“Angelote, amor mío”: entre la voz y el cuerpo, entre la vida y la muerte

por Jorge Bayas Lituma
El cuento de Javier Vásconez llega a las tablas. No te pierdas esta experiencia que fusiona el teatro, la literatura, la danza, la música, el collage y el diseño.  

En 1982 se publicó el cuento “Angelote, amor mío”, del escritor ecuatoriano Javier Vásconez, en el cuentario Ciudad lejana. Al año siguiente, ese texto provocador, barroco, sensible, escrito con una delicada orfebrería literaria, obtuvo la primera mención en la revista Plural de México.

Su trato simbólico de la homosexualidad, su denuncia de la hipocresía social subyacente a la sociedad ecuatoriana y su lenguaje poético atrajeron la atención de la crítica. Fue por esos días que un joven danzante llamado Kléver Viera leyó el texto y quedó fascinado. Le atrajeron el lenguaje, el tratamiento de un tema tabú y el retrato de la ciudad que aparecían en él. “Ese lenguaje, la historia reiterada y un Quito que yo conocí en mi juventud —yo soy provinciano—, hizo que yo empezara a ver ciertas figuras, ciertas imágenes, una coreografía”, señala.

Años después de eso, en 2017, empezaron para Viera, ya por entonces un experimentado danzante y coreógrafo, las anotaciones en los diarios y los experimentos. En 2019, en compañía de la gente del Taller Permanente de Investigación Escénica, comenzó el proceso de la obra. Pero hubo un evento en particular que aceleró todo. “A mí me cuesta, puedo pasar años divagando. Pero cuando empezó la pandemia, en el encierro, ahí tomé la decisión”.

El resultado es la obra “Angelote, amor mío. Troca y Truco”, una “propuesta coreográfica interdisciplinar que entrelaza la danza contemporánea, el teatro, la literatura, la dramaturgia, la composición musical, el collage y el diseño”. La oportunidad para verla es mañana, 9 de junio, a la 3:30 de la tarde, en el Teatro Sucre.

A continuación, te revelamos algunos secretos suyos.

ANGELOTE

En el cuento se desnuda la hipocresía social. Foto: Josué Méndez

Voz y cuerpo

 El cuento de Vásconez trata acerca de la relación que trasciende incluso la muerte entre Julián, el narrador, y Jacinto, el “ángel”. Julián es, además de amante, cómplice y secretario de Jacinto. Y es quien, con su monólogo lírico, florido, reconstruye la hipocresía quiteña que puede verse hasta en el funeral, al que asiste, por supuesto, la kafkiana familia de Jacinto. ¿Cómo trasladar esta trama, sostenida por un lenguaje complejo, a las tablas? Kléver nos da una idea de esto:

La voz es cuerpo. Y, por otro lado, el cuerpo en sí puede decir muchas cosas que el texto no alcanza a decir. Hay que buscar el equilibrio. Por eso planteé una cuestión de composición. En el escenario pasan muchas cosas, muchísimas mutaciones, mientras el texto está repartido de varias maneras”.

Es por esto por lo que en esta obra los textos fragmentarios y la danza son un apoyo para las actuaciones teatrales. Las nutren y las sacan de la orilla aburrida de los géneros artísticos cerrados. Aquí, por el contrario, hay una combinación atrevida en la que la experimentación brinda una sensación inusitada al espectador. Kléver lo explica mejor:

“Soy bailarín, coreógrafo, amo el teatro. Pero no soy actor ni director de teatro. Ahora me di cuenta de que me gusta el teatro, de que he leído mucho teatro, de que tengo varios amigos del teatro, de que he hecho talleres, pero no soy teatrero. Mis compañeras sí lo son, y hemos hecho un magnífico trabajo. También tuve asesoramiento de un director colombiano, Andrés Martínez, el “guagua”. Tuvimos varias sesiones con él para entender el texto y poder analizarlo…y todos los detalles del oficio de actor que me gustan mucho”.

angelote

Danza, teatro y texto se unen en esta obra. Foto: Josué Méndez

Cuerpo, teatro y danza

Desde los 80, cuando el cuento fue publicado, ha sucedido mucho. Si bien una buena parte de la sociedad permanece recelosa, conservadora, anclada en los valores hegemónicos viejos, en los años que se han sucedido desde entonces es posible observar algunos cambios. Y no únicamente en el plano literario.

“Más que de la literatura, yo debería hablar de lo que ha vivido el cuerpo. Desde los 80, el cuerpo ha venido desarrollándose enormemente. Y, del lado de sus reivindicaciones, se han logrado muchas. En los 80, la homosexualidad estaba penalizada, escondida, sojuzgada”, afirma Kléver.

Lee también en Radio COCOA: Residencia En Movimiento 2021: rolar como los planetas

Se han multiplicado las expresiones artísticas. De cierto modo, el cuerpo se ha liberado un tanto de sus barrotes. “Hoy asistimos a la fiesta del cuerpo. El bailarín contemporáneo vuela, es otro flujo más. El cuerpo remonta otro flujo y vuela”, señala Viera, quien también resalta el vínculo entre la danza que se practica hoy con la gimnasia y el yoga.

angelote

En «Angelote, amor mío» hay un minimalisto opuesto al barroco. Foto: Josué Méndez

Cuento barroco, obra minimalista

A diferencia de otras obras de Vásconez, construidas con un lenguaje sobrio que vuelve perceptibles con rapidez sus grises atmósferas, “Angelote, amor mío” es una fiesta del lenguaje. Una fiesta dolorosa en la que algunos de los temas principales del arte, como la vida y la muerte, se vuelven tangibles. En parte, gracias a la atrevida imaginería religiosa quiteña que desfila por sus páginas.

Ello le da un regusto barroco al cuento. Algo que, en su obra, Viera subvierte con una estética más bien minimalista. “Yo quise oponer el minimalismo al barroco quiteño en la puesta en escena, partiendo de un concepto griego de la figura”, señala.

De ahí la construcción del escenario y su estética.

“Figuré un escenario blanco sobre blanco, segmentando el cuerpo. Me quedé sólo con el torso, quité la cabeza, brazos y piernas, y del torso me quedé sólo con la espalda, la columna vertebral, para que expresara un mundo sinuoso, de sensibilidades y sensaciones”, explica Viera.

Todo ello está, por supuesto, al servicio del intento de Viera y su equipo de crear belleza en una obra fuerte: épica y elegíaca. “Atrevida pero no obscena”.

***

Si quieres saber más al respecto, dirígete a la página de Fundación Teatro Sucre. Por el momento te podemos decir que la obra cuenta con todas las medidas sanitarias del caso.

 

Únete a la conversación

Tal vez te interese

Add Comment