Bigott es un personaje tan excéntrico y enigmático como su imagen. ¿Gitano de una película de Kusturica? ¿bohemio? ¿aprendiz de brujo? Lo cierto es que su música reúne un poco de todo lo que viene a la mente al verlo. Pero fuera de su discografía, su figura sólo asoma como un misterio. Un blog, por ejemplo, se refiere a conseguir una entrevista con él como «una odisea» (1). Otros periodistas musicales, en cambio, son tomados en curva por sus respuestas, cínicas y absurdas. «¿Cómo describiríais la música de Bigott a alguien que nunca la haya escuchado?» (2), le preguntan. «Si no la han escuchado, aún están a tiempo de no hacerlo, las consecuencias pueden ser horribles», responde.
Bigott es el álter ego de Borja Laudo, músico de Zaragoza, quien con seis discos publicados ostenta el título «de culto». Sus canciones reflejan un cantautor contemporáneo, un artista con carácter postmoderno. La virtud de sus temas es parecer y, al mismo tiempo, carecer de referencias. Una típica pregunta de entrevista lo interroga sobre esto: «-¿En qué estilo de todos los que tocas te sientes más cómodo realmente? -En todos. Lo que me gusta es tocar de todo, aunque a veces no me dejan» (3). Y como para reafirmar esa condición, sobre las diversas músicas que suenan en sus discos, él dice: «La gente no entiende eso, dicen: ‘joder, qué disperso… cuánta esquizofrenia.’ Pero es que es muy aburrido hacer el disco de tirón, todo igual» (4)
El otro yo de Borja Laudo es un espontáneo. «¿Cuál es el secreto de este hombre que es como un camaleón, quien tiene varios registros de voces?», le preguntan a Clara Carnicer, su compañera musical y sentimental; a lo que responde: «Pues que no se lo plantea, le sale así y no le debe dar muchas vueltas a nada» (4), dice sobre su pareja. «No me suelo esconder ni intentar parecer otra cosa; soy así, no me gusta ir de nada, ni de interesante ni de listo. Así me va. Para mí esto no es un trabajo; en el momento en que se convierta en uno, lo dejo. No trabajo de día, voy a trabajar de noche”, (5) dice Bigott sobre si mismo. Alguien que asegura estar influenciado por Julio Iglesias, Juan Luis Guerra, Yo La Tengo, Syd Barret, Chet Baker… Tan esquizofrénico como él habla sobre su música.
También, basta con leer los títulos de sus álbumes y canciones para entender su actitud desenfadada al componer (That Sentimental Sandwich, «God is Gay», «I’m little retarded», etc). Y aunque su punto es que no traten de rebuscar interpretaciones en sus letras, muchas de ellas hablan sobre él. Por eso la clave para entender a Bigott es no tratar de entenderlo y dejarse llevar por su ingenuidad. Es ahí cuando su frase ,»estoy harto de ser feliz» (4), cobra sentido.
Canciones recomendadas de Bigott: Cannibal Dinner, Trees Gone Motion, God is Gay
