Ya hemos superado la cuarta parte del año. Y en esa espera extensa que se prolongará hasta que la pandemia termine, la música será nuestra mejor compañía. 10 lanzamientos ecuatorianos te lo demuestran. 
1. Macario ft. Ceci Juno – Solo (pop, R&B)
Ceci Juno nos tiene acostumbrados a la excelencia. Vuelve a repetirlo en esta oportunidad, en compañía del cantante mexicano Macario.
Con “Solo” entramos en un tema musicalmente atractivo, abundante en ganchos, que, no obstante, tiene una letra un tanto oscura. Pese a los sueños que se acumulan en nuestra cabeza y al deseo desesperado de convertirnos en la mejor versión de nosotrxs mismxs, las cosas no sólo que no siempre se asemejan a lo imaginado. Sino que este mundo difícil, desde el que buscamos elevarnos a las alturas, puede corrompernos.
“Solo” es una canción con la que se identificarán quienes sientan que están apartándose del camino que, en algún momento, se trazaron.
2. El Búho de Minerva feat. Mojo Myst – Ítaca (synthpop)
“Ítaca”, del griego Konstantinos Kavafis, es uno de los poemas célebres de siglo XX. Es lacónico, sencillo y exquisito, como el resto la escritura de Kavafis. Pero, a diferencia de esta, en muchas oportunidades erótica o nostálgica, “Ítaca” contiene una enseñanza.
Trata acerca de no depender de los fines, de no centrarse en el horizonte del mar, y, en su lugar, disfrutar del instante. De solazarse y nutrirse de los momentos de la vida, lo que será un aprendizaje mucho más auténtico que una loca carrera hacia un objetivo.
Con un sonido etéreo y contemporáneo, El Búho de Minerva actualiza los versos antes poblados por lestrigones y cíclopes, propios del elegante helenismo de Kavafis. En homenaje a su abuela, José Cruz nos entrega una adaptación bien ceñida al ritmo de la música y a los sonidos de hoy.
Estamos frente a una prueba más de que los clásicos siguen encontrando su eco en lo humano, milenios después de la muerte de Homero y 111 años después de los días en que Kavafis elaboró sus versos.
Para complementar todo está la presencia de Mojo Myst, el proyecto de Felipe Maldonado, el cual, junto con El Búho de Minerva, construye una experiencia que no debe pasarse por alto en lo absoluto.
3. Felipe Zapata – Otro lugar (electrónica, instrumental, jazz)
La música de Felipe Zapata es inclasificable. Transita con soltura entre los distintos géneros, y por ello no es sorpresa que influencias tan dispares como las de Kali Uchis, Spinetta y Smoke City puedan rastrearse en sus piezas.
No olvidemos, por supuesto, al jazz, que funge como una especie de pulso. Ese latido es el que vertebra “Otro Lugar”, una verdadera delicia para los oídos que, en sus cuatro minutos con 13 segundos, jamás aburre. Por el contrario, es una fiesta de inspiración y ganchos.
4. Ricardo Pita feat. RoCola Bacalao – Solo sumergible (folk rock)
Los monstruos no son los aparecidos que se esconden en las grutas oscuras. No son aquellos seres deformes, de pieles rugosas y afilados e irregulares dientes, que esperan con ansia por su presa. Son los propios seres humanos. La sociedad es, por lo tanto, el infierno tan temido por todos.
Eso es lo que podemos sacar en claro de este tema de Ricardo Pita. Un tema que, a la línea folk que caracteriza al cantante guayaco, añade unos arreglos de cuerdas que no sólo transmiten desamparo, sino que se las arreglan para revestir de miedo al canto inquietante. Y no olvidemos la presencia de la RoCola.
Así que no te puedes perder esta canción.
5. Da Pawn – Taza de café (en vivo) (indie rock)
El mundo era otro en 2013. El conocido indie ecuatoriano, que acapararía nuestro panorama musical por varios años, era apenas un retoño que comenzaba a germinar. En ese contexto surgió este álbum de Da Pawn, una banda que fue uno de los primeras en enarbolar la bandera del movimiento.
Hoy, ocho años después, pese al cambio de gustos musicales y a la llegada de nuevos estilos, la fiebre de Da Pawn no se extingue. Esta versión de “Taza de café” no renuncia al sabor indie de la original, pero pone un tanto a la raya la estética lo-fi, en favor de una voz más expresiva y unos arreglos más delicados que otorga la sesión con la gente de InConcerto.
He aquí algo para darle sabor a la cuarentena. Y para darle nuevos tonos al pasado.
6. Pablo Castillo – Noche Fría (indie rock)
La cuarentena ha sido un periodo de una extraordinaria fecundidad musical. Algunas bandas han muerto, otras han surdido. Discos cuya hechura parecía eterna han llegado, por fin, a un término. Y, también, hay quienes nos rodean con grandes propuestas, como Pablo Castillo, de La iguana invisible.
Compuesto en su cuarto, como amerita nuestra amenazadora pandemia, “Noche Fría” es un canto críptico a lo cotidiano. Y está sostenido por buenos ganchos.
7. Personajes inventados – Conteniendo al ser (synthpop, funk)
Personajes inventados vuelve a la carga con un tema funky mucho más poppy que lo hecho antes por parte del grupo.
“Conteniendo al ser” es una canción que, sin renunciar a la onda original de Personajes inventados, se atreve a ser más bailable. Pilas con los quiteños que, de a poco, empiezan a hacerse con un hueco dentro de nuestra escena musical.
8. Bastián Ponce – Breakfast (indie, funk)
Aunque el video de esta canción data de 2019, no fue hace mucho que Bastián Ponce, artista ecuatoriano radicado en Barcelona, lanzó su EP Breakfast. Esta es una buena oportunidad para escuchar nuevamente el tema homónimo, cargado de toques funkys, además de una letra en inglés.
El resto del EP tiene una mezcla de ritmos andinos, punk y psicodelia que te sumergirá en una cotidianidad amable, hogareña.
9. Noúmeno – Barquitas (electropop)
Con su ritmo endiablado y sus suaves arreglos, “Barquitas” logra un contraste claro. Contrapone la fogosidad y el ímpetu de la pasión amorosa a la tristeza que provoca la ruptura. En ese sentido, la barca es un símbolo. De la soledad y la nostalgia.
En cuanto a la parte estrictamente musical, tenemos un desfile de instrumentos vintage, acompañados de instrumentos modernos. Algo que refuerza el contraste del que hablamos en el párrafo anterior.
10. Jordy Giler – Nada (indie, lo -fi)
La filosofía de Jordy Giler es el DIY. No hay, por lo tanto, algo complicado en “Nada”. Todo es orgánico y diáfano. El pesimismo profundo que navega por las letras existencialistas va a la par de los arreglos compuestos sin mayor elaboración. De ahí el interés del músico ecuatoriano por los demos, y de ahí la breve extensión de esta canción, que se asemeja a uno de ellos.
Ese sabor orgánico está presente en su álbum, llamado curiosamente “Álbum”, en un juego ingenioso que muestra a la música como un campo que no debe satisfacer ciertos niveles estéticos. Ella se sostiene por sí misma.
Y si quieres examinar música de los meses anteriores, aquí está nuestra playlist, con todo lo que hace falta:
