Después de una semana de Lollapalooza, todavía se sigue hablando sobre lo increíble que fue el festival. Tiene sentido: la producción y organización de este evento son impresionantes, se respira un ambiente muy buena onda y es un suceso en Latinoamérica, sobre todo para quienes estamos fuera del mapa de giras («People Don’t Play in Ecuador»).
Superado el bajón post festival, les contamos un poco sobre las bandas que a nuestro parecer, fueron los puntos altos en los dos días de Lollapalooza. En un concierto con cinco escenarios, lamentablemente es imposible asistir a todos los shows. Así que nuestros reviews están basados en lo que pudimos ver con atención.
Hot Chip
Esta presentación llegó con algunos cambios de último momento en el lineup. Tal vez eso explica algunos de los problemas técnicos que tuvieron con el sonido. En el inicio, un par de secuencias sonaron más bajo de lo que debían, los beats y el bombo no tenían ese punch fiestero, pero al público no le importó mucho. Desde que abrieron con How Do You Do y Don’t Deny Your Heart, de su último disco, la gente bailó con intensidad sin pensar que apenas se abría la jornada (el concierto fue a las 14:00). Su setlist con reversiones muy dance de algunos temas, estuvo siempre arriba: One Life Stand, Ready For The Floor, Over and Over… para esta canción, una gran pelota inflable rodaba sobre el público, para cumplir con el ritual del festival. Fiesta total, en la que descargamos muchísimo de nuestra reserva de energía.
Two Door Cinema Club
Probablemente esta es la banda con el ascenso más vertiginoso en el último año. Tienen dos discos pero en Lollapalooza pudieron ser uno de los headliners por el público que arrastraron, sobre todo si se tiene en cuenta que tocaban casi simultáneamente con The Temper Trap y Crystal Castles. La presentación de Two Door Cinema Club fue impecable y explosiva. Todo sonó perfectamente en su lugar, incluso las líneas que su vocalista, Alex Trimble, decía entre canción y canción. El primer guitarrista y el baterista merecen una mención aparte por los recursos y la energía que aportan al show. Durante una hora, la gente no dejó de corear y saltar con Undercover Martyn, I Can Talk, Something Good Can Work, más los hits de su más reciente álbum Beacon (Sleep Alone, Pyramid, Someday…)
Aunque el cierre con What You Know fue memorable, Two Door Cinema Club corre el riesgo de volverse una banda predecible por cómo está construida su imagen en escena y el repertorio ultra pensado. Y lo digo como fan.
Toro y Moi
Escuchar a Chaz Bundwick y compañía fue una confirmación personal de que Toro y Moi es una banda para seguir de cerca. Derrocharon buena onda, elegancia y groove para quienes asistimos a escucharlos. Sus canciones son una mezcla muy sofisticada de funk, dance, pop más el feeling de los setentas. Según las etiquetas en la música de hoy: chillwave. Still Sound, New Beat y Say That están repletas de esa sonoridad y aportan un estilo muy refrescante para el indie pop de esta época.
Miguel Loor – @migueloor
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A Perfect Circle
A pesar de varios inconvenientes de sonido en los dos primeros temas, la súper banda liderada por Billy Howerdell y Maynard James Keenan dio un espectáculo lleno de misticismo y sonidos oscuros. Alejados de las tarimas por mucho tiempo y habiendo lanzado su último trabajo de estudio, eMOTIVe, en el 2004, la expectativa por ver a la banda era gigante. El punto más destacable fue la hipnótica interpretación de The Noose y lo que más se les podría reclamar fue no haber tocado Judith, probablemente la canción más reconocida de la banda.
Bad Brains
Sin lugar a dudas una de las bandas con mayor trascendencia histórica en el cartel del festival. Se los acusa de ser los pioneros del hardcore punk y se los recuerda e idolatra por su despliegue híper enérgico, agresivo y veloz sobre el escenario. Lastimosamente la presentación fue todo lo contrario, H.R. (vocalista) demostró desde el principio una actitud completamente apática, distraída y apagada. A pesar de que los fanáticos más fieles aplaudieron y se movieron durante la presentación, quedó demostrado que los mejores días de la banda quedaron enterrados en los escenarios underground del New York y el Washington D.C. de inicios de los ochentas.
Foals
A mi parecer una de las mejores bandas de todo el cartel. La banda inglesa realizó una presentación sencilla en recursos escénicos pero gigante en actitud y sonido… ¡y qué sonido! Las guitarras envolventes con delay y sintes ambientales se mezclaron orgánicamente con riffs dance, guiados por el bajo y la batería y, como ingrediente final, la particular voz de Yannis Philippakis, quien recuerda sonidos de varias de las innumerables facetas en la tradición musical inglesa desde el British Invasion, pasando por el new wave, el brit pop y el dream pop, para finalmente alcanzar el sonido único y representativo de la banda.
