Desde el barrio Monserrath, en Otavalo, Los Nin hablaron sobre la producción y los significados detrás de Ishkay Llakta, su más reciente lanzamiento y sobre la evolución que ha experimentado la banda en cuanto a sus integrantes y su sonido.
Estamos a nada del lanzamiento en vivo del tercer álbum Ishkay Llakta de la agrupación de rap en kichwa Los Nin. Mañana, 17 de marzo, la energía de la banda retumbará en Buenaventura junto a Mr. Sak y Jako (Generación Decapitada) y Mugre Sur (hay que decirlo, previo a su presentación en el Estéreo Picnic 2023); y el sábado, en cambio, Los Nin se presentarán en su nativa provincia de Imbabura.
Hay muchas expectativas al respecto de estos conciertos, empezando porque han pasado seis años desde el último lanzamiento discográfico de Los Nin, y aunque no se han alejado de la música en todo ese tiempo, definitivamente no han sido ajenos al cambio ni al crecimiento, tanto propio como del movimiento Hip Hop en Ecuador.
Aprovechando esta coyuntura, conversamos con dos de sus integrantes, Sumay Nin y Daniel Proaño, en el que ha sido el lugar de creación y ensayos de la agrupación a lo largo de sus 16 años de existencia. Sí, 16.
Desde el barrio Monserrath, en Otavalo, en una mañana de sábado fría y lluviosa, Los Nin hablaron conmigo sobre la producción y los significados detrás de Ishkay Llakta, sobre la evolución que ha experimentado la banda en cuanto a sus integrantes y su sonido, y sobre las expectativas que tienen para su futuro y el del rap en Ecuador. Continúa leyendo.
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¿Qué ha sido de Los Nin desde el lanzamiento de su segundo álbum Wambra Katary en el 2017? es la primera pregunta que les hago a Sumay y Daniel. La respuesta corta es que en ningún momento dejaron de hacer música. Ya sea en sus respectivos proyectos paralelos (Wambra Music y El Otro Lado Estudio respectivamente) o colaborando con otras bandas o propuestas, el ejercicio musical ha sido continuo.
Sumay: Empezamos a trabajar con los compas de Quito, Mr. Sak, Jako que es del grupo Generación Decapitada. Luego ganamos un concurso también del IFCI donde pudimos presentar el proyecto de Kay Pacha (un EP de dos canciones, lanzado en mayo de 2022). Creo que después del disco de Wambra Katary nos hemos puesto a trabajar muchísima música.
Y muchísima música y nuevos proyectos también han surgido en este período de tiempo. La misma Generación Decapitada, la iniciativa de BoomBapKillaz o Inmortal Kultura son propuestas que Los Nin han estado siguiendo la pista. Sin dejar de lado, por supuesto, a los de la vieja escuela como Mugre Sur, A2H o Tzantza Matantza.
El movimiento Hip Hop ha crecido exponencialmente a lo largo y ancho del país, y por esa misma razón es un buen momento para examinarlo, concuerdan Sumay y Daniel.
Sumay: Yo creo que la evolución ha sido muy grande a tal punto que ahora ves a mucha gente que también está escuchando, quiere involucrarse también en el rap kichwa, quiere, no sé, aportar, generar su propio proyecto.
Entonces, el cambio sí ha sido muy grande en realidad. Por suerte ya no está como en el inicio que te bloqueaban y más te ponían piedras en lugar de apoyarte. Muchas cosas como las cuestiones del paro ayudaron muchísimo a que esto agarre más fuerza. Aunque no muchos van por el sentido en el que también se lo hace, no, sino que también llega a ser esto…llega a la parte comercial, llega a ser algo como muy popular y llega a perder el sentido con el cual se iniciaba.
Claro, el rap en kichwa también ahora ya está, ya está aquí, hasta es como si fuera una moda estos dos últimos años, pero yo creo que siempre hay que también retomar eso, no, el sentido de lo que se dice, de lo que se hace.
Daniel: Como decía el Sumay, al principio era algo no tan aceptado, un poco a nosotros nos tocó creo que romper el paradigma un poco ahí, a nivel mediático y todo. Medio carne de cañón fuimos, probando esto.
