Estéreo Picnic 2023 en primera persona

por Juan Sebastián Jaramillo
Del 23 al 26 de marzo se llevó a cabo el Festival Estéreo Picnic en su edición 2023 en las afueras de Bogotá. Este es un resumen en primera persona de los cuatro días de festival. 

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Del 23 al 26 de marzo se llevó a cabo el Festival Estéreo Picnic en su edición 2023 en las afueras de Bogotá. El evento se realizó en el campo de golf Briceño 18, como ha sido costumbre en las últimas tres ediciones (2019, 2022 y 2023). Esta fue la primera edición que contó con cuatro días seguidos de música y cultura alternativa, lo cual marcó un hito en la historia del festival, que se viene desarrollando anualmente desde 2010, a excepción, claro, de los dos años de pandemia.

La previa

Las ansias y el entusiasmo por asistir a un festival de estas magnitudes no se podían esconder. El cartel lo decía todo. Músicos de talla mundial como Billie Eilish, Tame Impala, Drake, The Chemical Brothers o Wu Tang Clan figuraron como cabezas de la alineación de artistas escogidos para esta nueva e histórica edición.

Pero no era el mundo anglosajón lo único atractivo. También estuvieron artistas latinoamericanos o de origen latino, cuyo alcance, fama e influencia en el mundo musical sobrepasan las fronteras continentales y los límites impuestos por la lengua.

Hablo de artistas como Rosalía, los argentinos Bizarrap y Trueno, el legendario salsero puertorriqueño Jerry Rivera, el venezolano-estadounidense Devendra Banhart, la icónica representante del dembow dominicano, Tokischa,  la colombiana-estadounidense Kali Uchis, el bolerista Alci Acosta y el reguetonero Ryan Castro —ambos también colombianos—.

Finalmente y no menos importante, las ansias crecían más al considerar que Mugre Sur, uno de los mayores representantes de la escena hiphopera ecuatoriana estaba incluido en el cartel, gracias a la gestión de la productora quiteña Pio Pio, aliada estratégica del FEP, la cual en años pasados llevó a artistas como La Máquina Camaleón (2018), Da Pawn (2019) o Pancho Piedra (2022).

Además, figuró en el cartel Amantina, proyecto del colombo-ecuatoriano Daniel Sorzano, quien en su adolescencia fue líder de Les Petit Bâtards, una de las bandas más queridas del boom del indie ecuatoriano, por allá en el periodo 2015-2017, aproximadamente.

Con un cartel así de poderoso, con artistas conocidos en el mundo entero y con otros que apelaban directamente a nuestra identidad latinoamericana y ecuatoriana, cuatro días de festival, cuatro escenarios distintos, 2 clubes con electrónica y reggaetón reproduciéndose de corrido, nada podía fallar. Y casi que así fue…salvo por unos detalles que se podrían mejorar en las siguientes ediciones, pero ya iremos a ello.

Los highlights

Vamos primero con los puntos destacados. No hay nada mejor que un artista que lo deje todo en el escenario, que brinde a sus fans un momento único y memorable y que realce la euforia festivalera con un performance a la altura del reto que implica dar un show en un lugar donde se concentran decenas de miles de personas. Según el portal de periodismo musical Colectivo Sonoro, el Picnic acogió a 50.000 personas en su día más concurrido (el tercero, un sábado) y 38.000 en su día más “flojo” (es decir, el primer día, un jueves).

En ese sentido, obviamente, fueron muuuuuchos lxs artistas que se pusieron tan ardua responsabilidad en los hombros y sacaron adelante shows memorables, ya sea por su performance, su sonido en vivo, la escenografía, los visuales, su interacción con el público o tantísimos otros factores que influyen en esta misión. Estos son mis 4 puntos destacados del festival.

1. Tame Impala y la responsabilidad de ser el headliner en el primer día

Qué mejor que empezar con lo que fue —a mí parecer— no solo el mejor show del Día Uno, sino uno de los mejores de todo el festival y sin duda uno de mis favoritos de toda la vida: Tame Impala.

Lo que vivimos los fans de la mítica banda australiana de rock psicodélico contemporáneo fue algo fuera de este mundo: un show diseñado para que el público experimente la psicodelia en todos sus niveles.

Desde la música, que se mueve entre los temas más conocidos de la banda pero que en vivo son modificados haciéndolos transitar a reversiones más oníricas y etéreas, hasta los visuales que consisten en imágenes estrambóticas y un poderoso show de luces y lásers. La experiencia estuvo hecha para dejar sin aliento a lxs espectadorxs.

