Recogemos algunos criterios sobre Raíces de Luz Eterna, una obra que ha desatado polémica en Guayaquil.
Debajo de un vidrio iluminado por el sol guayaquileño yace una escultura de cuerpos de hombres, mujeres y niños entrelazados en la tierra. Los pasos de los transeúntes impactan sobre esta pieza colocada en la acera de la calle Rumichaca. Intriga, porque, a pesar de varias explicaciones, no logra encontrar su lugar en las calles de la ciudad.
El arte para muchos debe causar polémica, generar conversación. A la obra “Raíces de Luz Eterna”, inaugurada por la alcaldía de Guayaquil el 25 de julio, le llovieron las críticas por redes sociales. Que era grotesca, que no se entendía, y a eso había que añadirle la imagen de la alcaldesa Cynthia Viteri con un pie encima de exposición.
La intervención consiste de una una serie de obras de pintura, cerámica, escultura, luces e instalación que, según su autor Fabricio Valverde, “adorna, celebra y enaltece la belleza” de Guayaquil. Inicia desde el Boulevard 9 de octubre, a lo largo de la calle Rumichaca, hasta la calle Luque.
Es importante el contexto. La calle Rumichaca es una de las más concurridas del centro porque es donde pasan las líneas de buses que recorren otros puntos de la urbe. No es turística, sino más bien comercial. Ferreterías, tiendas, farmacias, paradas. Gente que viene y va.
También es una calle clave para cualquier tipo de manifestación. Está cerca del Parque Centenario y tiene fácil acceso a la 9 de octubre. Durante el Paro Nacional, se registraron videos de protestantes en esa zona. Uno de ellos arrancó un árbol de la acera. Esa fue la explicación de la alcaldesa para la obra “Raíces de Luz Eterna”.
“Tal vez podrán arrancar el árbol, pero las raíces las sostenemos nosotros, los valientes, los guayaquileños, cada uno que ha parido esta tierra o que ha venido a esta tierra y la ha convertido en suya, y que el árbol lo volvemos a sembrar”, dijo Viteri en la ceremonia por los 485 años de la fundación de Guayaquil.
Una obra problemática
“Las personas merecen saber la explicación del proceso creativo. Emitiré un comunicado”, dijo Fabricio Valverde cuando le pedimos una entrevista. Tenía un semblante amable, sabía la polémica que había causado, pero no quería que esta prime. Hasta la emisión de esta nota, no hizo un comunicado oficial pero sí publicaciones en su Instagram detallando la intervención.
La escultura de figuras humanas en movimiento entrelazadas y aferradas a las raíces del árbol que plantó Viteri el 25 de julio es para él una representación “del pasado de nuestra ciudad, sus habitantes, hombres, mujeres, familias, que siendo emprendedores, obreros, empleados, han forjado su vida y sus sueños en este lugar”.
“Puedo catalogar a esta pieza como problemática, una pieza que causa una lectura confusa en el transeúnte. Una lectura de difícil acceso para la colectividad. Una pieza que puede llegar a herir las susceptibilidades del colectivo porque hay una identificación con los cadáveres que fueron encontrados en las aceras durante el azote del covid”, opina María Fernanda López, doctora en teoría y creación de la cultura, especialista en graffiti y arte urbano y docente de la Universidad de las Artes.
López explica que el arte público tiene que dialogar con su entorno y, sobre todo, ser respetuoso con la sensibilidad de la comunidad dentro de la que está. “Si es que se pretendía hacer una reflexión en torno a las protestas de octubre, creo que hay anécdotas más importantes, políticas e ideológicas que arrancar un árbol de la zona”.
Muchas aclaraciones…
La alcaldía de Guayaquil ha tenido que emitir tres comunicados explicando lo que ocurre con la escultura. El último fue acerca del retoque que le darán porque se empañó el vidrio que la cubría.
Debido a la condensación presentada en el vidrio de la obra de arte "Raíces de Luz Eterna", el Municipio de Guayaquil informa lo siguiente: pic.twitter.com/9V70eTGWtw
— Alcaldía Guayaquil (@alcaldiagye) July 31, 2020
En una encuesta realizada en Instagram sobre este trabajo alguien respondió: “si tienes que explicar tu idea, no está bien expuesta”. Para María Fernanda que la intervención esté en el piso, al pie de las personas, es más complicado aún.
Es una intervención que genera más dudas que respuestas. Es totalmente un lenguaje ajeno al arte público que debería tener características de corte monumental, de una lectura macro. Hay un error, de acuerdo a la semiótica, de la pieza, en cuanto al mensaje” – María Fernanda López
“Están criminalizando la protesta. Están generando un sentimiento negativo, cuando lo que sucedió en octubre fue a nivel nacional. Y en Guayaquil la represión fue brutal. Es doblemente problemática. Hay todo un tema de satanizar, incluso llevar a una dimensión de vandalismo a lo que fue un movimiento de fondo nacional. Me parece bastante peligroso que se hagan este tipo de obras aleccionadoras”, opina.
Por otro lado, hay quienes la consideran exitosa. “Si todos hablan de ella, es por la polémica que generó”, fue una de las respuestas a la encuesta. Sin embargo, no se deja la crítica. “Es denigrante”, dijo otro de los encuestados.