Blasfemia es un disco de desahogo. Fuerte y apabullante. El Guanaco de Raíz mudó su piel y reptó a tientas por las entrañas de lo tradicional y lo pagano, en busca de sanación. Así compuso los temas de este disco –que a decir de su autor– permitió el encontrón entre Guanaco y su sonido, uno propio y único.
Con el trabajo en producción de Edgar García y Xavier Muller, el hip hop vuelve a empanarse con el bolero rocolero, así con el pasillo, con el danzante y algunas cositas de albazo también dispersas por ahí. “Los timbres que mezcla la música criolla de cantina del Ecuador se sienten en esta producción, lo que la hace muy ecuatoriana”.
Tal vez sea el último disco que salga en formato tangible, piensa Guanaco. Por eso se embaló y decidió mandar a fabricar vinilos, muy lejos de aquí. Pero 500 ejemplares, nada más. Y como si quisiera probar la fidelidad de sus seguidores se animó a lanzar una campaña de preventa que empieza este domingo 6 de diciembre, como para cerrar el año con regalo nuevo, para que la gente blasfeme en Navidad un poco.
La preventa no incluye el suspenso absoluto. De hecho, las personas que compren el disco en diciembre recibirán ese rato su tarjetita con el código de descarga, sumada a la certeza de que –dentro de un mes– tendrán en sus manos un vinilo fresco gritando blasfemias.
Ponle oreja a los paisajes rocoleros que frecuentan el último disco de Guanaco MC:
Para preordenar, puedes entrar a www.guanacomc.com.ec/blasfemia/
Blasfemias adicionales
*
Blasfemia homenaje a a la música popular de las cantinas del Ecuador, pero también rinde culto al hip hop de los noventas, a la “época de oro” llena de sampleos y Dj’s.
*
El nombre del disco, más allá de aludir al irrespeto a lo divino, se refiere a sacar y liberar lo que se lleva dentro, “le duela a quien le duela”. Antes de hacer las canciones, el disco ya tenía nombre. Guanaco siempre supo que se llamaría así: Blasfemia.
*
El vinilo tiene sólo un track por lado; pensado como un concepto, en dos piezas se unen las canciones de todo el disco.
*
Pese a la oscuridad de algunos momentos, Blasfemia también tiene sus señales luminosas, como en esa canción que Guanaco escribió para su papá, donde su abuela grabó el acordeón.