Los Tetas
Ellos son un referente. Hay capítulos que hacen de su historia un relato importante al hablar de funk en América Latina. Los Tetas nacieron en los 90 con un chip musical setentero que impulsó la creación de una fusión de soul, hip hop, rock y funk. Su mezcla fue novedad en la escena chilena, con ella quedaron dentro de una lista de pioneros. Fueron de aquellas primeras bandas de la región en experimentar con estos ritmos. Promovieron así un estilo sólido y auténtico al que se adhirieron miles de oyentes y nuevos músicos.
Ellos están presentes. Su groove es contundente dos décadas después y ha acompañado procesos musicales en Latinoamérica. En el norte, su norte, hay historias que se cuentan salpicadas con sus sonidos. Así, tres músicos locales de la movida funkera pueden identificar cuándo fue ese primer encuentro musical con Los Tetas, qué sensaciones se activan cuando escuchan a la banda, y cuál es la importancia de estos chilenos en búsquedas artísticas similares de la región.
Steven Degenais ‘Stich’ (La Funk Familia, Los Bueyes de Madera), Bastián Napolitano (Biorn Borg, Los Nietos) y Juan Ernesto Guerrero (La Funk Familia, Guerrilla Clika) conocieron a Los Tetas temprano, en sus respectivas historias musicales. Para los tres, esta banda fue una puerta de acceso a nuevas etapas de creación. Además, amplían la mirada y reconocen que el trabajo de estos chilenos ha sido importante en la vida del funk en América Latina.
Stich: Escuché por primera vez a Los Tetas en el colegio con una amiga chilena. Luego, en la escuela de música, le conocí al Nico Dávila (Funkee Bom) a quien también le gustaba la banda. Tenía todos los discos. Los escuchábamos sin parar día y noche. Estábamos tan metidos con esta onda funk y galáctica que venía del sur, que queríamos ser parte de ella de alguna manera. Fue ahí que armamos la Funk Familia junto con otros amigos. Conseguimos un lugar en Guápulo para ensayar y grabar las primeras maquetas con el Daniel Rosero (Dgroove).
Bastián: Cuando entré en el mundo de tener bandas, me gustó el punk en español. Con el tiempo, una opción era irme por algún género más pesado, pero me pasé hacia el funk. Una de las primeras bandas con las que me topé en esa etapa fueron Los Tetas. En esa época estaba obsesionado. Me acuerdo que en el 2005 fui a un concierto de ellos con Can Can. Fue lo máximo.
Juan Ernesto: Mi primer acercamiento a Los Tetas fue en mi época colegial, en los los 90. Escuché «Hormigas Planas» y obviamente me partió la cabeza. Estaba emparentado con esa parte rockera de la banda más que con su lado funkero y rapero. Por eso me llamó la atención más esa canción que «Corazón de Sandía», por ejemplo. Años después, en Buenos Aires (mi época universitaria) entendería un poco más el funk y me acerqué más a Los Tetas desde ese lugar.
Foto: archivo de Juan Ernesto Guerrero
Foto: Ricardo Centeno
Foto: archivo de Stich
Bastián: Los Tetas son un bloque, no se mueven individualmente. «Juegan al fútbol» como equipo. Eso hace que tengan un sonido muy particular. Me parece que el fraseo de C – Funk es muy de él, muy directo y agresivo, con muchos matices. Los riffs de bajo y guitarra también son súper bacanes, es un estilo. No es James Brown, no es como un funk viejo. Es un funk auténtico. Ellos han dado una cara al funk latinoamericano. Yo sigo escuchando a Los Tetas y lo seguiré haciendo.
Juan Ernesto: Lo que Los Tetas grabaron y sacaron es un legado del mismísimo funk de James Brown y Parliament. Sé que el legado del funk sigue vivo en América Latina, en parte gracias a ellos .
Stich: La importancia de los Tetas y de este movimiento de funkeros del sur es que, aunque por algún tiempo desaparecieron y se separaron, fueron fieles a este sonido y crearon una corriente. Su amor a la música y su convicción con su escena es lo que permite que luego de tantos años sigan tocando, girando y que en Chile exista tanto talento de bandas nuevas que siguen esa línea. Hay mucha gente a la que le encanta el funk, que escuchó este sonido y lo sintió verdadero.
