Por: Negro Puente
Tres y solo tres producciones brutales que nos proveen de esa pequeña y necesaria dosis de caos mensual.
Aquí la tienen. La música pesada de este mes:
Oathbreaker / Álbum: Rheia
No hace mucho, a principios de este año para ser precisos, escuché a esta banda de Bélgica a través de su disco Eros|Anteros. Para mí fue una sorpresa porque no sabía nada de ellos. Me impresionó especialmente la combinación de sonidos progresivos y caóticos con la alucinante voz de Caro Tanghe. Sin embargo, lo mejor de todo esto fue saber que apenas los descubría y ya sacarían un nuevo disco. Entonces esperé varios meses y, tras varios singles, llegó el genial Rheia. Pienso que han ampliado el sonido de su placa antecesora, especialmente en la producción, y asimismo su horizonte artístico. En un sube y baja de tensiones, el disco mantiene puntos bajos y cálidos en los que inspira pasividad y tranquilidad, para luego explotar en pedazos inundados de blast beats. A pesar de que el atractivo más fuerte de la agrupación viene de la mano de su vocalista, la instrumentación es lo que mantiene los hilos en juego a todo momento, tanto los calmados como los feroces -incluidos los últimos temas-. Como prueba de aquello, en el clímax del disco se arroja mucho más a los sonidos ambientales y a la escenificación de un aura de cierre en relativa paz.
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Trap Them / Album: Crown Feral
Hay varias bandas que tengo que escuchar de vez en cuando para (literalmente) exorcizar momentos, lugares, personas. A través de ellas, llego simplemente a apreciar la brutalidad que cualquier cosa puede envolver, puedo perderme en ellas. A Trap Them no se le puede pedir más que lo que ya nos ha dado: poder y descarga sin pausa, en cada uno de sus discos. Con ese sonido permanente, que se asemeja a una sierra eléctrica cortando todo a su paso, pero al mismo tiempo manteniendo riffs precisos con un sonido clásico, Crown Feral suena a una invocación del presente y del pasado al mismo tiempo. Algo que de igual manera está a la altura de esta fuerza demoledora es la voz de Ryan McKenney; en todos los temas se mantiene óptima y arrolladora. Así que al ser un disco de un poco más de 30 minutos, lo único que se puede hacer es subirle el volumen al máximo y no descansar en ninguna canción de este álbum, que de seguro es uno de los imperdibles de 2016.
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Alcest / Album: Kodama
Desde hace algún tiempo, intento buscar algo que me conmueva más allá de las etiquetas y en especial, de los conceptos. Mantenerse recreando las mismas propuestas una y otra vez por sonar puristas, va de seguro en contra de la supuesta rebelión y libertad de la que goza la música pesada al momento de su creación. Así, las bandas que rozan el black metal pero inspiran otro tipo de sonidos, se han convertido en las que más me gusta encontrar. Al igual que sucede mes a mes en esta columna, no conocía a los franceses Alcest, y como siempre, perdido en la web, pude escuchar algo de ellos. Puedo decir que su mezcla de ritmos y su propuesta me fascinó absolutamente. Una extraña melancolía con claras sensaciones de música japonesa se van volviendo el vehículo con el que abordamos Kodama. Esta propuesta nos transporta de a poco en una confrontación entre la naturaleza y los humanos. Así, en entrevistas de esas que están subidas en la web, el dueto Alcest cuenta que el concepto para este disco fue la genial Princesa Mononoke de Hayao Miyasaki y su confrontación espiritual. Al igual que el material de esta reseña, toda la amplia discografía de la banda es altamente recomendada.
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