Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra

por Radio COCOA

La Plaza San Francisco repleta por el concierto de Kusturica


Un riff de truenos y un eléctrico sólo de rayos musicalizaron el clima quiteño durante la tarde antes del esperado concierto del músico y director serbio, Emir Kusturica y su No Smoking Orchestra. A las seis de la tarde, miles de personas caminaban por las calles del centro en dirección a la Plaza de San Francisco. Quiteños y extranjeros con narices respingadas esquivaban los mini postes del perimetro de la plaza, para sumarse a la masa de personas que, en puntillas, se esforzaba por ver las pantallas gigantes a los costados de la tarima.

A las siete de la tarde, inició el espectáculo de apertura con presentaciones de artistas nacionales. Juana Guarderas, interpretando a la “profesora Carlota”, se dirigía al público como si fueran sus alumnos e intentaba calmar la euforia producida por la espera del evento estelar. Pero los chistes fueron acolchonados por un vacío de risas y pifeos que fueron en aumento.

Kusturica y su guitarra

Finalmente cuando se despidió del público, recibió los primeros aplausos de la noche y a las 20:50, la orquesta salió a la tarima junto con Kusturica, vestido de negro y con un sombrero de paja toquilla.

Fanáticos y noveleros comenzaron a gritar contagiados por los sonidos balcánicos. Unza- Unza Time fue uno de los primeros temas de la noche con su despliegue de sonidos gitanos, inundados por olas de rock y punk.

El idioma indescifrable de sus canciones no fue un impedimento para que el sentimiento del “nuevo primitivismo” (el folklore fusionado con sonidos contemporáneos) se dispersara entre cerca de 5.000 personas presentes. El ritmo unza-unza hizo temblar las paredes de la iglesia de San Francisco y el suelo de la plaza recibió los zapatazos de varios pogos formados dentro de la multitud.

Entre canción y canción, la orquesta hizo sonar la Pantera Rosa y compases de Pink Floyd, Queen y uno que otro standard de jazz. Momentos en los que el público recobraba energía para seguir saltando y desordenando las “filas”. Pero cuando el violín, acordeón y saxo se volvían a poner de acuerdo, la plaza se convertía en un microondas encendido y tamaño gigante, lleno de pepas de canguil.

“¿Do you hate MTV?”, gritó Kusturica y miles de manos se alzaron entre las cabezas de los espectadores, que parecían entender a medias el inglés carrasposo del músico. “DO – YOU – AGREE?, preguntó con el beat del bombo y toda la gente desinfló sus pulmones respondiendo “FUCK-YOU-MTV”.

 El baile continuó con parte del soundtrack de la película “Gato Negro, Gato Blanco”. La plaza era el escenario de la escena de la boda entre “La Mariquita y Zare” mientras el público actuaba como una manada de gansos saltando entre plumas y emitiendo sonidos raros que pudieran imitar la melodia de las canciones.

Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra

Las canillas siguieron pateando con temas de “La Vida Es Un Milagro” y “Underground”. El público -disparejo- quedó impresionado cuando el violinista disfrazado de juez, tocó su violín con la boca.

Pero no fue hasta el duelo final, cuando los espectadores derrocharon toda su euforia. Con un arco gigante de violín, sostenido por cada extremo. Kusturica simuló tocar la guitarra retando al violinista, quien tomó su violín en lo alto y mientras movía sus dedos de nota en nota, hizo vibrar el instrumento velozmente.

Con la despedida de Kusturica, una bandada de palomas salió de las campanas de la iglesia y un arsenal de fuegos artificiales explotó por el cielo quiteño. Entre miles de perfiles que miraban el cielo, se escuchaba un himno que dirigía una orquesta de rayos de colores.

Únete a la conversación

Tal vez te interese

4 commentarios

Sebastian Jaramillo 30 noviembre, 2011 - 11:06 PM

buena RADIO COCOA , estuve ahi y no se paso por alto ningun detalle, eso es trabajar con gusto y pasion. felicitaciones

Belen de Argentina 1 diciembre, 2011 - 7:03 AM

Muy bueno!!!!! qué linda y trabajadora la periodista ehhh!! eso es trabajar con pasión, como dijo Colombia!! un beso a la distanciaaa

luis miguel barona 1 diciembre, 2011 - 2:17 PM

me parece que el reportaje es de muy mal gusto!! y ademas usan palabaras obsenas!! gracias

Hugh Burgos 2 diciembre, 2011 - 1:12 AM

Muy bien Ana Caro, la realidad del concierto con una mirada poética desde la trinchera.

Comments are closed.