En el esquema tradicional de la formación musical, la academia dicta que las personas deberían estudiar desde niños o, al menos, durante la adolescencia. Pero para Carolina Lizarzaburu, todo funcionó al revés… Aunque desde pequeña siempre estuvo vinculada al arte y la pintura -por la influencia de su madre-, Carolina se acercó a la música a los 28 años.
En ese punto de su vida, un día, asistió a un show de Cabo Frío, uno de los grupos de jazz que sonaba en Quito en la primera década del 2000. El escuchar a Raimon Rovira, Cayo Iturralde y otros músicos en ese concierto, la hizo pensar: «quiero dedicarme a esto». Ese mismo impulso la llevó a estudiar piano con Rovira y conectarse con otros músicos académicos quienes desde ahí, la han guiado por este camino. Hasta ese entonces, Carolina nunca se había imaginado componiendo canciones o tocando frente a un público, pero «la música era algo que estaba ahí, queriendo salir de alguna forma». Siempre había tenido la necesidad de decir cosas, pero ponerlo en otro lenguaje, suponía un reto.
«Todas las personas de las que me he rodeado (en la música) han sido súper generosas», dice sobre su proceso. Y en esos giros de la vida, los mismos músicos que vio sobre el escenario en ese momento clave, fueron quienes la acompañaron en la grabación de los temas de su primer disco: Todo en Silencio (2012).
Desde el lanzamiento de su primer material como cantautora, Carolina ha llevado su música a varios escenarios en Ecuador; uno de sus temas ha sido reconocido con un premio en un programa de una emisora local, y ha participado en los festivales de la Red Ecuatoriana de Cantautores.
A sus canciones las define como «melancólicas, pero que buscan esperanza», con letras muy personales desde lo que es la mujer; pero también con referencias cotidianas y que nacen de «la necesidad de decir lo que uno ve y siente». «Lento», por ejemplo, «es una canción que invita a abrazar el silencio, tanto como las alegrías y las cosas que nos hacen abrir hacia fuera». «Voy a continuar», en cambio, «habla sobre mujeres en relaciones de maltrato físico y sicológico, y cómo puede sentirse una persona por no poder salir adelante».
En todo este proceso, ella parece tomarse las cosas con calma. Cuando habla sobre su proyecto musical está segura que «todo va al ritmo que tiene que ir». Pero, según Carolina, lo mejor ocurre cuando hay personas a quienes les llega su música y se sienten identificadas, o como lo entendemos nosotros: que la entienden y la disfrutan al igual que ella.
Canciones recomendadas de Carolina Lizarzaburu: Lento, Contemos historias