Mitú es una de las propuestas más vanguardistas de la electrónica latinoamericana, actualmente. Conversamos con Julián Salazar, una de sus cabezas creativas, en vísperas de su presentación en el #FEPX para que nos hable sobre su juego de experimentación sonora.
Franklin Tejedor y Julián Salazar son Mitú / Foto tomada de: El Espectador.
La música nunca se queda quieta. Es un cúmulo de energía que sale y llega a todas partes, todo el tiempo. En el camino, va mezclando información de polos sonoros que bien pueden estar muy distantes o muy cercanos, pero que siempre se renuevan al ser puestos en diálogo. Así es como nacen el «andes-step» (conocido por muchxs de ustedes), y también el «tecno de la selva«. Así es como nace la música de Mitú, un dúo colombiano que estira los límites de un sinfín de géneros sin pensar en otra premisa que en la posibilidad de mantener a la música en movimiento.
Todo inicia con el encuentro de Julián Salazar, a quien quizás recuerden por haber sido guitarrista de Bomba Estéreo, en la que discutiblemente fue su época dorada: «Estalla» y «Elegancia Tropical«. Junto a él está Franklin Tejedor, un percusionista prodigioso de San Basilio del Palenque, un pueblo del norte de Colombia que viene a ser algo así como el equivalente de nuestra amada Esmeraldas, cuna del mapalé y la marimba.
La música los acercó hace casi diez y los mantiene unidos hasta el día de hoy, creando paisajes sonoros vibrantes y psicodélicos que no paran de cambiar. En cada una de sus notas se siente muchísimo el sabor del caribe colombiano, sumergido en dosis ácidas y abundantes de sintetizadores electrificantes. Sin embargo, ellos componen sin pensar en lugares de procedencia ni destinos prefijados. Lo que importa es mantener avanzando la exploración de nuevas frecuencias.
Julián Salazar en vivo con su arsenal de sintetizadores / Foto tomada de: Rockal.co
Julián nos contó un poco más del momento que están viviendo actualmente con su cuarta placa, de sus formas de hacer música y de las emociones que se avecinan con su toque en la décima edición del Festival Estéreo Picnic.
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Radio COCOA: Cuéntanos sobre la historia de la banda. ¿Cómo se formó? ¿Qué te motivó a dejar atrás a Bomba Estéreo para darle vida a Mitú?
Julián Salazar: Mitú se formó cuando yo aún estaba en Bomba. De hecho, pasaron unos cuatro años en los que seguía en Bomba y que seguía con Mitú. A Franklin lo conocí precisamente en un concierto de Bomba, que a él lo invitaron a tocar. Simón (Mejía), el bajista de Bomba lo conocía y lo invitó a tocar tambores en un concierto. Ahí nos conocimos y desde entonces nos hicimos amigos muy cercanos y fue así como iniciamos Mitú.
Y nada… ya en un punto se hizo un poco como que no podía seguir con ambas cosas, haciéndolas al mismo tiempo, por calendario, por prioridades que uno dice: ‘bueno ya, tengo que escoger un camino en específico’, y el camino era Mitú. Esa fue la razón por la que salí de Bomba.
RC: Actualmente abundan en Latinoamérica los proyectos de electrónica que se fusionan con las músicas de raíz de alguna parte. ¿En qué se diferencia el diálogo que plantea Mitú en ese terreno? ¿Cuáles son las particularidades de su mezcla?
JS: Yo creo que nuestro diálogo con la música es un diálogo con los sonidos, no con los lugares en específico. Ni un diálogo tratando de tomar algo para volverlo o matizarlo, o simplemente ponerlo al día. Simplemente es un diálogo con los sonidos y esos sonidos se encuentran paralelos obviamente por las influencias. Si tienen lugar, pues son bienvenidos. Pero no es específicamente que nos dediquemos a pensar que tenemos que hacer música bajo unos parámetros que indiquen que pertenece a un lugar.
(Nuestro proceso) es muy libre. Por eso el resultado sonoro es bastante ecléctico. Puede irse para un lado, puede tener cosas que sí pueden tener una relación con lugares pero que al mismo tiempo, momentos después, se alejan de eso.
Franklin durante una presentación en vivo con Mitú / Foto tomada de CientoUno
No tenemos una relación estricta con hacer música que pertenezca a un lugar en particular.