El frenesí aumenta si se toma en cuenta que, semanas antes del festival, Kevin Parker, el frontman y genio detrás de la banda, anunció que se fracturó la cadera, lo cual puso en duda su participación en el festival y su gira por Latinoamérica. Sin embargo, eso no fue un impedimento y el australiano subió en muletas al escenario y dio un show memorable estando sentado casi todo el tiempo.

Algo que no se puede decir de Blink 182. La banda estadounidense de pop-punk era otra de las llamadas a sobresalir en el festival, pero una lesión de su baterista Travis Barker, produjo que se cancelara el show.

Los llamados a reemplazarlos fueron Twenty One Pilots que dieron un show que derrochó energía en cada tema que presentaron, como es su costumbre (ya lo hicieron en el FEP 2019). Su show incluyó un cover de All The Small Things, el tema insigne de Blink.

2. Flower Power, la energía femenina en el escenario

Y si hablamos de shows memorables, me parece pertinente mencionar que las presentaciones de lujo las hicieron las artistas mujeres en su mayoría, a pesar de no ser las cabecillas del cartel.

Tal fue el caso del performance de Rosalía, quien presentó su show Motomami, caracterizado por tener un concepto inusual. La española no hace uso de visuales en su show, sino que este es algo así como un videoclip en vivo, en el cual la reina de la música en español se turna para interactuar con la cámara que la sigue y con el público. Todo esto mientras realiza intensas y llamativas coreografías con sus bailarines.

Hablando de coreografías intensas, Tokischa es otra artista que sudó hasta la última gota en el escenario. Se podría incluso decir que al dembow le cuesta seguirle el ritmo a esta artista que ha despegado en los últimos años, en parte, gracias a sus colaboraciones con artistas como la misma Rosalía o J Balvin. Su show fue candente en todos los sentidos.

La estadounidense Billie Eilish fue otra artista que no dejó al público con ganas de nada, pues era imposible dar más. Figurando como la principal atracción del último día, Eilish recorrió toda la tarima del escenario Johnny Walker —el más grande— durante casi todas sus canciones, de manera muy atlética, entre trotes y enérgicos saltos.

Además, Eilish intimó con sus fans al compartir reflexiones personales, que iban desde las temáticas de sus canciones hasta su relación con su hermano y compositor Phineas, quien obviamente formaba parte de la banda en vivo de la artista.

El poder femenino también se hizo presente en bandas como la francesa L’Impératrice, donde su frontwoman Flore Beguigi brindó un espectáculo con su increíble potencia vocal y su hipnotizante baile.

Y no se quedan atrás artistas como Elsa y Elmar, que acompañada de lo que fue el atardecer más bonito de todo el FEP y un público fiel que se sabía todas sus canciones, dio un show empapado de ternura y belleza pura. Sin mencionar, claro, el increíble cover de Antología de Shakira que sacó del sombrero y que hasta hizo lagrimear a unas cuantas personas.

También cabe destacar que la artista colombiana-estadounidense Kali Uchis anunció un día antes que cancelaba su show por problemas personales. Sin embargo, posteriormente hizo un nuevo anuncio en el cual decía que:

“Haré mi show con la mayor entrega a pesar de sentirme de la manera en la que me siento, así que por favor espero que puedan entender que a pesar de tomar el valor suficiente para pararme en frente de un escenario para ustedes, también puedan tener empatía”.

La artista, a pesar de que claramente se veía que no estaba en su mejor momento, emocionalmente hablando, dio un show completo y agradó a la mayoría de fanáticos que fueron a verla.

El poder de la energía femenina también se hizo presente en el show de Villano Antillano, la artista trans oriunda de Puerto Rico, que puso a saltar y a bailar al público concentrado en Briceño en el cuarto día del festival. Los visuales no hicieron falta en este show que tenía como protagonista a la villana y su enérgico baile.

3. La fuerza del hip hop en vivo

El hip hop también hizo lo suyo en el FEP 2023. Como es costumbre con este género urbano, llenó de energía al público y calentó las frías tardes y noches bogotanas de marzo, encendiendo los cuerpos y mentes de lxs asistentes.

Quizás el show de hip hop más emocionante fue el del legendario colectivo neoyorquino Wu Tang Clan. Con banda en vivo y un repertorio amplio de sus temas, el grupo dio uno de los shows más fuertes y conectados con el público, incluyendo un cover / mash-up de Smells Like Teen Spirit de Nirvana.