Ahora, en cambio, existe una proliferación increíble tanto del movimiento hip hop en general como de este estilo, digamos ya, porque viene a hacerse casi como un estilo esto del rap kichwa, pero tanto que a veces me parece un poco grotesco y hasta a veces un poco empalagoso, porque veo que a ratos le dan tanto palo, o sea…
Sumay: Le exprimen.
Daniel: Le exprimen, le exprimen y yo no sé si eso sea bueno.
Me parece que 16 años de trayectoria definitivamente le han dado a Los Nin las credenciales suficientes para expresar estas preocupaciones y una vez que las han puesto sobre la mesa, es momento de hablar de Ishkay Llakta, el trabajo más fresco que los trae de vuelta a los escenarios.
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Si bien el lanzamiento oficial de Ishkay Llakta sucedió este año (en febrero), la producción del disco venía desarrollándose desde hace varios años atrás. De hecho, una versión previa estuvo lista para lanzarse en el 2019, pero terminó dilatándose por varias razones, entre ellas, los dos paros nacionales que vivió el Ecuador y la pandemia.
Algunas canciones cambiaron y el resultado final fue un álbum de ocho temas cuyo enlace entre ellos son las experiencias sociales y personales que cuentan y una sonoridad que fue tomando forma por sí sola con el tiempo.
Daniel: Estas ocho canciones que incluyen este [álbum] yo creo que son producto de todos estos años que te comentábamos, no. Creo que también representa el álbum este lapso de tiempo donde se ha ido construyendo con estos pedacitos, pedacitos de lo que ha ido pasando también, no.
Sumay: Bueno, partiendo de la canción Ishkay Llakta mismo creo que queda marcado una sonoridad en cuanto es la composición musical de los beats. La sonoridad de este disco tiene bastante similitud al primer disco que sacamos [Shinallami Kanchik, del 2008], solo que yo diría que está como un poco más afilada la punta del lápiz.
Pienso que es también un poco este tipo de sonido de acuerdo a la gente que ahora escucha, porque cuando tienes el formato banda, la gente no lo cacha como hip hop, o sea se pierde esa sonoridad de un beat.
Sobre la producción de Ishkay Llakta, ésta podría describirse como casera, una característica que este álbum comparte con sus antecesores en el sentido de que la banda ha estado involucrada en todos los aspectos, y con todos, me refiero a absolutamente todos. De allí que también hayan reducido el formato de esta nueva entrega, pues la anterior, compuesta de 14 canciones, ahora les parece a Daniel y a Sumay una locura.
Daniel: Yo no sé cómo logramos sacar 14 canciones en un disco, tal vez era otra época, otra forma de pensar el formato de la música. El Wambra Katary lo grabamos justo aquí, entre nosotros, con nuestros propios equipos, esto lo mezclé en mi casa, en Cotacachi.
Este disco, en cambio, del Ishkay llakta lo hemos hecho igual en nuestros propios estudios. Yo digo que fue igual de casera porque la hicimos en nuestra casa. En ese sentido, casera.
Sumay: Al llamarlas producciones caseras más bien no sería como un sinónimo de mal o de mala calidad, sino más bien yo pienso que hace referencia más al trabajo que hacemos nosotros, los que estamos en este mismo lugar y eso es lo bacano, por ejemplo, aquí…yo creo que es más saber utilizar los recursos que tenemos a la mano y creo que eso lo hemos hecho desde el inicio con Los Nin hasta ahora.
Algo que ambos resaltaron durante la conversación es la importancia de no subestimar las capacidades que tenemos a nivel nacional e incluso local para producir cosas. Por ello, la materialización de cada proyecto significa para la banda demostrar al público y, sobre todo, a sí mismos de cuántas cosas grandiosas son capaces.
Daniel: Y más aún cuando se juntan, como dice el Sumay, se juntan las cabezas, se juntan las manos, se hace un buen equipo, puedes hacer cosas chéveres.
