¿Por qué Ratas, Ratones, Rateros fue un antes y un después en el cine ecuatoriano?

por JJ Alomía



Estamos en los días en que se celebran los 20 años del estreno de una de nuestras cintas más icónicas: Ratas, ratones, rateros. Conversamos al respecto con varios personajes de nuestro cine.

A finales del año pasado se cumplieron 20 años del estreno de Ratas, Ratones, Rateros en Ecuador. Y exactamente hace dos décadas, en estos mismos días, el largometraje seguía en cartelera por su gran acogida. Sebastián Cordero, el director, acudía a entrevistas y el rumor de una gran producción ecuatoriana se iba propagando. 

Pero ¿qué tenía Ratas… que la convirtió en un punto de inflexión para el cine producido en Ecuador? Conversamos con algunos cineastas y otros personajes del audiovisual para intentar entenderlo.

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Arturo Yepez

Productor de Sin Muertos No Hay Carnaval

Actual CEO de Touché Films

En mi caso personal, y específicamente de toda la generación que estuvimos en ese rodaje, que fuimos pasantes, que estudiabamos en la San Francisco, Ratas… significó enamorarse del cine. Antes de eso yo estudiaba animación, e hice un par de cositas de video. Me gustaba. Pero donde estuvo el enamoramiento al cine fue con Ratas Ratones Rateros. Entender que un proceso de creación puede ser tan entretenido fue clave para mí. 

El entender además que de pronto podrías estar contando historias que le afectan a la gente. Cuando la peli se estrenó y tuvo el éxito que tuvo, sí hizo claramente un click en mi cabeza de “yo quiero hacer esto”. Gracias a Ratas pude estar en Crónicas, y luego pude estar en Pescador como asistente de dirección, y eso me abrió la puerta para producir Sin Muertos No Hay Carnaval.

Sebastián puso una vara muy alta para la producción local y los que le entramos al reto, pues, ahora estamos donde estamos y hacemos lo que hacemos gracias a que vivimos esa experiencia.

Andrés Crespo

Actor y guionista

La primera vez que yo vi Ratas Ratones Rateros vi plasmado el verdadero mundo guayaquileño que yo conocía, ese que puede ser un submundo, con el que yo me identificaba, en el que había crecido. Fue una cosa muy radical. Fue como develar un sueño inconsciente y colectivo que es el de contar esas historias, fue un nacimiento.

El 3 de diciembre del 99, yo estaba trabajando en Pacifictel, era el día de mi cumpleaños. Abrí el periódico y vi que había una función de prensa de Ratas a las 10 de la mañana. Yo en esa época ya estaba escribiendo guiones, intentaba buscar caminos, recién estaba “mordiendo” la huevada. Me paré de mi puesto de trabajo, me fui al Cinemark, y como andaba vestido de terno nadie me dijo nada. Entre a la sala directamente, me senté en la sala como si fuera un periodista y a la final Sebastián nos entregó unos folletos. Yo lo felicité mucho, porque estaba alucinado. Ese fue el regalo de cumpleaños que me di. Abandoné mi trabajo y me fui al cine.

Lo que sentí y vi al ver la película. Fue un temblor constante de que era posible contar las historias que estaba contando Sebastián desde ese ángulo y forma.

Sebastián con Ratas… hizo bien todo. Escribió un guión sólido, con una historia bien sentida y genuina. Casteó a la gente más poderosa y apropiada en ese momento. Editó una película muy fuerte con una banda sonora ecuatoriana increíble, hizo absolutamente todo bien.

A mí Ratas… me parece una obra artística superior: muy sentida, muy profunda, muy bien armada, muy poderosa. No le pasa el tiempo.

Christian Leon

Académico, especializado en el área cinematográfica 

La película marcó un antes y después. En principio, generó una nueva forma de producción que impulsó nuevos actores y  nuevos equipos de producción. Muchas personas que trabajaron en esa producción fueron la siguiente generación del cine ecuatoriano.

A nivel de estética, de narración, también es un quiebre. En los 80 había un cine de temáticas históricas y nacionalistas, y Ratas… uso en cambio una estética hacia el realismo sucio, que antes no existía en el país.

Marca a una generación de cineastas y a una como espectadores. Puede ser comparada con Entre Marx y una Mujer Desnuda, que marcó una época y una generación.

Javier Izquierdo

Director y guionista

Fue una buena película, tal vez la mejor hecha en el Ecuador y de las de Sebastián Cordero. Recuerdo que fui al Festival de Lima el año en que estuvo Ratas… y el público local estaba muy impresionado. Es una pena que Marco Bustos no haya vuelto a hacer nada importante, porque en esa película es un gran actor.

Creo que la peli funcionó tan bien en todo lado porque hablaba mucho de temas del país como el regionalismo, la diferencia de clases, etc. Esto es cada vez menos frecuente en el cine ecuatoriano de ficción que parecería preferir temas más genéricos —no me refiero al cine de género— y ha sido como auto complaciente con la imagen del país. Alberto Fuguet escribió un artículo muy interesante sobre Ratas… donde incluso compara a la fotografía de la película con los cuadros de Guayasamín.

Estefi Arregui

Fundadora de Trópico Cine

Mi primer recuerdo de Ratas… es ir con mis primos en jorga a verla en el cine. Yo era chiquita, tenía 12 años, claramente la censura en esa época no existía. 

Me acuerdo que las escenas de sexo me impactaron mucho —no tanto las de violencia—. También, reconocer paisajes como la carretera de Santo Domingo, con la cara del diablo, o reconocer elementos de la cultura ecuatoriana, como la camiseta del Barcelona o Moti y Pescado en la tele. 

Salí del cine con una sensación de haber visto algo super especial. Ahora entiendo que fue el resultado de ver mi identidad, mi cultura, mi país en una película, de poder reconocerme. En esa época solamente veíamos historias gringas en el cine. 

Yo sí pienso que hay un antes y un después de Ratas… en el cine en el Ecuador. No creo que es desmerecer o ignorar otras producciones, porque también pienso que hay un antes y un después de La Tigra, por ejemplo, o de Qué Tan Lejos. Hay películas icónicas en el país. 

La película que a mí me empujó a estudiar cine es Qué Tan Lejos. Hoy en día la vuelvo a ver y ya no es una película que me encanta, pero en ese momento me impactó muchísimo. Creo que fue por que fin vi una mujer protagonista, dueña de su camino, retratada en una película ecuatoriana. 

No sé si es importante que existan estos bombazos en el cine ecuatoriano. Creo que lo que tenemos que intentar es que todas, o la mayoría de las películas, tengan éxito, y no solamente una cada diez años. Eso es un trabajazo que se tiene que hacer desde la idea original de la película, trabajar guiones sólidos, creíbles, con diálogos que se sostengan, pero también garantizar que esos guiones se hagan con la producción y los recursos que se merecen. Fomentar que la empresa privada y los canales de televisión financien producciones ecuatorianas, a cambio de incentivos fiscales. 

Específicamente desde la distribución: exigir que las salas de cine tengan un trato justo con las películas ecuatorianas. Fomentar el intercambio de ideas y de experiencias: apoyar para que los cineastas puedan viajar a mercados y festivales para que hagan contactos para sus futuras producciones. Exigir una mayor diversidad de contenidos en las salas de cine, apoyar y exigir que hayan incentivos para Festivales de Cine. Las personas que ven buen cine hacen buen cine




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