Saudade, la búsqueda en nostalgia de Juan Carlos Donoso

por JJ Alomía

banner-Detectives-Fantasmas (1) Texto y entrevista: Juan José Alomía

Para este jueves tendremos dos películas ecuatorianas en cartelera: La Llamada, ya estrenada, de David Nieto Wenzell y Sin Otoño sin Primavera de Iván Mora Manzano.

La primera va de Aurora, una publicista que tiene que llegar al colegio de su hijo que ha sido expulsado, pero el caos ajetreado de su profesión, una serie de líos existenciales de su hermana y de su madre, un automóvil dañado, un ex esposo ausente, convierten a la ida al colegio en una verdadera travesía. Una historia mínima. Sin Otoño Sin Primavera es un retrato coral de un grupo de jóvenes de clase media, desencantados. “Una balada punk”, contada a través de nueve historias no lineales que se conectan entre sí. Todo pasa en Guayaquil. El punto es que la producción de cine en Ecuador, crece. De hecho más de diez largometrajes todavía esperan ser estrenados o se encuentran en sala de edición (Saudade, Mono con Gallinas, Mejor No Hablar De Ciertas Cosas, Feriado, Tinta Sangre).

Hace algunos meses, en una entrevista para esta misma sección, Juan Fernando Andrade, guionista de Pescador, menciona que “No hay Cine Ecuatoriano, sino ecuatorianos que hacen cine”, la afirmación se da cuando JFA responde sobre una posible identidad del Cine Ecuatoriano. Partiendo de esta pregunta, la sección presenta desde ahora una serie de entrevistas a los directores que emergen (o que se unen) a este etapa de producción ecuatoriana.

SAUDADE – JUAN CARLOS DONOSO

Saudade- Radio COCOA

Saudade, película dirigida por Juan Carlos Donoso, ganó el premio del Consejo Nacional de Cine en el 2009 para producción de largometraje y fue grabada en este verano. Saudade cuenta la historia de Miguel, un chico de 17 años que mira el futuro como un horizonte lejano; inmerso en su burbuja de fútbol, amigos y un cuaderno de dibujos con poemas cursis. “Saudade” es el retrato de un umbral: el fin del colegio y lo que vivimos a través de él. La historia coincide con la crisis financiera en el Ecuador de 1999.

Es el primer largometraje de Juan Carlos como director. Antes se ha destacado como editor de las películas Sin Otoño Sin Primavera, En el nombre de la hija, Impulso, además de haber dirigido cinco cortometrajes y algunos videoclips.

¿Cómo hiciste para el financiamiento de la película?

Se dio a través del Consejo Nacional de Cine, luego de la creación de la Ley de Cine. Yo apliqué desde el 2007. Gané el 2009 a Producción de Largometraje Ficción. Luego hicimos todos los esfuerzos y con el apoyo del Consejo Nacional fuimos a algunos encuentros internacionales y, finalmente,  en el encuentro de Cartagena logramos concretar una producción con Argentina, con Claudio Bartel, de una empresa que se llama CINEINA S.A. A partir de eso ganamos el fondo de producción de Ibermedia. Finalmente logramos una co producción con Shut Up Colours & Pictures de Canadá y con ellos logramos completar nuestro panorama ideal de producción.

¿ Cual va a ser la estrategia de difusión de tu película?

La estrategia de difusión nacional va ser la de  ir hablando con los cines para que la proyecten. Antes, esperamos una vuelta de festivales internacionales a través de las producciones con Argentina, Canadá. La idea es poder tener el mayor circuito posible.

¿Ves un problema en la difusión en el Ecuador?

Ecuador tiene un mejor panorama de producción y el mismo problema de distribución. Esto no es alentador. Además, ahora el Ecuador está atravesando tardíamente, si se quiere decir , una transición hacia el digital, lo que encarece los presupuestos para las producciones independientes; tienes que grabar en digital y luego pasarlo a formato de cine en película de 35mm.  Entonces esta transición puede implicar una limitación o bien una ampliación de la distribución nacional e internacional.

Por otro lado hay pocas salas en el país, es algo en lo que hay que trabajar mucho. Las salas, como cualquier sala, son negocios individuales. Ahora hay un fomento estatal importante para el cine, pero solo en la parte de producción. Yo creo que estamos bastante atrás en la difusión. 

¿Qué se puede  hacer?

Quedan estrategias civiles, hasta estatales para generar más espacios de difusión: multi-salas de manera mixta, privadas, estatales o mucho más independientes. Hay que realmente ampliar el nivel de pantallas en el país. El nivel de recuperación no es alentador, el productor independiente ecuatoriano produce no con una expectativa de ganancias, sino para salir sin deudas. Digamos que ahí hay algo en lo que se debe trabajar.

¿Cómo influye la piratería en esto?

Yo creo que hoy por hoy el productor ecuatoriano explota el espacio de la piratería. Hay como un trato concreto ahora entre productores y asociaciones de distribución pirata. Es como un área que se está aprovechando y se está logrando vender DVDs originales a través de ese canal. A mi me parece válido.

Juan Fernando Andrade, co-guionista de Pescador dice que “no hay Cine Ecuatoriano, hay ecuatorianos que hacen Cine”  ¿Qué piensas de esto?

