1. Persefone / Álbum: Aathma
En 2013, Persefone llegó a mis oídos y se quedó enganchada como una de las mejores sorpresas de aquel año. Recuerdo la emoción con la que hice escuchar a varios amigos el fabuloso Spiritual Migration y lo ansioso que estaba por escuchar nuevo material de esta impresionante banda andorrana. Con solo 468km2 de territorio, el Principado de Andorra puede ser muy pequeño, pero el sonido de Persefone es gigante.
Con menos decibeles de pesadez que su antecesor, Persefone busca en Aathma un sonido más progresivo pero sumamente rico en propuestas, visibles a lo largo de los 10 tracks que lo componen. La complejidad que embarca como siempre un disco de este calibre se destaca sin dejar de lado la docilidad con la que puede ser abordado en muchas partes. Al mismo tiempo, da cuenta de una propuesta muy elaborada. Estas dos últimas características, en combinación brindan un disco destacable por su creatividad y la inteligencia con la que fue concebido.
Algunas personas hablan de Persefone como el secreto mejor guardado del death progresivo, ya que a pesar de sus muy buenas producciones, siguen pasando desapercibidos por muchos. Pero si algo me he propuesto en estos tiempos en que nada es oculto, es dar la relevancia a aquello que lo merece, así como compartir y expandir algo tan hermoso como la música.
2. Unearthly Trance / Álbum: Stalking the Ghost
El doom/sludge puede ser un género difícil de apreciar, especialmente por ese parsimonioso andar que desconecta, paso a paso, nuestros sentidos. Así, Unearthly Trance vuelve a los siete años con un disco áspero y huraño, lleno de tonadas cáusticas, abrasivas. A la par de otros proyectos similares (Serpentine Path, Thralldom) esta larga espera llega con madurez, con una idea clara del objetivo de sacar este disco y de la ruta que se iba a tomar para cada uno de los temas.
Iniciamos el desprendimiento con “Into the spiral”, un fantástico tema que describe con precisión ese descenso a un ambiente sórdido que invade la estancia de a poco. Canción tras canción, llena de punzantes y pesados riffs, para así sumergirnos en un trance que no es de este mundo.
El principio de muchos de estos tracks es tenue y se alterna con arrebatos de ferocidad, especialmente en los momentos cumbre. Y ya que hablábamos de complejidad, requiere paciencia al momento de escucharlo, ya que la agresividad y el encarnizamiento que otras veces viene en forma incesante, está vez es llega en forma paulatina, pero con resultados asombrosos.
3. The Drowned God / Album: Moonbearer
Este proyecto llegó a mí con un poco de desconcierto porque a la vez que los temas de Moonbearer me generaban desconocimiento, también se me hacían muy familiares. Tratando de no darle muchas vueltas, me sumergí en las profundidades de The Drowned God.
Así, la primera producción de este quinteto de Pensilvania me desgarró el corazón, me generó melancolía y emociones encontradas. En cada tema que pasaba, el desconsuelo era más evidente. A pesar de lo sombrío que podría sonar todo esto, la experiencia de escucharlos fue hermosa.
Al buscar la imparcialidad e intentar juzgarle como un monstruo único, me fui topando más con esas referencias y recuerdos de bandas de todo tipo de géneros y escuelas. La idea del post/hardcore post es que puede fusionar diferentes escenas y sacar lo mejor de ellas y así lo hace en este material: resalta tanto en la música como en su producción.
Para finalizar, y asumiendo esta parte, la idea del Dios Ahogado -la deidad de las Islas de hierro en Juego de Tronos y sus rituales de iniciación- me acompañaron mientras escuchaba el disco. En particular sus letanías: “Lo que está muerto no puede morir, sino que se alza de nuevo, más duro, más fuerte”. Esperemos impacientes algo más de este Titán.