El argentino Trueno no se quedó atrás y al igual que “el Clan”, con banda en vivo incluída y su padre el rapero Pedro Peligro, pusieron a saltar al público con su vibrante sonido hopero y latino. El joven artista, quien cumplió 21 años el mismo día, subió al escenario al colombiano Valles-T con quien hizo una formidable presentación de freestyle, haciendo un guiño a sus orígenes artísticos y haciendo único e irrepetible su show en el Picnic.

Por otro lado, el artista estadounidense Lil Nas X dio quizás el show más producido en cuanto a la puesta en escena. Su vestuario, las coreografías, la escenografía y sus bailarines hicieron de su show algo formidable y ratificó por qué figuraba entre los headliners del cuarto y último día.

Por otro lado, el bogotano ha$lopablito demostró haber evolucionado su performance en vivo de manera exponencial desde la última vez que estuvo en el FEP, en 2019. Esta vez, a diferencia de aquel año, contó con una potente banda en vivo que tenía como centro a la batería marcando los beats y una llamativa producción de visuales en el fondo. El joven trapero subió al escenario al también bogotano Ruzto, una agradable sorpresa para el público capitalino de Colombia.

Y por último, ¡Mugre Sur en la casa!. La banda quiteña de hip hop no se quedó corta ante la presión y expectativa de tocar en un festival de estas dimensiones. A pesar de que a la banda le dieron un horario no muy favorable —pues abrían el tercer día de festival a las dos de la tarde—, demostró por qué fue el representante ecuatoriano en esta edición.

Con un show meticulosamente planeado, con distintos momentos pensados y un vestuario conceptual, la banda liderada por ‘Disfraz’, hizo dar golpes en el pecho a los ecuatorianos que estuvimos ahí.

Las críticas letras de Mugre Sur, acompañadas de los beats de Retal en las tornamesas y la energía de alias Pacha Camal al lado de Disfraz, fueron quizás lo más destacado del show, que por cierto contó con un intérprete de señas que traducía el rap en vivo.

Al final de la presentación resultó emocionante escuchar a ecuatorianxs que no conocían a la banda decir que fue una experiencia increíble. Palmadita en la espalda a los compatriotas que “madrugaron” el tercer día para ir a hacer el aguante a Mugre Sur.

4. La música electrónica y el poder de los visuales 

No es noticia que la cultura raver haya tenido un auge inmenso en las últimas dos décadas, tanto a nivel mundial como regional. En ese sentido, no se podía esperar que este género musical quede por fuera de uno de los festivales más icónicos de música y cultura alternativa, acompañado de su mejor aliado, los efectos visuales.

Los llamados a representar en las tornamesas fueron grandes djs de la industria como Armin van Buuren, The Chemical Brothers, Polo & Pan, Fred Again, Jamie XX, el dúo Sofi Tukker, o el mismo Bizarrap.

De esta lista, destaco el show de The Chemical Brothers. No solo que es un dúo imperdible en la historia de la música global, sino que trajeron consigo un show visual alucinante.

Algo que no he visto antes y que en concepto no suena nada extraordinario. Sus visuales consistían en figuras humanoides, ilustradas en distintos estilos, las cuales interactúan con la música bailando y haciendo todo tipo de movimientos y acciones. Sin embargo, había algo en estas animaciones que creo que apelaba al subconsciente del público y hacían estallar la fiesta cada tanto. Un show recomendado para cualquier persona, sea raver o no.

Por otro lado, el show de Polo & Pan, que fue el acto de cierre de todo el festival, estuvo glorioso. Al igual que Chemical Brothers, el dúo parisino trajo consigo un espectáculo visual de otro mundo. Los colores inundaban las pantallas que rodeaban al dúo y el show de luces hizo resaltar la figura de la chica que los acompaña en las voces y haciendo un espectacular show de baile en vivo.

Además, y como ha sido costumbre en los últimos años, el festival contó con un espacio dedicado solo a la electrónica. “El Domo” como fue llamado inicialmente debido a la forma de este espacio, ahora pasó a llamarse “Club Budweiser” y contó con un espacio para cerca de 3.000 personas. En este se presentaron talentos como Felix Da Housecat, Dax J, John Talabot, Dengue Dengue Dengue y Nora en Pure, por mencionar algunos.

Lo que no funcionó (además del pobre show de Drake)

En caso de que no te hayas enterado, una de las presentaciones más criticadas fue la del rapero estadounidense Drake, quien figuraba como una de las cabezas principales del cartel. Subió con energía baja y una actitud condescendiente con el público. Hay quienes lo compararon con la presentación del colombiano J-Balvin, en el mismo escenario en 2022.

Los baños. No fueron pocas las personas que se quejaron del estado en el que se encontraban las baterías sanitarias ubicadas en distintos puntos del festival. Y es algo que puedo corroborar.

