4to Encuentro Internacional de Cantautores: Emel Mathlouthi

por Ana María López Jijón

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Emel-Mathlouthi-Encuentro internacional de Cantautores

Imagínense en este contexto: revolución tunesina de finales de 2010 y comienzos de 2011. Desobediencia civil, guerra y muerte. En medio de una protesta, una joven se levanta y empieza a cantarle a la libertad, «I am those who are free and never fear. I am the secrets that will never die. I am the voice of those who would give in…». En medio de la desesperación, esta canción se convirtió en el himno de inspiración de los oprimidos. Frente a quienes se paran para oír, prende una vela con sus manos y eso no es solo una metáfora visual.

Las canciones de protesta de Emel Mathlouthi, “Kelmti Horra” (My Word is Free) y «Ya Tounes Ya Meskina» (Poor Tunesia) denuncian la situación del pueblo en el gobierno de Ben Ali. La Primavera Árabe es reconocida por ser una consecuencia de revoluciones que, por primera vez en la historia, utilizaron el Internet como una herramienta más de Lucha. En el caso de esta cantante sucedió lo mismo. Su video de «Kelmti Horra» se volvió viral en las redes sociales y desde ese día esa canción se clasificó como un himno. Su nombre es pasó a la historia como la voz de la rebelión y solo tiene 31 años.

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A pesar de haber crecido en un país donde la libertad de las mujeres está limitada, Mathlouthi encontró que el arte era su medio para expresarse. «La música se convirtió en el aire de mis pulmones y en el discurso de mi voz» (1). Su estilo, entre tradicional y contemporáneo (tiene influencia del rock, oriental y hip hop), ha transformado la música tunecina (2). Además, tiene esa virtud de convertir el «tormento y sufrimiento en sueños» (3). Su lucha por el cambio social es un camino que ha recorrido desde que era niña. Sabía que las posibilidades de ser reconocida como una cantante independiente eran tan altas como lograr derrocar un gobierno represivo. Logró ambas. Por supuesto sus canciones fueron censuradas y prohibidas, pero el Internet le dio toda esa fuerza que los medios tradicionales no pudieron concederle; después de la revolución sacó su primer álbum: Kelmti Horra, al cual lo define como «el disco de mi vida» (4).

Esta mujer inspiradora viene a Quito para participar en un encuentro donde se arriesga por la palabra. Llega al Teatro Sucre comprometida con la libertad y «tan revolucionaria como antes» (5).

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