RC: En otras entrevistas ustedes afirman que «Los Ángeles» es el mejor disco de su carrera hasta ahora. Para quienes no los han escuchado antes, ¿qué los motiva a decir eso?
JS: Para mí un poco, dedicarse a esto (se trata) de ir siempre un poco más allá con uno mismo. Si uno se queda en un lugar seguro, cómodo, está recreando algo y creo que no es muy válido presentar eso porque también uno tiene un compromiso con una audiencia. Entonces, en ese cordón de ideas creo yo que siempre lo último que uno haga debe ser el trabajo más representativo en la carrera. Por eso creo que Los Ángeles es eso: el disco con el que como que llegamos a expandir más las posibilidades sonoras que manejamos, que logramos crear. Para mí es también un disco muy personal, ligado a una parte importante de mi vida. Entonces siento que representa un montón de cosas y por eso siento que el contenido del disco es el más valioso hasta el momento.
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Julián vive una conexión muy fuerte con la música desde pequeño. Su aproximación a la música electrónica se dio cuando de adolescente, cuando se enganchó con sus múltiples matices y con lo mucho que induce al baile. Por su parte Franklin proviene de una larga línea de músicos tradicionales y carga en su sangre un legado de ritmos afro que palpita a través de sus manos cuando le pega a los tambores, llamando a todxs a mover el cuerpo irresistiblemente. La fusión musical que los une está arraigada en la esencia de cada uno, en su vivencia de la música. Es por eso que la mejor forma de entenderlos, según confirman, es al verlos y bailar sus canciones en vivo.
RC: ¿Qué debería esperar la gente de un show en vivo de Mitú? Según ustedes, ¿esa es la mejor forma de experimentar su música? ¿Por qué?
JS: El show es muy muy enérgico, la verdad. El disco es como un momento un poco más contemplativo.
En el show desarrollamos nuestro tipo de interacción con el público que no es verbal, sino instrumental completamente. Tratamos de que la gente sienta emociones muy fuertes al oír nuestra música siempre. Es diferente a experimentar el disco, que es más un retrato de un momento.
RC: Entonces, ¿su set en vivo nunca suena igual que el álbum grabado?
JS: Exacto, eso nunca sucede porque nosotros hacemos la música en el momento. No tenemos una base de computador para que suene igual. El libreto siempre está cambiando, siempre la canción se modifica de acuerdo a lo que queramos.
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El Festival Estéreo Picnic celebra 10 años en esta ocasión. A estas alturas ya está consagrado como uno de los eventos más importantes de la región. Su atractivo no solo reside en la talla de sus headliners, sino en el tremendo impulso que brinda a bandas de la región que están emergiendo o consolidándose. Hace cuatro años, Mitú fue parte de su line-up, en uno de sus primeros momentos de ebullición. Hoy regresan a la tarima cargados de mucho más recorrido y un sonido más madurado, como si estuviesen regresando a casa de alguna manera.
RC: Considerando que estamos muy cerca de su show en el #FEPX y muchxs ecuatorianxs viajamos para asistir al festival, ¿hay algo que debamos esperar de esta presentación en particular?
JS: Estamos preparando cosas especiales y nuevas para este show, como un abrebocas de un disco nuevo que viene. Pero yo diría que los asistentes vayan y se entreguen un poco a la música en el festival en general. Que disfruten un poco de un baño cerebral.
RC: Y pensando un poco más en las bandas que pasan por el festival, como ustedes en el pasado, ¿qué importancia crees que tienen eventos como el Picnic para la proyección de bandas independientes?
JS: Yo creo que es una gran ventana porque va mucha gente que está ávida de escuchar música y de vivir el festival, y es un ambiente dispuesto para eso. Entonces, está muy bueno tener la posibilidad de tocar en un festival porque estás empezando con una banda porque puedes conseguir nuevo público y fans, y también hay gente de la industria que te nota en los conciertos.
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Mitú se presentará el sábado 6 de Abril, durante el día 2 del #FEPX. Si no lo han hecho aún, recomendamos fuertemente que organicen sus horarios para no perderse del trance endemoniado que viene con el tecno de la selva que esta gran banda tiene para entregarnos.