Es relativo. Yo creo que hay Cine Ecuatoriano. Se está haciendo muchísimo. Hay muchos documentales, muchos cortos. Yo creo que el apoyo del Consejo Nacional de Cine ha sido decisivo para que exista algo, pero puede crecer mucho más. Yo creo que las condiciones de producción están por mejorar de lejos. Los presupuestos del Consejo Nacional están por mejorar.  Incluso las gestiones paralelas que se pueden hacer desde este organismo. Las gestiones mismas que nosotros productores podemos hacer: o sea hay Cine Ecuatoriano, pero está en pañales…

Pero ¿podemos hablar de un modelo, una tendencia para llamarlo “Cine Ecuatoriano”?

Yo creo que en un par de años podemos tener como una corriente. O sea, yo sí creo que de alguna manera está naciendo un pequeño nuevo Cine Ecuatoriano y que, en un par de años, después de algunos estrenos, vamos a tener realmente un escenario de Cine Ecuatoriano. Vamos a ver tendencias, corrientes, influencias. Recién se están estrenando películas que ganaron el Consejo Nacional de Cine en el 2007. Los procesos de cine son así, son largos, los presupuestos enormes, los tiempos de producción son muy aletargados.

Dentro del  Estado, dentro de la producción , dentro de los equipos de producción, mismo, nos falta de largo rodar, capacitarnos, salir, darnos la vuelta, hacer todos nuestras óperas primas, seguir haciendo películas. Se está criando como un primer clima.

En este ambiente, ¿cómo ves las escuelas de cine ?

Se han duplicado un poco, mas allá de la Universidad San Francisco, está el INCINE y otras escuelas por ahí.  Yo encuentro que es un nivel como el de la producción misma del país: un nivel que está comenzando. Digamos que la San Francisco y el INCINE son las más fuertes. Creo que académicamente nos falta mucho. El Cine, capaz, por acá se lo ve de una manera bien técnica, como una sucesión de uso de juguetes o algo por el estilo, por ese mismo proceso que nos falta. Académicamente tenemos que ir para apropiarnos de una teoría del cine, para pensar el Cine desde aquí.

Creo que ese es nuevo objetivo académico: saber que el Cine es un arte, saber que el Cine es industria, y dentro de esas variables, encontrar un lenguaje propio -esas variables no solo se las puede desarrollar desde la academia, sino haciéndolo. Para que realmente tengamos una chévere academia que piense y logre capacitar a nuevos cineastas, nos faltan unos 10 años, bajo. Luego de que tengamos películas y sepamos lo que es concatenar planos, concatenar imágenes, sonidos… entonces tendremos algo.

¿Cuál es tu búsqueda personal dentro del cine?

Es un poco partir desde ese casi vacío simbólico en el que crecimos, los que crecimos en los 90: entre potrero y potrero, casas abandonadas, entre espacios donde no sabes la historia de tu país, qué paso, qué no pasó, qué esta pasando, desconectado de las cuestiones políticas . Yo creo que por ahí va mi idea, como tratar de descubrir atrás de esa cotidianidad extraña, un símbolo de reconocerse.

Esa es una pregunta constante dentro de un espacio y de un medio. En un arte poco desarrollado en el país; no tienes 100 años  de Cine en el Ecuador, tienes 10. Tiene muchísimo que ver con eso.

Me atrae mucho el cine experimental, observacional… me atrae mucho el cine documental pero estoy haciendo ficción. Me atrae mucho la plástica, la pintura, la mezcla de las artes.

¿Crees que el Cine en Ecuador es elitista?

Yo creo que es difícil decirlo. Hoy por hoy, dentro de los accesos a los fondos públicos tiene que haber una estructura personal económica especial. Si no tienes nada, o si tienes como muy poco, es difícil hacer Cine. El Cine es de cierta manera un arte costoso , y creo que es un largo objetivo a superar. Pero aun así, dentro de lo que se llamaría elitista, es muy clase media.

Es una cuestión de que si estás en el Cine, no estás interesado en hacerte millonario, quizás tienes claro como un respaldo para poder hacerlo; pero por lo menos en Ecuador el Cine no está hecho para forrarse. Más bien, es como loco. Aunque hayan incentivos sigue siendo una cuestión de acolite un montón. Se siguen haciendo en un 50% con la “onda” de todo el equipo, con muchísimo apoyo de panas; no termina siendo una cuestión absolutamente financiada, absolutamente estable económica, o una cuestión así como millonaria. Sí, hay una restricción al acceso de la producción de cine en el Ecuador y creo que es una de las cosas a superar.

¿Cómo ves al cine? ¿Cómo te ves vos en 10 años? 

Todo depende. Cuando estas haciendo una película, te preguntas cómo va a estar la siguiente semana, si un fondo va a salir o no.  No es algo realmente estable, en 10 años podemos estar acabados como podemos estar «a lo bestia» . Digamos que ahorita, estructuralmente dentro de la cuestión de leyes y estatalmente, es un poco incitante el panorama. Los apoyos continúan pero sigue siendo un poco incierto el panorama futuro de producción cinematográfica y lamentablemente para nosotros eso es fundamental. No solo de lo que son incentivos dentro de fondos, sino de lo que es un entramado legal para que las empresas puedan liberarse de impuestos a través del apoyo a la cultura. Todo eso en el Ecuador es como súper incierto. Yo quisiera decir que en 10 años vamos a hacer 20 0 30 películas al año, pero hoy por hoy es a pulso. Esperaría que dentro de 10 años estemos mucho mejor en sentido de calidad, resultados, lenguaje, cantidad y nivel de producción.

Y en 10 años, pues, después de hacer esta película me veo haciendo Cine. Es fuerte estar filmando y estar realizando lo que te gusta. O sea haber hecho esta película es como haber hecho la confirmación. 

 

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