El más reciente disco de los Swing Original Monks, SOMOS, fue una celebración de su renacimiento como banda. Ahora, cosechan el primer fruto del proceso: el empaque del álbum ganó un premio en la 47 edición de los Creativity International Design Awards.
En noviembre de 2016, los Swing Original Monks sacaron del horno el disco que habían estado preparando durante más de un año. Lo hicieron a fuego lento, con todo el cariño puesto en renovarse como banda, con el toque de la mano experimentada de Eduardo Cabra (Visitante Calle 13).
El proceso de pulir y fortalecer su sonido vino acompañado de una renovación total de su imagen y de una consolidación profunda del concepto que los sostiene. Tanto romperse la cabeza para descubrir qué mismo eran antes de volver a mostrarse para sus seguidores, rindió fruto. Ahora, casi seis meses después del lanzamiento de SOMOS, los Monks fortalecen su grito al traer a casa el premio de Platino a «Mejor Trabajo», por el diseño físico de su álbum, en los Creativity International Awards.
Irving Ramó fue el responsable de mover las fichas para la obtención de este premio, porque según dice, hacerlo era una forma de concluir con el proceso del lanzamiento del disco. «Pasa siempre que nos olvidamos de hacer el último paso, que es el más importante: la difusión de proyectos, sean artísticos o de diseño».
Así, en la búsqueda de espacios, aparecieron en su radar los Creativity International Awards, un premio importante y de recorrido extenso (esta es su edición número 47). El certamen está organizado por la revista Art Direction, y desde 1970 premia a diseñadores de todo el mundo por su trabajo para crear productos desde un enfoque artístico.
Este premio es la oportunidad perfecta para empezar las vueltas por el universo de SOMOS, y que con ello se esparza el grito de los Monks, según el diseñador.
La pintura que da la portada a SOMOS, por Irving Ramó
«Ahora nos beneficiamos todos. Al final, es en afán de que sigamos buscando brillar por algún lado. Queremos que la banda sea este universo que tiene múltiples formas de comunicación, y esto es una gran forma de moverlo», dice Irving al plantear este premio como un logro no solo suyo, sino de toda la banda y de su estudio creativo: «REM».
El reconocimiento le resuena de alguna forma como la prueba de que sudar la gota gorda buscándole un sentido al mensaje de la banda valió la pena. Cuando los Monks se fueron para Puerto Rico para grabar su música, él se quedó barajando ideas sobre la reinvención de su imagen. Como diseñador, estaba consciente de que esta parte era vital para la evolución, porque una banda, finalmente también es un tipo de marca.
Durante un año y medio trabajó en un triángulo creativo con Juana Monk y Mr. Bumbass para darle sentido a sus ideas y para encaminarlas finalmente a la creación del álbum. Dice que con todo los bocetos que hizo para esto desde el día uno, podría empapelar un cuarto entero.
Ramó se confiesa obsesivo. Tiene sus metodologías claras a la hora de trabajar, y con ellas se sumerge de cabeza en sus proyectos y en sus ideas. Empaparse tanto de lo que piensa le ha servido para que su trabajo brille no solo por su creatividad, sino también por su consistencia.
Bajo este contexto, en esta nueva etapa, todo aquello que concierne a los Swing Original Monks gira en torno a la dualidad. La banda, desde su naturaleza primaria, celebra el encuentro entre nuestro lado más salvaje, y nuestro lado más sagrado.
Ellos entienden que como seres humanos, somos la fluctuación constante entre el mono y el monje, y así se lanzan a nuestro subconsciente con su sonido y su imagen. En el diseño del disco esto está presente en cada uno de los detalles.
* El Logo del disco es un palíndromo (frase que se puede leer igual hacia adelante y hacia atrás), por todas partes. Funciona horizontal y verticalmente.
* La tipografía dentro del álbum tiene un diseño tribal porque, según dice Ramó, con ello se representa gráficamente el encuentro en el punto medio de lo primitivo y lo sacro.
* La portada viene cubierta de un plástico rojo a través del que se ve a un mono. Al ser removida, revela a un monje. Esta parte tiene una particularidad adicional. «El disco es como los tazos. No sabes si te va a venir la Juana o el Gabriel (Mr. Bumbass)».
* Finalmente están los colores: el dorado representa el resplandor del momento en que ambos polos se topan; el azul y el rojo, hablan de la polaridad también en su contraste, y en la forma juntos cobijan al mono y revelan al monje.»
Crear este efecto tomó mucha investigación y prueba y error también. Ramó se remitió a las bases de la imagen para ello. Utilizó el conjunto de color RGB (que es el perfil cromático que se mezcla en las pantallas de los dispositivos electrónicos) y sacó de él al rojo y al azul como polos contrastantes, porque cuando se sobreponen entre sí, el uno quita la información que contiene el otro.
Fue como volver a las raíces del uso del color en el diseño, literalmente. Costó mucho tiempo, dedicación y recursos, pero finalmente se logró ejecutar, y así le dio el empuje definitivo a la materialización de los Monks.
La versión física de SOMOS, con todos estos detalles, y algunos otros que se esconden en su interior, fue pensada desde el inicio como un «objeto-arte», porque tanto Irving como los músicos estaban conscientes de que estaban lanzando un disco en una era en la que la gente escucha todo desde la nube virtual.
Pero esto también remite a la dualidad de alguna manera: «Nosotros en nuestro contexto de Ecuador, estamos como en el medio», en un punto donde todavía no se abandona del todo lo análogo ni se adopta del todo lo digital. Por eso, SOMOS aparece en la mitad, pensado como una obra de arte que busca invitar a la gente a formar parte de una experiencia.
El disco ya está rodando por ahí. Búsquenlo, siéntanlo y descúbranse en su propia dualidad al abrirlo y escucharlo.
Por su parte, los Monks siguen encontrando nuevas plataformas y nuevos premios desde los cuales impulsar su grito, para hacer que todos bailemos con nuestro mono y nuestro monje interno.
