En 1982 Jack Lang inauguró la Fiesta de la Música en Francia. Propuso así un día para celebrar el arte de conjugar sonidos y silencios, de crear a partir de la armonía, la melodía y el ritmo, de dar significado a este juego de elementos. Se instauró una fecha para celebrar una experiencia universal, una fiesta que ha sido acogida en más de 100 países, que resalta procesos de las escenas musicales de cada localidad.
La Fiesta llegó a Quito en los años noventa. La Alianza Francesa invocó este ritual e hizo la gestión necesaria para que en pocos años se convirtiera en uno de los primeros festivales de la ciudad. Así, el 21 de junio de 1995 la tarima se armó en la Cruz del Papa del Parque La Carolina, y se inauguró un nuevo espacio para visibilizar y promover a la escena musical local. Este espacio daba también la oportunidad para conocer y ver en escena a artistas francófonos que formaran parte del cartel.
«En ese entonces, fue una tarea de tocar las puertas de los grupos que había aquí: proyectos consolidados como Pueblo Nuevo, Barro, Contravía, Hugo Idrovo, y también propuestas independientes que estaban comenzando como Pie Plano, Casería de Lagartos o Mamá Vudú», cuenta Hernán Guerrero, actual responsable del área audiovisual de la Alianza y uno de los gestores de la Fiesta desde sus inicios. Recuerda que asistieron unas 4500 personas a esa primera edición y que fue ahí que se marcó la consigna de la diversidad. «En las siguientes ediciones podías encontrar desde death metal hasta bandas de pueblo».
La Fiesta en Quito ha llegado a tener un cartel con 150 bandas y 5 escenarios simultáneos en diferentes puntos de la ciudad. En 20 años, ha sido un referente para procesos de la escena musical local. Se convirtió en una primera plataforma para bandas como Rocola Bacalao, Sal y Mileto o Tomback. Además, sirvió como un modelo para el desarrollo de festivales como el Quitofest.
Hay instituciones que se suman a la organización de la Fiesta en cada edición. En esta edición, por ejemplo, la Fiesta se arma con el apoyo del Ministerio de Cultura, la Sociedad de Autores y Compositores del Ecuador, Sayce, y la cooproducción de Hilonegro.org. La idea es que la cooperación permita construir una agenda que incluya escenarios, pero también actividades de aprendizaje en torno a la música. Todo con carácter libre y abierto. «Este evento es gratis. Se busca un momento muy democrático de acceso a la cultura», dice Fanny Pagés, directora cultural de la Alianza.
Este año
La Fête de la Musique comienza en Quito el viernes 19 de junio. Como parte de la celebración, se prepara un escenario con cinco bandas nacionales y una francesa. A los conciertos se suman eventos que dan espacio para la discusión, asesoría y aprendizaje de temas vinculados a la gestión cultural y a la difusión de la creación artística.
El escenario:
El panorama musical de la Fiesta tiene como hilo conductor a los sonidos rockeros, que fuertes o sutiles serán una constante en la base de las propuestas de este cartel.
Estará Fat Chancho, y su presencia significa stoner rock poderoso. Guitarras estruendosas y sintetizadores elegantes comandados por hombres con máscaras cauchosas y voces distorsionadas. Una presentación con muchos picos emocionales en donde habrá tramos muy agresivos y secuencias sonoras coquetonas.
Joanne Vance ofrecerá delirios musicales que se construyen con rock, pop alternativo, jazz y tintes de folclore. Habrá mezclas musicales interesantes. Para esta cantante, guitarrista y compositora «no hay reglas para la fusión».
Sexores propone una fórmula más abstracta, que se basa en el shoegaze y dream pop. La banda de noise pop dio sus primeros pasos en Quito, en 2010, y ha desarrollado su proyecto en Barcelona durante los últimos años. Sexores llega a la Fiesta cargada de sonidos robóticos que se despliegan con un profundo sentimiento humano.
Post punk, surf rock y new wave, todo junto y endulzado en la propuesta sonora de Moshi Moshi. Esta banda llega desde Guayaquil con un universo de música fresquísima que se recrea con gráfica japonesa.
La Máquina Camaleön muestra la fuerza innata del rock y nos embarca en viajes psicodélicos. La Fiesta en Quito vivirá cientos de historias con el performance místico de esta banda, que cambia de personalidad con cada canción.
Experiencias oníricas viajan desde Paría con Baden Baden. La banda internacional del cartel trae sonidos folk que abren la puerta a un espectro amplio, capaz de llegar hasta secuencias electrónicas.
Este concierto se hará de las 14h00 a 20h00 bajo la Cruz del Papa en el Parque La Carolina el domingo 21 de junio.
Talleres y conversatorio:
El viernes 19, sábado 2o y domingo 21 de junio, la Alianza Francesa junto a la agencia de gestión cultural Hilonegro.org organizan el laboratorio de Claves para la Gestión de Emprendimientos Culturales. El taller tuvo una inscripción gratuita y participarán gestores que hayan presentado sus proyectos desde el 1 al 12 de junio. La noche del 19, habrá un conversatorio abierto al público en donde se hablará sobre la situación actual de la música independiente, estrategias de difusión y posibles vías de mejora. Esta actividad se realizará en la Alianza Francesa Quito (Eloy Alfaro y Bélgica).
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