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“Un mundo donde quepan muchos mundos”, una expresión que han tomado prestada del movimiento Zapatista, es el mensaje que sintetiza a esta última obra. Si bien la banda nació en Otavalo con Sumay, en el trayecto de estos 16 años se han sumado nuevas personas y amigos de distintos lugares, entre ellos, uno tan cercano como lo es Cotacachi. Así, el nombre del disco hace referencia al encuentro de dos (ishkay) pueblos (llakta) “con diferentes manifestaciones pero que conviven en la misma realidad”.
Daniel: Esta frase que la hemos tomado más bien del movimiento zapatista en México que es esto “un mundo donde quepan muchos mundos” es en pro de esto, de reconocernos… de reconocernos y obviamente de reconocernos dentro de un trabajo y de un aporte para todos. Es importante nuestras diferencias porque nos hacen únicos, porque nos hacen tú, yo, o cualquiera en nuestras diferencias, pero más allá de nuestras diferencias también están nuestras semejanzas.
Sumay: Sí, yo creo que es bien importante también hablar del respeto en la diversidad. Por ejemplo, si es que en el caso de nosotros nos mantenemos como rap kichwa, Los Nin, netamente como al inicio, seguiríamos escribiendo todo en kichwa sin importar que nos entiendan.
Entonces por ese mismo respeto, quizás por ese mismo tomar en cuenta que también es importante el mensaje, tomar en cuenta que muchos de los oyentes no son netamente kichwas, no son indígenas.
Y por eso también como grupo, como Los Nin, nos hemos ido acoplado, hemos ido tomando en cuenta como para que pueda llegar el mensaje a todas las personas, por eso ahora también lo que hacemos del rap en kichwa es muy mezclado.
Al final, hacer música y escribir canciones para Los Nin se trata de practicar y celebrar una verdadera interculturalidad en la que mientras más personas se involucren, participen y opinen, más fortalecidos saldremos todos para combatir opresiones e injusticias.
Ahora, lo chévere de que una obra musical sea escuchada por distintas personas es que distintas interpretaciones se harán de la misma, pero no podía dejar de descubrir de primera fuente: ¿qué nos está contando la banda a lo largo de las ocho canciones que conforman Ishkay Llakta empezando por la primera, ‘Andesground’?
Sumay: Andesground, creo que ese fue el primer track en donde ya empecé a hacer un junte con un poco de sonido más de hip hop con el compañero Nato Beats de Tabacundo y también con Darwin de aquí de la 4 18.
Entonces siempre fue como tratar de romper esa cuestión de que eres hip hop y debes ser underground, debes ser callejero, debes hablar de graffiti, de drogas, de gangas y todo eso, no.
Como en el inicio en el rap en kichwa siempre tratamos de darle la vuelta, no seguir esa línea, entonces siempre hablamos de cuestiones que nos caracterizan, por eso fue que hablamos, no voy hablar del under sino de los Andes, desde abajo, desde el sur, desde los Andesground. Y esa fue también una de las ideas en donde se planteó mezclar el kichwa con el español.
A este tema le sigue ‘Ishkay Llakta’ que le dio el nombre al disco, lanzado en el 2019 y el cual fue presentado en la serie #RC_Rap de Radio COCOA.
Daniel: Ishkay Llakta, claro, fue la que le dio el nombre al disco y un poco la que… el concepto que teníamos este de unidad y de juntarnos, no. Era un poco el reflejo de lo que somos nosotros, de dónde venimos y también cómo vivimos aquí en Imbabura. Estamos por un lado Otavalo y Cotacachi juntitos, pegaditos; a nivel étnico también un poco conflictivos, un poco rivalizando a ratos.
Daniel lo dice porque, por un lado, está la histórica tensión racial entre indígenas y mestizos, y por otro, hay voces que reclaman un reconocimiento legal del pueblo Otavalo y el pueblo Cotacachi por separado. Siendo esta una demanda legítima, la banda cree que hay que abogar por seguir compartiendo e intercambiando en las diferencias y similitudes.
Daniel: Entonces, en ese sentido nosotros hemos querido un poco también mostrar eso de que sí, somos dos pueblos distintos, pero que a la final no somos tampoco enemigos ni rivales, ni deberíamos serlo, sino de que estamos más bien cobijados por el mismo entorno. Ahí está el Imbabura y la Cotacachi, incluso el mito es ese, no, de que nosotros los que estamos aquí en el medio somos los hijos de las dos montañas, los que estamos aquí en este valle.
