La música no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Con la lista pesada del mes te traemos tres obras de bandas que se renuevan constantemente y se adaptan a los nuevos tiempos.
1. Tribulation / Álbum: Where the Gloom Becomes Sound
Es posible que los suecos Tribulation, hayan llegado a un punto de cierre en su carrera artística con la salida del guitarrista Jonathan Hultén. Y es que, al ser Jonathan el principal compositor dentro de la agrupación, el sonido característico que hemos atestiguado, principalmente en las tres últimas producciones de la banda, tiene que dar un giro. Aun así, desde The Children of the Night, inferimos que la fibra compositora del grupo cambió. Y llega a un inmenso final con Where the Gloom Becomes Sound.
A pesar de eso, es injusto decir que la presente placa es la obra de una sola persona. Más bien creo que es el correcto aterrizaje de un esfuerzo colectivo y compartido de una idea que fermentó en estos seis años. Atestiguamos así, nuevamente, esa combinación de sonidos góticos en donde la guitarra de Hultén da la pauta del avance de la canción, muy a lo Sisters of Mercy o Fields of The Nephilim. También escuchamos la voz del bajista y vocalista Johannes Andersson trepanando cráneos con anacrónicos guturales que dan cuenta de un death melódico con temáticas de horror. Todo esto sale a la vista a la hora de contrastar las características del sonido final de Tribulation.
¿Por qué he resaltado estos tres discos de la banda? Simplemente, porque son pegajosos. Esa mezcla extraña entre riff melodioso y aullido cual película de terror los hizo diferentes y destacables. Se les permitió hacer lo que querían para “reescribirse”, y lo lograron fantásticamente.
2. Panzerfaust / Álbum: The Suns of Perdition: Chapter II: Render unto Eden
Con los horrores de la guerra a cuestas, los canadienses Panzerfaust continúan las descripciones filosóficas detrás de las constantes consternaciones en la mente humana. Una mente consumida por la ira, el odio y los impulsos más básicos a los que el hombre puede ser reducido cuando atestigua la tragedia.
Sonido extremo cual grito ensordecedor, la construcción de la obra está llena de dramatismo. Combina segmentos de música clásica con lo pesado para aclarar el panorama y época en la que nos quieren situar, para luego explotar como una ofensiva militar implacable.
Es seguro que esta creación de ambiente, que va tomando tiempo de una manera ritualista, es la mejor expresión de la consternación relatada. La composición lírica es otro punto alto, con temáticas memorables, oscuras, profundas y profanas. Para que este efecto tenga el resultado adecuado, resulta atrapante la potente voz del frontman Goliath, el cual, una vez enganchado en tu psiquis, te persigue sin clemencia.
Sin puntos bajos, en ningún aspecto, la devastadora fórmula que atestiguamos en el capítulo I, años atrás, ahora mejora, remarca y expande el furor de su predecesor.
3. Wayfarer / Álbum: Romance with Violence
Una gigantesca atmósfera, con una excelsa diversidad y creatividad musical. Romance with Violence me parece un auténtico triunfo del sonido anhelado por los nativos de Colorado, Wayfarer.
Algo que me engancha en este último tiempo es cuán adaptables pueden ser ciertas combinaciones rítmicas y de composición para introducir nuevas ideas, o, en este caso, viejas ideas pero con acentos renovados. El mito del oeste, abordado desde la perspectiva del black metal rítmico, en la que los contrastes de sonidos de americana y spaghetti western se fusionan. Varios pasajes juegan mucho con una creación country, pero que se adaptan perfectamente a riffs más pesados.
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Posiblemente la mejor descripción para este disco es la del soundtrack de una película en la que la constante estética del viejo oeste toma forma en cada uno de los temas. Se puede sentir el polvo y el acero mezclarse en esta oda al espíritu de la fiebre del oro. Los héroes y los asesinos se cuelan por los vagones del pesado tren que se mueve en toda la obra. Curiosamente se pone mejor cada vez que lo escuchas: descubres detalles de la trama que pasaste por alto. Y culmina como empieza, genialmente.
