Sin parpadear: Sofía

por Marcos Echeverría Ortiz

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Su primer pogo fue a los 12 o 13 años, en la Plaza de Toros Quito, mientras tocaba Café Tacuva. “Había un mosh enorme, me metí. Mi ñaño y todos sus panas me encerraron en un circulito y yo bailando ahí”. Fue una epifanía.

Segunda mitad de los años 2000: Ella sobre el escenario. Ella sacudiéndose. Sofía rodeada de cuatro hombres. Sofía gritando. Sofía, siendo la vocalista de Biorn Borg, de esta banda apuñalante, jodona y estranguladora, de este grupo que licuó el cerebro de muchos con su ruido, con sus gritos, con sus distorsiones, con su voz.

El aula

 

Llegó a Quito desde Ambato y entró en un colegio que no le gustaba. “Ahí era un cuerpo extraño, nunca me pude adaptar. Mi foco de escape era ir hacer música”. Todos sus recreos pasó en el aula de música junto a unas amigas. Hacían arreglos vocales, su profesor fue Mauricio Noboa. “Era como jugar. Cada una confiaba en lo que era, era un equipo que funcionaba, solo ibas y dabas”.

Su antecedente musical fue el piano de su hermano. Amó la música desde pequeña y a sus 5 años sin que nadie le escuché se escondía para tocarlo. En la adolescencia transitó por la escena de Ambato y Sudakaya era la banda que escuchaba con sus amigas. “A mi nunca me interesó la palabra ESCENA , no lo hacía por eso ni por la gente. En Quito comencé a ir a los conciertos de jazz, mucho más académicos, estudiaba en el conservatorio…”. No había otra pretensión que la música por sí misma.

Biorn Borg

 

Sofía acababa de graduarse y entró a estudiar música en la USFQ. Guillermo Cepeda fue su profesor y le propuso formar una banda. Ella aceptó. Una noche él la llamó y cambiaron los planes. Le propuso una audición para la banda de rock & roll de su hermano (Toño). “En mi vida nunca había buscado estar en una banda, peor haber audicionado. Pero algo me faltaba en esa etapa. Audicioné y solo me hacían gritar, gritar y gritar más fuerte.

–  ‘Ya, eres la vocalista’, me dijeron.
–  ‘Ya ¿eso es todo?’ me pregunté, jaja”.

Comenzaba un proceso, se convertiría en la voz de una de las bandas más influyentes de la escena. Sofía, iba a cantar rock. Sofía se tendría que enfrentar a un género duro, un género con golpes, gritos y patadas. Pero estuvo ahí. La banda fue catártica para ella y ella lo fue para la escena.

Romper los códigos

 

“Puedes tener cantantes de soul, suena hasta lindo…pero de rock ¿Cuántas hay? Te toca poner el calzón con huevos y ahí”.

Para cierto sector del público su presencia era extraña, rara, descontextualizada. «Una rubia, una mujer cantando rock», dice. Ellos protestaban.

“Me acuerdo que en Cuenca, en el festival Madre Tierra, unos tipos que estaban al frente me comenzaron sacar el dedo, y a burlar. Yo como que me embalé, me emocionó la cuestión, y yo me agaché y les comencé a sacar más duro, arriesgándome y diciéndoles  a ver… aquí estoy. Luego se embalaron, y armaron un pogaso. Solo es cuestión de enfrentarse y pararse”.

Cuando escuchas una canción de Biorn Borg sientes que el tono de Sofía no es aburrido, pasivo ni complaciente. Es belicoso y liberal. En su voz parece haber un reclamo, una queja. Te enfrenta.

¿Cómo asumiste esa posición?

No sé, te toca, no puede ser un obstáculo, no lo puedes ver así. Si quieres hacer algo no puedes decir ‘Ay, me dijeron que soy una puta’. Me han dicho cosas y he salido haciendo cosas que me vale, para encarar.

¿Qué tratabas de romper?

Es loco porque siento que todas esas canciones reflejan las cosas de mi vida, son muy interpretables, eso es lo chévere y era intenso. No hice mis voces y no hice mis letras, pero puse mi voz y lo hice mío y lo viví. Todas esas cosas que no podía hacer por estar encasillada. Esos límites absurdos como no aceptarse. Mi familia es de árabes, jaja.

Sobre el escenario, ¿te transformas?

No hay control, tal cuál se me ve en la tarima

¿Abajo?

¿Mi mayor característica? ¿Cuál es la cualidad principal de una madre?

Su postura

 

Su hijo tiene 4 años y vive son Sofía. Antes de comenzar esta entrevista ella pone una película de superhéroes en el DVD. Él se sienta, disfruta. Está quieto. “Amo ser mujer, mamá, ama de casa, ¿sabes? Es súper difícil pararse en el escenario pero me parece importante marcar el sentido de equidad, de decir ‘oye yo también, yo también puedo actuar de esa manera, no por eso soy una puta o loca’. Hay gente que a veces se pasa y piensan que al ser una cantante con vestido, vienen borrachos, se te acercan, te cogen… La otra vez un man se acercó y me dio un beso en la oreja, y yo… loco, le mandé a la mierda, le empujé, y después hizo lo mismo en otra fiesta, le empujé… En ese momento si me pongo agresiva. Chucha, no me toquen, no dejo que me hagan huevadas”.

¿Demostraste algo a la escena cantando rock?

Sí, yo creo que sí. Si yo lo pude, todas pueden. Las cosas me llevaron allá pero practiqué y pensé mucho en lo que quería hacer. No es solo ir a estar sentada. Quería ser irreverente, era mi tono de protesta. Soy bien impulsiva y por ese empuje he podido lograr cosas.

¿Qué te demostraste a ti misma?

Seguridad, ser la mujer que soy y quererme como soy. Saltar y gritar, hacerme la loca si me da la gana. Pero eso no solo te da el rock, sino cualquier música.

***

Sofía no pidió estar aquí, pero una vez que fue parte de, no retrocedió. Entró a esta gran escena, a este gran concierto desde la última fila, de frente, y extendiendo los brazos se abrió espacio entre el público, músicos y organizadores. Así llegó hasta la primera fila. Ahí disfrutó de su propia existencia, de sí misma, de Sofía siendo Sofía, de Sofía cantando rock.

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3 commentarios

Carlos Alejandro Molina 8 abril, 2015 - 8:17 PM

Una mujer con todas las letras, gracias Sofíaaa te adoroo con el alma <3

Paulo López 8 abril, 2015 - 10:32 PM

Vozarron!

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