‘Shuk Yuyalla’, el tercer tema, en cambio es un retrato de ese convivir en unidad al que hacen un llamado en la canción previa, ya sea en el barrio, en la comunidad o en una fiesta popular.
Y por supuesto, no podía faltar una canción sobre la migración. Sumay se reconoce como mindalae, un viajero comerciante que vive entre Estados Unidos y Ecuador y a quien, por más idas y retornos que tenga acumulados, siempre le costarán las despedidas. Eso lo cuenta en ‘Yuyariwanki’, la cuarta canción que Sumay dice que hasta ahora no puede cantarla completa sin que se le corte la voz.
Sumay: ‘Yuyariwanki’ es una canción que habla sobre la migración, esa también es una experiencia mía. De hecho, esa canción es muchísimo más larga, pero tuvimos que comprimirla, falta la mitad de la historia ahí.
Pero habla de eso mismo, no, de todos los sentimientos que tienes dentro al momento de despedirte, toda esa incertidumbre de a dónde vas, te van a dejar pasar, no te van a dejar pasar, irás a volver, no irás a volver, al regreso te van a reconocer, qué va a pasar, pero sí, esa es una historia principal y yo creo que es algo que siempre está presente cada vez que me toca salir de acá de Ecuador.
Y sí es una canción difícil, difícil de cantarla porque todo lo que escribí, lo escribí en los momentos de soledad y de despedirme de acá de todo el mundo. Entonces, hasta ahora no he podido terminar esa canción así completa porque se me corta la voz a la mitad.
Tres temas del disco hablan en concreto de las protestas sociales que vivimos en Ecuador tanto en octubre de 2019 como en junio del año pasado: ‘Maki Mayllay’, ‘Yupaychani’ y ‘Millayay’.
La primera es una crítica a la respuesta indolente de las autoridades y las personas involucradas en los gobiernos, traducida al español significa ‘lavado de manos’; la segunda es un agradecimiento a las personas que sostuvieron los días de protestas ya sea donando comida, cobijas o prestando refugio. A estas canciones hay que escucharlas como lo que son: relatos o anécdotas.
Sumay: Eso es lo bacano de esto del rap, no, que al final puedes contar la historia tal cual pasó.
Daniel: Entonces, fíjate, una anécdota, cómo estábamos en la calle y está la tanqueta parada y de repente empieza a contar esa cosa, entonces: ‘ten, nine, eight’. Y toda la gente, claro, en un idioma ajeno, en inglés, qué va a pasar, qué demonios pasa y cuando: ‘one’, ni sé qué, ni sé qué y empieza a sonar wi wi y empieza a botar las bombas la tanqueta. Y una amiga en la desesperación, imagínate cómo es ese choque, —yo creo que adrede era en inglés esto—…entonces empiezan a correr y: ‘Ahhh, cuidado, cuidado, ¡nos están disparando en inglés!’. Cachas, la reacción de la man: ‘Vamos, vamos, ¡nos están disparando en inglés!’.
De esa anécdota que cuenta Daniel surgió la línea de esta estrofa de ‘Yupaychani’: “Nos aferramos porque valoramos nuestra tierra. Peleamos con digna rabia en una dispar guerra / Contra esa franja pequeña fue que me opuse / ¿Quieres un mensaje? You can feel it in my music / Te hablo en el mismo lenguaje que tu tanqueta porque al parecer es el único idioma que respetas / Wait, wait, creo que con eso me pasé / Seguro que no puedes contar hasta 10 en inglés”.
Daniel: Esa es una de las canciones que, por ejemplo, incluye los hechos que iban pasando, como te decía, no. Nosotros ya con el disco listo y ¡pac!, pasaban cosas y entonces hacíamos una canción y ya, vamos a meterle acá al disco también, no.
‘Quienes Somos’, la penúltima del disco, es la hermana mayor de todas. Creada aproximadamente en el 2012, es un tema al ritmo de banda de pueblo dedicado a los antepasados y su legado.
