Después de cinco años de silencio, tras el exitoso lanzamiento del álbum Everything Now (2017), la banda canadiense Arcade Fire regresó el 6 de mayo con su sexto álbum WE.
Para mí, cada año que Arcade Fire lanza un álbum es un año especial y bendecido, que quedará grabado en mi nostálgica memoria siempre. No solo porque su música me ha marcado profundamente en etapas definitivas de mi vida, sino porque, si Arcade Fire lanza un álbum, es que hay algo que tienen que decir.
No es coincidencia que WE se cocinó durante la pandemia y que después de todo lo que nos trajo y se llevó el Covid 19, el álbum finalmente haya visto la luz este año.
Con diez canciones, Win, Regine y la banda nos invitan a recorrer la nueva reflexión y confusión existencial que les ha atravesado los últimos años. Me atrevo a decir que es quizá la más compleja y a la vez elemental que han generado a lo largo de su carrera musical.
Para Win Butler, el viaje musical empieza expresando el sentimiento de querer escapar del peso del mundo y de uno mismo, querer desaparecer completamente. Le prosigue una sensación ocasionada por un agujero negro, que es quizá la mejor manera de alejarse de esta realidad nefasta.
Al caer en él, sin embargo, y encontrarse al ‘otro lado’, llega finalmente la comprensión de que verdaderamente no hay nada de lo que escapar. Todo es lo mismo, una sola materia. Así lo dijo Butler en una entrevista con Zane Lowe para Apple Music el tres de mayo.
Hay una crítica social por supuesto, pero sobre todo, una personal o quizá una angustia; el álbum se siente muy íntimo. Y bueno, se hizo en pandemia.
Un recorrido cíclico
Portada del último álbum «WE» de Arcade Fire.
La estructura del álbum nos lleva explícitamente a encontrarnos con estas sensaciones y epifanías poderosas y presentes. Se divide en 5 partes y empieza con “Age of Anxiety I” y “II”. Seguidas por “End of The Empire I-III” y “IV”, “The lightning I” y “II”, “Unconditional love I” y “II”. Por último, “We”, la canción que le dio nombre al LP.
A diferencia de Everything Now (2017), este álbum termina en vez de empezar con la canción homónima del disco. No es un detalle menor por el concepto del álbum, que funciona más cíclicamente que de forma lineal.
Terminar con «WE» es empezar con un nosotros, con una unidad infragmentable, donde surgen de nuevo las ganas de rendirse pero con una sabiduría distinta. En ese momento, pones a correr el álbum nuevamente.
Qué hermoso es cuando escuchas algo hecho desde y con el corazón. Sin duda, eso me enamoró de Arcade Fire desde el primer momento que escuché la canción “Afterlife” hace más de siete años.
No fue difícil enamorarse de los tres álbumes que vinieron antes de Reflektor, y tampoco del que vino después (Everything Now). WE tampoco es la excepción. ¿Cómo no amar un álbum que es fiel a la esencia de la banda?
Es un disco que muestra una versión madura de Arcade Fire. Se siente que los años han pasado para sus integrantes y eso está bien. Parte de este crecimiento personal y profesional se ve reflejado en el hecho de que Will Butler, hermano de Win y ex guitarrista de la banda, dejó la agrupación hace poco. Sin embargo, sí fue parte del proceso de grabación del disco.
El Alma intacta
Musicalmente también tiene una estructura clarísima. Cada una de las cinco partes del disco son totalmente distintas y evocan a diferentes etapas de la banda, como “The Lightning” a Funeral (2004).
“Age of Anxiety” es la parte conjunta con más toques modernos, usa un montón de sintetizadores, pero a la vez usa elementos instrumentales tradicionales que ocupan su propio espacio y al frente. Unas guitarras puras y hermosas.
Es mi etapa favorita del disco definitivamente porque (y como es característico de Arcade Fire) evoca sensaciones contradictorias entre sí, que juntas se convierten en una sensación liberadora única. Con las letras más directas y bajón, pero con la parte instrumental más bailable y fiestera.
Empieza siendo un concierto de indie rock y se convierte en un rave nostálgico con tintes ochenteros. Esto también es bien representativo de la banda en sus obras anteriores; y en WE, una transformación total a lo largo de las canciones, que parecen tener dos partes distintas y evidentes en sí mismas y además una parte dos.
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El corazón abierto
Sobre todo, creo que con WE la banda apuntó a reconectarse con sus orígenes y atreverse a hacer canciones simples, un poco cursis y folkeras a lo Bon Iver. Demuestran este sentido maternal que carga todo el disco.
No hay duda de que Win y Regine se lo dedican mucho a su pequeño hijo de 9 años. Amorosamente lo expresan en “Unconditional love I (Lookout kid)”. Con «Unconditional Love II (Race and Religion)» y «We» no queda duda de que es una propuesta totalmente honesta y valiente, sujeta a bastante crítica pero con la vulnerabilidad a flor de piel.
Debo admitir que musicalmente no es el álbum que más elogios recibiría de mi parte. Melódicamente las partes que canta Regine son increíbles, un poco más de ella en el álbum me hubiese removido más.
Sin profundizar, la primera vez que escuché el álbum me provocó una sensación un poco moralista, o como dije anteriormente, super maternal o paternal. Creo que para alguien de mi edad eso puede chocar un poco.
Pero en realidad, mientras más lo escucho y más atención le pongo al álbum, más desaparece esa sensación; más amo el disco y siento que me habla directamente. Apelando a mi corazón roto y lleno de esperanza.
Con Arcade Fire es algo que hay que hacer: escuchar con atención y con todos los sentidos. Volver a escucharle, para poder fully grasp todo lo que conlleva. El nivel de producción es, como siempre, alucinante. La originalidad permanece incólume.
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WE no decepciona, incluso si siempre existe una gran expectativa por parte de la audiencia y la industria alternativa. La genialidad de la agrupación ha sido y es totalmente valorada.
En poco tiempo ya han presentado el disco en BBC radio, SNL, The Tonight Show, en el show de Zane Lowe para Apple Music y en el Twitch de Amazon Music. Estuvieron en Coachella, en the JUNO awards, y fueron invitados a performar en ESO astronomy (The European Southern Observatory).
Me quedo con todas las emociones que provoca WE. Cierro los ojos y vuelvo un poco a mí misma cuando era adolescente. Encuentro contención en su directa y real visión del mundo infernal en el que vivimos. Es su marca y no es pretenciosa.
Hay una banda que tiene el suficiente valor para encarar esos pensamientos y sentimientos y mostrarlos al mundo sin vergüenza. Esa banda es única y excepcionalmente Arcade Fire. Aunque muchos no quieran escuchar lo que tienen que decir, otros amamos escuchar lo que no queremos.
