que se acentúe todos los instrumentos que juegan alrededor de ella.
Muchas veces esta capacidad de hacer tu sonido extremadamente rápido pero conciso y más que todo disfrutable, es difícil de encontrar, ya que por más técnicamente hábil que seas con el instrumento, no siempre tienes el contenido para hacer que la gente aprecie tu música. Esta vez hay mucho sentimiento y se respeta de sobremanera el esfuerzo de bajar un poco las revoluciones, pero tomar mejores decisiones en cuanto a la composición.