No solo que el olor era terrible, sino que la experiencia en sí de ir al baño era trabajosa. Se los pudo ubicar en lugares más estratégicos y quizás hasta colocar más unidades.. Lógicamente, quienes sufrieron más el estado de los baños fueron las mujeres.

Hablo desde el desconocimiento sobre la producción general, pero no hubiese estado de más incluir en la logística planes de mantenimiento y limpieza de las baterías cada cierto tiempo.

Otro tema que resultó molesto fue el de ciertas áreas del campo de golf donde se concentró de manera excesiva el agua y se generaron zonas realmente pantanosas donde el lodo podría llegar a cubrir hasta las partes altas de las canillas del público.

Si bien este es un tema repetitivo y que el público, en su mayoría, ya conoce de entrada a lo que estará sometido, no está demás pedir a los productores que identifiquen las áreas donde el lodo se acumula de manera excesiva y buscar la manera de drenar el líquido, o tapar con piso falso dichas áreas, como lo hacen en ciertos lugares como el patio de comidas. Cabe mencionar también que el agua estancada en el lodo producía un olor muy similar al de los baños, restando puntos a la experiencia del festival.

Por otro lado, la logística al final de cada día podría mejorar. La salida masiva de decenas de miles de personas a la misma hora, debería estar respaldada por corredores lo suficientemente anchos para que no se generen cuellos de botella y no tome una hora la caminata hacia las afueras del campo.

Además, hubo quejas de quienes contrataron los servicios de transporte del festival, pues tomaba “una hora y media de fila para subir al bus” de ida y “hasta dos horas para subir al bus de regreso”. Esto sin contar las cerca de dos horas y media de tráfico de ida y vuelta.

***

En síntesis se puede decir que el Picnic ha demostrado tener no solo la capacidad de conjurar un cartel ecléctico y mega sólido, sino que tiene la conciencia necesaria para darle importancia a ciertos puntos que pueden pasar por alto otros festivales.

Me refiero a que el FEP ha puesto las tildes en el reconocimiento y promoción de la música tradicional y popular de Colombia, poniendo en escena a artistas legendarios como el Binomio de Oro, Grupo Niche y, en esta ocasión, Alci Acosta.

También ha demostrado que es posible atraer grandes inversiones a la industria de la música y la cultura, convirtiendo al Estereo Picnic en una inmensa vitrina para marcas que desembolsan cantidades importantes de dinero a cambio de poner su nombre en los distintos escenarios y realizar activaciones dignas de un parque temático.

Foto: Juan S. Jaramillo @juansemillo

Sin estas inversiones, sería imposible para una persona costear la gran cantidad de conciertos de artistas de talla mundial que se pueden ver en un solo día, y más si se toma en cuenta que son 4 días de festival. Eso sí, hay que mencionar también que aún así, es un festival dirigido para un público pudiente. Son solo una fracción de la población quienes pueden costear $300 destinados a entretenimiento.

Sería grato que los gestores culturales ecuatorianos y las autoridades públicas del sector cultural, regresen a ver a la gestión del Estéreo Picnic. No solo por el valor intangible que aporta un festival de estas magnitudes a la cultura, sino por las prebendas económicas que significan, tanto para los actores de la industria que se involucran, como para la sociedad en general, a través del turismo.

No fuimos pocos los ecuatorianos que asistieron a esta y otras ediciones del FEP. No hubo día en el que no me haya cruzado con al menos 20 conocidos en el mar de gente que se movía por el campo de  golf de Briceño. Además se veían banderas de gran cantidad de países latinoamericanos como México, República Dominicana y Venezuela.

Por último y no menos importante, el festival es consciente de que es parte de la cultura artística y festivalera el uso recreativo de drogas. La campaña Échele Cabeza de la Corporación Acción Técnica Social se sumó una vez más al Picnic, brindado servicios de emergencia para personas que se sumergen en un mal trip y brindando información sobre reducción de riesgos y daños para quienes deciden drogarse -legal o ilegalmente-  de manera recreativa.

Algo de lo que podrían aprender las autoridades ecuatorianas que mantienen un enfoque prohibicionista y criminalista sobre el uso de sustancias psicoactivas. En Quito, por ejemplo, no está permitido ni la venta de cervezas en festivales.

Eso fue todo sobre la experiencia de Radio COCOA en el FEP 2023. Felicitaciones a Páramo Presenta por entregar una vez más una experiencia inolvidable para los amantes de la música. Si fuiste al festival, cuéntanos en los comentarios cómo fue tu experiencia y cuáles fueron tus momentos favoritos.

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