Por: Ga Robles
La banda nació de la fecundación extraña entre tener un nombre ideal para una banda y el repaso por la música con la que sus integrantes crecieron. “El amor a Nirvana”, dice Eduardo Varas, voz y guitarra de Efecto Chacal.
Empezaron a tocar en 2010. Un trío de personajes para quienes la música es un ejercicio natural, se juntaron en algo que ya tenía nombre antes de empezar a existir. O más bien digamos que existió desde antes, porque David Zambrano (batería) y Daniel Benavides (bajo) habían decidido que tendrían esa banda, que se iba a llamar Efecto Chacal.
En estos tiempos de tanto indie y música para volar, esos proyectos que en otros tiempos hubieran sido los cool kids en la jorga de bandas independientes, no son la mayoría ni los más populares. Esos que tienen en sus estrofas un poquito más de distorsión y cuya melodía domina sobre la sensibilidad de las letras. Efecho Chacal hace canciones bajo la metodología Cobain: Music comes first, lyrics are secondary. “Esa frase me cambió la vida”, dice Varas, quien evita armar historias muy profundas al componer las letras de la banda. Por eso cuando escuchen El ave fénix de tus piernas, sólo quiere reír, en “Glamour”, prioricen el cabeceo y no se lo tomen tan en serio.
El rock con lapsos grunge y supurante de gritos y personalidad inconforme acapara el aire de Efecto Chacal, el álbum que acaban de lanzar en digital. Con él, sienten que empiezan a experimentar la carnosidad de ser una banda visible, que para mucha gente no existía antes. Quieren tocar. Quieren tocar lo que más se pueda.
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Cuando hablamos de “ellos”, nos referimos a diferentes personas, según el tiempo. En un inicio, sí, eran los tres: David, Eduardo y Daniel. Pero hace poco, David cambió su rumbo, se fue a Chile a vivir y dejó un vacío que se llenó con lo que serían los “nuevos ellos”.
En nuestros días, sus integrantes son el mismo Eduardo Varas (guitarras y voz), Daniel Benavides (bajo), a los que se suman Juan Pablo Rivas en la batería y Daniel Herrera en los teclados. Se escucha power, sabiendo que Rivas es uno de los sonidistas más cotizados de la escena (no nos olvidemos que también fue batero en una banda muy groovie llamada Desus Nova) y Daniel Herrera ha hecho una carrera de pianista además de ser arreglista, director musical, voz y compositor.
Ahora, llegó el momento de testear por ustedes mismos a esta banda e incluirla en sus playlists. Este es su último disco y Varas nos recomienda pararle bola a tres canciones: “Meteoritos”, “Blues Vacío” y “Hormigas”. Vaya ahí:
1 comentario
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