Juan Pablo Viteri – @vite
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Passion Pit
Uno de los platos fuertes del festival, para mí, era esta banda. Tenía mis dudas respecto a su sonido en vivo, ya que había visto algunos videos en los cuales la voz de Michael Angelakos dejaba algo que desear. Sin embargo, todas esas dudas desaparecieron cuando la banda empezó con uno de los temas de Gossamer, su segundo disco de estudio. Los sintetizadores ligeros y un beat pegajoso de batería dieron paso a Carried Away, uno de mis temas favoritos de la banda. Todo el público se puso a rebotar con los coros de la banda.
Passion Pit en mi mente siempre estará asociada con el color rosado, y es algo apropiado para ellos, pues yo personalmente describiría su sonido como “chicloso” debido a sus acelerados ritmos y su sonido juvenil, que enmascara las profundas y existenciales letras que escribe Michael Angelakos.
Mi momento favorito fue a la mitad del concierto, cuando la banda bajó las revoluciones para tocar Constant Conversations, en un momento íntimo en el cual todo el público dejó de saltar para empezar a balancearse, de lado a lado, y cantar este gran tema. Empecé a salir de entre el público cuando estaban tocando Sleepyhead, dispuesto a ir a Queens of the Stone Age un poco antes para intentar conseguir un buen lugar, pero la banda me obligó a quedarme en el momento en que empezaron a tocar Little Secrets, el tema con el que se despidieron del público.
Queens of the Stone Age
Apresurado desde el show anterior, llegué a una masa de público que se encontraba todavía inmóvil, a la expectativa de una de las bandas más grandes del festival. Con disco nuevo en camino y una notable trayectoria, Queens of the Stone Age llevó su explosivo sonido a Chile. Mi relación con esta banda ha sido rara. La primera vez que los escuché era todavía demasiado joven y solo reconocía a Grohl en la batería en el video de No One Knows. Once años han pasado desde ese entonces, y se han convertido en una de mis bandas favoritas. Si bien Dave Grohl no tocó la batería en este concierto, no hizo falta, Josh Homme y compañía lo entregaron todo desde el explosivo comienzo con You Think I Ain’t Worth a Dollar, But I Feel Like a Millionaire, hasta el final con A Song For The Dead.
De seguro el momento clave en la mente de muchos asistentes será el tema Little Sister (mi personal favorito, seguido de cerca por The Lost Art of Keeping a Secret), tema en el cual Eddie Veder (Pearl Jam) subió al escenario para tocar el cowbell y compartir las labores vocales con Homme.
Un sonido fuerte y a la vez complejo, con múltiples capas de guitarras distorsionadas y uno que otro teclado fue lo que trajo la agrupación de Palm Desert a Santiago de Chile, y todos los asistentes a su show se mostraron sumamente complacidos.
Al día siguiente, durante el concierto de Gary Clark Jr, Dean Fertita, multi-instrumentalista de la banda, pasó literalmente al lado mío, pero me di cuenta muy tarde y no pude hacer nada al respecto.
The Black Keys
Estuve esperando por The Black Keys desde el cierre de A Perfect Circle. Por eso, me perdí a deadmau5, uno de mis productores de música electrónica favorita. Mientras esperaba sentado, bastante cerca del escenario, empecé a revisar las fotos de los dos días en mi cámara, liberando un poco de espacio para los cientos de fotos que supuestamente iba a tomar de The Black Keys. Cuando empezaron con Howlin’ For You me di cuenta de que el resto del público no permitiría que tome tales fotos, como yo quería, así que me dediqué a saltar y empujar como todo el resto, mientras disfrutaba de los sonidos de Patrick Carney y Dan Auerbach. Luego me fui un poco más para atrás para intentar tomar un par de fotos. Por cuestiones del destino, no logré hacerlo por mucho tiempo, porque para la sexta canción, la pantalla de la cámara ya decía: «Please change the battery pack”. Un mensaje que me aterrorizó y a la vez me relevó, pues entonces decidí solo gritar para afuera todo lo que me quedaba de pulmón. Y valió la pena, pues cuando la banda estaba en su explosivo (literalmente) final con “I Got Mine”, había presenciado uno de los mejores shows de mi vida, liderado por dos tipejos de Akron, Ohio.
Leo Suárez – @eltipogris
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Pearl Jam
Los headliners del primer día del festival merecieron un review más extenso, por el público que jaló y por derrumbar las brechas generacionales entre los asistentes a Lollapalooza. Revisen la reseña completa de Hugo Burgos, dando un click en este enlace.
También recordaremos otros shows como el de Alabama Shakes, deadmau5, Nas, Major Lazer, Kali Mutsa… ¿Estuvieron en Lollapalooza? ¿Cuáles fueron para ustedes las presentaciones más destacadas?