Tenemos una nueva entrega de la lista que te hace cachar las propuestas más interesantes que recorren el continente. Dales una oída. Puede que te encuentres con un tesoro invaluable que pondrá sabor al siguiente mes.
Nathy Peluso – Natikillah
En su último disco, Nathy Peluso ha sustituido la música más directa de su primer álbum por canciones con arreglos más delicados, cercanos al R&B. Pero su voz, que interpela al oyente sin ningún tipo de tapujos, sigue tan potente como siempre.
En el popular tema “Sandunguera” habíamos tenido una de esas canciones pegadizas que repiquetean en la mente por mucho tiempo, al grado de que queremos repetir el tema compulsivamente. “Natikillah”, la canción que sirve como abreboca de su nuevo material, próximo a publicarse, es una continuación de la misma línea, con una letra sincera, potente y aun más dura.
Tenemos la expresión de una mujer fuerte que dice las cosas sin rodeos, que no ansía costosos bienes materiales, sino que busca alegría y emociones, y que, como debe ser, se pinta a sí misma sin eufemismos. No puedes dejar de ver el video, que va a tono con el desparpajo de la letra. Recomendadísimo.
Facu Tobogán – Teléfono Blanco
Para Facu Tobogán, meterse en el sonido folk no es algo nuevo. Ya lo hizo en muchas canciones de Viaje de Luz, su LP de 2012. La lista de ese material varía entre temas que muestran una estética lo-fi bien contundente y buenas concesiones al folk. Su siguiente producción, el single titulado “Aldea Electrónica / Poeta Italiano”, fue una incursión exclusiva en un sonido alejado de cualquier intento acústico.
Pero en su nuevo disco, Teléfono blanco, el músico bonaerense se ha dejado seducir nuevamente por el folk, usándolo como el medio de la expresión del desamor. Hay mucho espacio para el delicado sabor de guitarras delicadas, empleadas para acompañar crónicas sobre los desamores de bar. Intercalados con las líneas de guitarra acústica, hay muchos efectos de sonido, sintetizadores y coros, que le dan una atmósfera bien inmersiva al álbum.
Un disco nocturno, nostálgico y lento. Una de esas obras para paladear en una tarde o noche de desdicha o agridulce nostalgia. Te recomendamos “Hablando del Citizen Kane”, una canción que condensa a la perfección el sonido y la temática del disco.
Vachantu – CREO
Martín Matilla, cuyo nombre artístico es Vachantu, es un productor musical argentino radicado en Ecuador. Inmerso hasta ahora en música para cine, documental y teatro, Martín hace su gran apuesta en Creo. Esta es la primera vez que se lanza a crear un larga duración, y lo hace a través del sello ecuatoriano Mishky Records.
Para hacerlo aplica una estética que apela al mestizaje. Podemos ver el cruce entre algunas memorias de la vida de la pampa con los samples de la etnia huaorani, sonidos de la cascada Peguche, kalimbas de madera, entre otras. Añadido a eso está, como base, el ritmo del microhouse. Muchos artistas se sumaron directamente a Vachantu, tanto en voz como en los muchos otros instrumentos que presenta el disco, para darle un tono más orgánico a su trabajo.
Una música para —quizá— danzar y escucharla por el mero placer sonoro. O, por último, para darle el significado que uno quiera. Su autor la propone como un intento de abrazar el sincretismo y la circularidad. Te recomendamos “Ave en vuelo”, una canción atmosférica rítmica con regusto andino.
Norick – I love
El peruano Norick lleva casi dos décadas inmerso en el mundo del rap. Abrazando desnudamente las cosas que han pasado en su vida, Norick consigue proyectar de forma universal su voz. Así, cualquiera que escuche las canciones de Norick podrá reconocer los avatares de la existencia —la cotidianidad, el amor— en ellas.
Esta vez, Norick trae su música al sello ecuatoriano Mama Records. Esta asociación ha provocado un sonido que mezcla las raíces del hip hop con el soul, el R&B y el jazz. Pero la contundencia y claridad del estilo de Norick siguen pegando fuerte.
El tema de “I love” es el propio origen de la música de Norick. Con beats y sonidos de guitarras acústicas intercalados de vez en cuando, Norick señala su motivación para crear. Una motivación que debe más a su interior que al ansia de figuración o los distintos pecados o imperfecciones que pueda atribuirle la gente.
Brindopor – Solo me importa el dinero
Esta banda chilena de punk se presenta ante nosotros con “Solo por dinero”, un tema alegrón pero marcado por la ironía. Una ironía punzante que hunde su filo en los poderosos, que, sin saber qué hacer con su autoridad, se entregan a toda clase de crueldades y deseos imposibles.
En esta letra descubrimos la total falta de escrúpulos de una clase dominante interesada en manejar a la gente como fichas en un tablero. Un tema para bailar, saltar y poguear con toda la actitud. Una canción para burlarse de los aspectos ridículos que envuelven el poder, y que formará parte del disco Suicidio comercial, disponible próximamente en bandcamp.
Francisco, el hombre – CHAMA ADRENALINA
Los miembros de esta banda brasileña definen al movimiento del que —según ellos— son pioneros como «transculturalismo transamericano ruidoso». La suya es una propuesta que mezcla los ritmos tradicionales mexicanos y brasileños con el rock. Como no podría ser de otra manera, sus canciones están tanto en portugués como en español.
El tema que aquí ponemos se aparta de la onda más alegre y rítmica de sus anteriores canciones y muestra una psicodelia incontenible. Las letras, difíciles de comprender, parecen llamar a un despertar de la monotonía del día a día para abrazar una energía potente.
Somontano – La Eternidad
Diego Chávez, más conocido como Somontano, es un joven músico peruano que nos trae una propuesta que mezcla el trap con el pop. Con esto presente, tenemos una música mucho más lenta e introspectiva que lo que normalmente entenderíamos por trap. Así lo pudimos ver en su EP del año pasado, Niebla sucia.
“La Eternidad” es una canción aun más romántica que las del EP, con un sabor a balada y tintes de nuevo bolero que te engancharán.