Daniel: Esta de ‘Quienes Somos’ es una canción vieja. Esta la hicimos, uuuuf…en el 2012, 2013. Creo que el título lo dice, no, quiénes somos, creo que es una respuesta a esta pregunta milenaria: ¿quiénes somos?, ¿a dónde vamos?, ¿de dónde venimos?, no cierto. Creo que es una pregunta general de la filosofía de todas las culturas.
Relata cómo ha sido esta lucha de nuestros ancestros también de alguna manera que nos han dejado estos legados y que ahora nosotros gozamos de muchos beneficios de la lucha de nuestros antepasados, no solo indígenas, también, blancos, mestizos, chinos, de todos los colores y sabores.
Llegamos al final del álbum y por último está ‘Millayay’, una canción que habla de los pueblos en rebeldía y resistencia en todo el continente americano y fue inspirada también por las protestas sociales que tuvieron lugar en Estados Unidos a raíz del asesinato de George Floyd en manos de un oficial de policía en la ciudad de Minneapolis.
Daniel: Entonces ese fue un poco el contexto de esta canción y la escribimos un poco en eso, alentando a la unión de todos y a reconocernos, como te vuelvo a decir, en nuestros diferentes colores, en nuestros diferentes idiomas, pero… vivimos la misma injusticia todos.
Vivimos la misma incertidumbre, tenemos los mismos anhelos, todos queremos paz, todos queremos amor, todos queremos disfrutar con nuestras familias independientemente del color o la lengua que hablemos. Entonces yo creo que esa es también una de las claves para poder entendernos como continente y entender nuestra historia también, no.
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Y hablando de esas preguntas existenciales que Daniel mencionó anteriormente ¿de dónde venimos? y ¿hacia dónde vamos?, esa es exactamente la misma pregunta que no podía dejar de hacerles antes de cerrar la entrevista: ¿hacia dónde van Los Nin en el futuro?
Obviamente, primero está disfrutar del lanzamiento de Ishkay Llakta, pero luego de eso el futuro es realmente una página completamente en blanco. Lo que está claro para ambos es que Los Nin, más que solo un proyecto o una banda, es una familia que ha elegido el camino de la música para convivir y expresarse, aún así la pregunta les tomó un poco en curva.
Daniel: Difícil pregunta.
Sumay: Chuta, sí es complicado, porque, o sea, estamos con 16 años como banda, como proyecto, las generaciones también van cambiando, hay otras oportunidades también que se aparecen.
Pero, de ahí, en lo personal, Los Nin es una familia, es una familia que hemos construido y lo que yo espero es que sigamos haciendo música, no, porque al final, claro, hay muchas cosas, siempre va a haber chance de opinar, siempre, todo el tiempo hay chance de cuestionar todo.
Daniel: Sí, concuerdo con Sumay. Yo creo que lo que se ha hecho es como una base sólida, esto que hemos formado, este grupo, esta familia, estos amigos. Y por más, yo creo que, digamos, tomemos otros rumbos y nos dediquemos a otros proyectos que no sean Los Nin, yo creo que de alguna manera vamos a seguir conectados, ayudándonos en esos otros proyectos de alguna manera.
No sé qué nos depare de aquí estos años, vamos a ver qué decisiones tomamos también, si nos ponemos a trabajar otro disco o quién sabe, nos damos un descanso para dedicarnos a otros proyectos.
Pero en todo caso, yo creo que existe una convicción en nosotros de un poco como que para esto nacimos, esto somos y así como dice el eslogan de las canciones: ‘wañunkakaman’, o sea, en esto, hasta la muerte, hasta que el cuerpo aguante.
Y hasta que el cuerpo aguante también gozaremos de las presentaciones que Los Nin tienen preparadas y que esperan que tanta gente como sea posible, tanto aquellas que los han acompañado desde el principio como nuevos oyentes, caigan para disfrutar de una noche entre panas.
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Tomen nota de las fechas que Los Nin tienen preparadas: mañana, 17 de marzo en Quito, en Buenaventura, el sábado 18 de marzo en Cotacachi en el centro cultural y gastronómico Antipay y el 24 de marzo en Cayambe en Huasi Cuy. Para más información sigan a los Nin en sus distintas redes sociales.