Solange
A Seat At The Table
Saint / Columbia, 2016
A Seat At The Table, el último trabajo discográfico de Solange Knowles publicado en septiembre, es una invitación a seguir una travesía narrada por la cantante, con el psychedelic soul como su ritmo acompañante predilecto. Conformado de 21 canciones y ocho interludios, expone de forma implícita el empoderamiento de la cultura afroamericana. Deja en claro que el reconocimiento de la belleza afro no implica discriminación hacia el resto de culturas, como lo explica en “What Tina Taught Me”, uno de sus interludios. De igual forma, la búsqueda personal es una parte fundamental de este material discográfico, debido a que el álbum empezó a construirse después de una crisis nerviosa de Solange. Temas como “Cranes In The Sky”, narran la escapatoria de los problemas, utilizando vías como el alcohol o las drogas. Para Solange, esto es más que un álbum: es un momento de transición en su vida. Sus palabras reflejan la realidad de este trabajo como una salida, un escape o un refugio orquestado por melodías que van desde el soul hasta el R&B, con toques electrónicos y tintes psicodélicos. El recorrido trazado por este disco, aunque plantea un enfoque algo inesperado para 2016, rescata la forma clásica de escuchar un álbum: cada detalle tiene un significado.
Bon Iver
22, A Million
Jag Jaguwar, 2016
Bon Iver no renunció al campo, ni al bosque. No renunció a la sencillez ni al equilibrio melódico de sus canciones, pero sí descubrió una nueva forma. En su último trabajo discográfico, la banda deja ver una nueva faceta. El inesperado uso de sintetizadores, samplers y vocoders de la agrupación estadounidense plantea una manera nueva de interpretar composiciones basadas en el folk, utilizando recursos electrónicos que no se habían visto antes en el género. «22, A Million» es el primer tema y el primer sencillo, y rescata -sobre todo en composición- lo que habíamos escuchado en el resto de su discografía, pero también nos muestra el trabajo sobre un terreno no explorado. Otra canción que produce la misma sensación es «29 #Strafford APTS», en la cual se puede escuchar diferentes instrumentos de cuerda que rompen cualquier modelo folk, usando filtros de voz. Descubrimos un disco que si bien trae la nostalgia que Bon Iver ha entregado a su público desde 2007, rompe esquemas (por ejemplo, con la colaboración de Kanye West). Una inusual pero grata sorpresa.